31 de octubre de 2010

Noche de difuntos

Quisiera en esta noche de difuntos
unificar las fuerzas del averno
incrementarles su poder maligno
enardecer sus ya malos deseos

recrudecer sus malas artimañas
oscurecer aún más sus intenciones
subliminar sus más bajas acciones
embadurnar con veneno sus uñas

rebañar si les queda algo de bueno
barrer hacia mis manos sus poderes
reconducirlos bajo mi dominio

únicamente a la caza de ratas
justiciando y condenando a todas y
asándolas en las terribles llamas

9 comentarios:

María dijo...

May, antes de que me riñas otra vez por haberme dado hoy por las ratas, te riño yo a tí por el invento este nuevo de los comentarios (a mí no me gustaaaa).

Besos

Mayte® dijo...

ya lo cambiéeeeeeeeeeeeeeeeeeee

jajajajaja

Me has hecho reir con eso de que, quieres ser bruja. No hay suficiente conmigo?, también quieres tú, serlo?

jajajaja

María dijo...

Si, quiero ser bruja, es mi ilusión de hoy.

Besos

BONBOM dijo...

que revoltosillas que estais hoy, jajja besazos para las dos brujillas.

D'MARIE dijo...

Maria son adorables tus escritos.mas alla de una rata menos o una mas...y si quisistes ser bruja por un dia...¿porque no?,muchas lo somos todo el años..jajaja besis

Carmen dijo...

Precioso acróstico, las ratas horribles, me dan mucho miedo y asco.

Un beso

Alejandro dijo...

Lo he pillado, jajaja (lo del acróstico).

Un saludo

Scarlet2807 dijo...

Ya eres bruja María, nos tienes a todos embrujados con tu genialidad.
Eres la bruja más encantadora que conozco,aunque no, no la más, igual de encantadora que otra brujita que conozco , que es de Granada...
jajajajajajajaajaj
Besosssssssss; Scarlet2807

Salva X dijo...

No me gusta la fiesta de Halloween y no voy a comentar los otros escritos al respecto, pero este tuyo.... Parece que tiene "mu mala leshe" ¿no?
aunque he de admitir que hay "ratas" que se mereces eso y mucho más.
¡Leña al mono que es de goma!

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...