8 de septiembre de 2010

La mujer del César

Contaba Plutarco en sus "Vidas Paralelas" que Julio César repudió a su segunda mujer, Pompeya, por el hecho de que Publio Clodio, un jovencito, estaba enamorado de ella y se introdujo en su casa disfrazado de mujer para participar en la fiesta de la Buena Diosa, dedicada sólo a las mujeres, e intentar seducirla.

Julio César, a pesar de estar seguro de que ella no había cometido ninguna infidelidad, la repudió con la frase: "La mujer del César no sólo tiene que ser honesta, también tiene que parecerlo" y se divorció de ella para, a continuación, casarse con Calpurnia que era 20 años más joven que él.

Publio Clodio, en contra de toda lógica, fue absuelto de sus acusaciones de profanación porque Julio César no aportó ninguna prueba en su contra durante el juicio al que fue sometido y ganó así un aliado político.

Hecha la referencia histórica del origen de la frase, me pregunto cuantas mujeres han sufrido en sus carnes lo de "la mujer del César" y no precisamente por parte de su César sino de cualquiera que, "investido" de no se qué derecho y olvidándose de su, normalmente, propia y miserable vida, se crea con la facultad de injuriarlas y calumniarlas.

Todo ello, claro, sin pararse a pensar que a la mujer del César también la ha parido una madre y que, al igual que los "investidos e investidas" tiene familia, una vida, con sus gozos y sus penas y tiene sentimientos. Sentimientos de amor, de amistad y de lo que le de la gana que para eso son suyos y, mientras no interfieran en la vida de los demás, los manifiesta y los vive como le viene en gana y son perfectamente respetables.

Pompeya obviamente ya no lo conoció pero, para aquellas que se hayan sentido en alguna ocasión "la mujer del César", les viene al pelo el siguiente poema de Rubén Darío" que a mí, personalmente, me encanta:

Puede una gota de lodo
sobre un diamante caer;
puede también de este modo
su fulgor oscurecer;
pero aunque el diamante todo
se encuentre de fango lleno,
el valor que lo hace bueno
no perderá ni un instante,
y ha de ser siempre diamante
por más que lo manche el cieno.

13 comentarios:

Mayte® dijo...

Oye, tu no eres de la huerta??

Pareces más romana que el cesar por tu conocimiento de la historia.

Menuda suerte tengo de leerte cada día jodía, y adquirir conocimientos gracias a ti.

Un beso grande

María dijo...

Pues sí, yo huertana, de eso de "En la huerta del Seguraaaaaaaa, cuando ríe una murciana, resplancede de hermosuraaaaaaa, toda la vega murciana y etc., etc.", jajaja

Besos

Mayte® dijo...

jajjaaaaaaaaaa

Ya te valee

Besosss

Scarlet2807 dijo...

María yo ése famoso dichito lo odio y lo conozco muy bien, yo antes me angustiaba, porque según dicen soy coqueta por naturaleza, pero, es mi forma de ser y ya no cambio, además no es ni con intención, ni con maldad.
Ahora que estoy más grande (léase vieja) me importa un pimiento el famoso dichito, los que me conocen ya saben como soy y me entienden y los que no, que les den!!! jajajajjajaj.
Generalmente, los que "ven escremento" en todas partes es porque lo tienen en su casa y en su vida.

muchos besos, Marga

María dijo...

Eso, eso Scarlet, que les den "por donde amargan los pepinos", jajajaja. Y te diré que a mí lo de me importa un pimiento no es desde ahora que estoy más grande como tú sino de toda la vida (igual es porque soy huertana y ya sabes tú que en la huerta hay muchos pimientos y pepinos también, dicho sea de paso).

Besos

wpaa. dijo...

Bonito poema y acertadisimo , por mucha impureza que caiga sobre una joya siempre seguira brillando , y el lodo seguira en su fango para goce de los cerditos .
Mas valiera que se miraran antes en el espejo antes de someter a juicio a nadie y se quitaran de los ojos la viga que no les deja ver.
Misera vida para aquellos que emplean su tiempo solamente en calumnias y critiqueos aunque la envidia hace estragos en la gente que la padece .
Muy bueno como siempre Maria .
Gracias por tus aportaciones , siempre aprendo algo nuevo.
Un beso.wpaa.

BONBOM dijo...

Lo que es lamentable, es que existan personas con tanta maldad que solo vivan para hacer el mal.

Que pena, con lo bonito que es disfrutar de un día de sol, de lluvia, y se preocupen de malmeter en las vidas ajenas.

María impecable como siempre. Y como bien habeis dicho vosotras a todas esas personas !que les den!.

Un besazo

* Inés * dijo...

Parece que me has leído el pensamiento.
En estos días, con el tema que tratas, he meditado por mi parte, en los porqués del ser y del parecer, a ojos de los demás.
Quien nos conoce bien, une ser y parecer.
Quien cree conocernos, de oídas, o de suposiciones, suele tomarse la licencia de emitir juicios injustos, erróneos o dañinos. Amparándose en su objetividad, razón absoluta y vida intachable, pregona a los cuatro vientos, con insistencia agotadora, su rectitud personal, denostando actitudes ajenas que supone, desde su erróneo juicio.
Impresionate apoyo y lieçon con Rubén Darío y la historia de Roma, como introducción y desarrollo, a tu tema central.
¡Me ha encantado!
Gracias, un besito Seño María, eres grande.

SalvaX dijo...

Bonita historia.
Hermoso poema y
muy sabia la moraleja.

Anónimo dijo...

María, yo ya sólo te mando un beso enorme. Ya sabes -porque te lo he puesto más veces- que mi opinión es que uno debe estar en paz consigo mismo y, consiguiendo eso, nada debe importar.

ERMITAÑO dijo...

María, ya te lo han dicho todo, concuerdo con toda las opiniones vertidas.
Muy bello el poema, lo conocía, me agrada mucho Rubén darío.
Un abrazo
ERMITAÑO

LIA50 dijo...

Con esa frase me han criado una buena mujer debe serlo y parecerlo, hoy a mis años me quedo con que mientras sea y trate de ser buena persona lo que piensen los demás me tiene sin cuidado.Un besote Lía.

D'MARIE dijo...

Me gusto mucho Maria..tienes tela,diria mi ex psicologa...lo escrito es para todos/as,meditar sobre cada frase nos deja un mensaje...a veces no es facil,interpretar a las personas..muchas veces es mejor no hacerlo..Debemos ser libres de vivir sin pesas en los hombros...besiss

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...