Mitos sobre los alimentos

El creciente interés que muestra la sociedad por la alimentación, va acompañado de numerosas recomendaciones dietéticas procedentes de muy distintas fuentes. La mayoría están basadas en mitos y creencias irracionales que olvidan los principios establecidos por la investigación científica de la nutrición y, en algunos casos, se contraponen a los conocimientos sólidamente documentados con los que se cuenta en la actualidad.
Debido a que alimentarse es un hecho tan biológico como cultural, hay una gran diversidad de opiniones y creencias al respecto. La mayoría carecen de fundamento y tienden a confundirnos.
Éstos son algunos de los mitos más comunes respecto a la comida en la actualidad:
“Las zanahorias mejoran la vista”. Hay quienes recomiendan a las personas que tienen problemas de la vista consumir zanahorias para mejorarla. Es verdad que esta verdura contiene vitamina A, fundamental para la vista. Sin embargo, no es un alimento que ayude a recuperarla una vez disminuida.
“Los plátanos engordan”. Hay quienes consideran que la elevada cantidad de azúcar que contiene esta fruta puede causar sobrepeso. Lo cierto es que un plátano de tamaño mediano contiene sólo 105 calorías. En cambio es bueno para la salud, ya que contiene una buena dosis de fibra, potasio y magnesio.
“Comer demasiados plátanos causa un exceso de potasio”. Si bien consumir mucho potasio suplementario causa problemas, el potasio natural es completamente saludable. A pesar de que los plátanos contienen alrededor de mil 200 miligramos de esta sustancia, no es posible tener una sobredosis por el consumo de esta fruta.
“La fruta favorece el desarrollo de células cancerosas en el cuerpo”. Este mito es completamente falso. En realidad, los pacientes que padecen cáncer deben consumir una cantidad elevada de frutas diariamente.
“La mantequilla es mejor que la margarina”. Este mito es cierto. Algunas personas evitan consumir mantequilla porque creen que ésta podría aumentar sus niveles de colesterol dañino, sin embargo, la margarina es más nociva que la mantequilla porque contiene más grasas trans.
“Cocinar las verduras les resta contenido vitamínico”. En realidad, los vegetales cocidos ayudan al cuerpo a absorber mejor los nutrientes.
“Comer demasiadas frutas causa aumento de los niveles de azúcar en la sangre”. Algunas personas creen que el contenido de azúcares naturales de las frutas puede generar problemas de salud, sin embargo esto es falso. De hecho, se recomienda consumir por lo menos una fruta al día, ya que contienen fibra y ayudan al buen funcionamiento del organismo.
“Se adelgaza comiendo sólo fruta". Una dieta sólo a base de frutas es incompleta, no aporta ningún tipo de proteínas, sólo azúcares, agua y fibra, con lo que facilitará la eliminación de líquidos del organismo y hará perder peso pero debido, sobre todo, a la pérdida de agua.
“El pan integral es mejor”. Si bien esto puede ser verdad, siempre hay que asegurarse de leer la etiqueta de contenido nutricional, para estar completamente seguros de que el producto que se está comprando, integral o no, es el que contiene más cantidad de fibra.
“Consumir huevo daña el hígado”. Por el contrario, muchos médicos les recomiendan comer huevo a las personas con problemas hepáticos. ¿Cuál es la relación del huevo con el colesterol?. Existen múltiples estudios que indican que el colesterol del huevo no modifica los valores del colesterol sanguíneo, por lo tanto, se puede consumir tres o cuatro veces a la semana. Por otro lado, se ha demostrado que no hay motivo para comer sólo la clara del huevo, aun cuando la yema es rica en colesterol. Además, los nutrientes que contiene la yema son importantes para lograr una alimentación bien balanceada. Sin embargo, para que el huevo sea verdaderamente nutritivo, debe de estar cocido.
“El aguacate disminuye el colesterol”. El aguacate contiene muchas grasas insaturadas, lo que ayuda a eliminar o regular el nivel de colesterol en la sangre y favorece la formación del colesterol bueno, llamado HDL. Este colesterol se encarga de transportar el colesterol malo al hígado, desde donde es eliminado a través de la bilis.