17 de marzo de 2010

ENTRE AMIGOS ll


ENTRE AMIGOS ll

Raro, pero aquella noche, Lafuente llegó más tarde que sus cuatro amigos. De cualquier manera, tenía su silla junto al ventanal, reservada. O´Connors con una seña llamó al mozo.

-¿Lo de siempre?-preguntó éste.

-Si… ¿no? –dijo O´Connors señalando con el índice encorvado, a cada uno de sus amigos. -Pero para mí que sea doble el whisky ¿okey?

El mozo, viejo conocido de todos, sonrió y giró hacia el mostrador.

-Galleguito, viniste tarde esta noche-dijo Petrocelli.

-Si, no me sentí muy bien, hoy-respondió Lafuente, repasando las caras de sus amigos, con sus ojos de color celeste desteñido, enclavados en cuencas profundas.

-¿Te duele algo?-inquirió Ramírez, mientras Silva en silencio, colaboraba con el mozo repartiendo las copas servidas.

-No. No me duele nada. Es un momento pasajero, nada más.

-¿Problemas?-preguntó O´Connors, saboreando el primer sorbo de whisky.

-Cosas, que pasan por la cabeza, tonterías que trae la memoria. No me den bola-contestó Lafuente, echando débiles chorros de soda a su fernet.

-No te veo bien, Gallego. Contá, amigo mío. Si son tonterías como decís, para que tenerlas dentro ¿no?-intervino Petrocelli.

-Eso. Come on, man-dijo O´Connors, tamborileando con los dedos en la mesa, y con voz, todavía firme.

Silva, siempre en silencio, asintió con la cabeza, y una leve sonrisa esbozada.

-Espero no se burlen…me sucedió hace muchos años.

-Me extraña, ché-dijo el ex comisario Ramírez, fastidiándose un tanto.
Lafuente hizo una pausa, con la vista clavada en el cenicero. La
expectativa de sus amigos creció, e hizo que entre ellos se miraran. Silva, que con una mano tapaba su boca y su nariz, con la otra llamó al mozo, para pedir otra vuelta de copas. Lafuente, se movió en su silla, y dijo:

-Cuando estaba en el servicio militar, una gitana me adivinó la suerte. Casi todo se cumplió: Que me iba a casar con una gran mujer; que Dios me daría hijos bellos y buenos; que lamentaría la pérdida de mis padres. En fin.

-No veo el problema-coincidieron en expresar, Ramírez y Petrocelli.

Llevando su mirada entristecida al ventanal, Lafuente continuó.

-Es que además, dijo, que yo moriría a los setenta y siete años.

Pese a las promesas, los amigos estallaron en risotadas.

-Pero cómo podes creer eso, Gallego. Dejate de joder-dijo Ramírez, tomándose el vientre.

-God, God, God… ¡Qué hombre tonto eres, boy!

Silva, quizás temiendo lo peor, apretándose la nariz y con voz de cornetín, a la vez que reía, dijo:

-Lafuente, sos un boludo.

Sin cambiar el gesto serio de su cara, Lafuente consultó la hora. Se puso de pié, sacó unos billetes del bolsillo y los depositó sobre la mesa.

-¿Te vas?-preguntó Ramírez

Sin responder, el alto y flaco cuerpo de Lafuente, lentamente, buscó la salida. Los amigos se miraron serios, muy serios. El salón entero, escuchó la pregunta de O´Connors, y la respuesta de Lafuente:

-¿Y cuándo cumples los setenta y siete?

-En quince minutos.

8 comentarios:

Mayte® dijo...

Vaya tela....

Cómo me mates a mi paisano dejo de hablarte.
Mata al irlandés joé que habla en inglés..., ¡No te digo!

Unknown dijo...

jajajajaa...no es tu paisano...es mío...ya sabes...aqui todos son gallegos...con que su padre lo haya sido es suficiente. alguna vez me dijeron gallego a mi, por tener abuelo de galicia. asi que imagina. y conste que no es peyorativo. es muy cariñoso el "gallego", sobre todo entre amigos. y veremos que hago con lafuente, che. besos, compi

D'MARIE dijo...

tarzan jajja..Bueno,veras que llegan las historias de argentinos y nos mataran a nosotros ..Buenisimo.
Bsiss

Mayte® dijo...

Te declaro una huelga eh! cómo lo mates en el segundo capítulo te enteras.

Pero que te enterassssssss

Anónimo dijo...

A mí me ha encantado, pero también me ha dejado una sensación de inquietud. Yo sí soy de tierra de meigas, de Santa Compaña, de cuentos alrededor de la "lareira". Aunque ahora ya nos hemos modernizado, esas creencias escuchadas a nuestras abuelas, nos siguen impresionando y asustando un poco.
Tarzán, sálvame al gallego. Líbralo de sus propias creencias...
Me ha gustado mucho tu microrelato. Una maravilla leerte.
Gracias.

Soñador dijo...

Muy bueno , jajaja hasta me hizo reir de verdad , esta genialmente narrado, con detalles que hacen imaginar las expresiones ya conocidas entre ellos y con una chispa de humor ironico o creo yo, genial y de verdad el final es cachondo totalmente , hasta creo que los amigos enmudecieron, muy bueno .Gracias

* Inés * dijo...

Sabes? siempre te reservo para la madrugada, leerte despacito, sin prisas.

Eres camaleónico, lo mismo rimas que narras, sin previo aviso.

Me gustó tu escrito, sugerente, dinámico, con un final estupendo y adecuado.

Es un honor leerte, tzn.

Gracias inesperadas.

Miranda dijo...

Ay Dios, si que te gusta el suspenso, espero que muy pronto publiques el siguiente capítulo. Me hiciste reír, pero al final terminé con el estomago hecho trizas.

Abrazos afectuosos y besitos a la distancia.

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...