4 de diciembre de 2010

CONCILIOS II

Es importante antes de seguir con el siguiente articulo, aclarar que no es bueno confundir las churras con las merinas, en mi anterior articulo, aludía a la falta de conocimiento que la gente tenia por no tener a su alcance la Biblia en su lengua común, en ningún momento me refería a la falta de intelecto seglar, más bien aludía claramente al oscurantismo en sentido espiritual, algo que es ya sabido por la propia historia y que nadie niega.

Esto es exactamente lo que dije:” En lugar de favorecer la enseñanza entre las masas y el hacer traducciones de la Biblia en los idiomas de las localidades, la Iglesia Católica promovió la producción de ‘libros de los ignorantes’: Biblias ilustradas, historias bíblicas, dramatizaciones de milagros, estatuas y esculturas, pinturas en las paredes de las iglesias y vidrieras de colores con representaciones de temas bíblicos. Sólo fueron las migajas que el clero católico dejó caer en la rica mesa espiritual de conocimiento bíblico que tenían reservada para sí mismos y unos cuantos reyezuelos y nobles privilegiados.”

Como se ve, no me estaba refiriendo a ningún otro tipo de analfabetismo, que ya sabemos que lo había, pero eso seria para debatir en otro articulo y no en este.

Centrémonos, por lo tanto, en el registro histórico de oposición de la iglesia Católica a la instrucción bíblica.

Año 1179, dos eran los grupos de herejes, según la iglesia, en Languedoc... de unos ya hemos hablado en este blog los cátaros o albigenses, pero también había otro grupo los valdenses. Los valdenses eran minoritarios pero más ortodoxos y muy celosos en predicar acerca de la Biblia entre la gente común.

El papa Alejandro III prohibió que predicaran los valdenses, quienes al predicar utilizaban una traducción que se había hecho de partes de la Biblia a la lengua común. Están fueron sus palabras, declaradas en el concilio lateranense: “La Iglesia... tiene que... invocar la ayuda de los príncipes, a fin de que el temor del castigo temporal haga que los hombres busquen a la fuerza un remedio espiritual para sus faltas.”

¿De verdad tenían que tener temor bajo castigo? ya sabemos como se las gastaban, ¿De qué tenían Miedo? ¿Es posible que si la Biblia estuviera al alcance de todo el mundo, revelara su hipocresía?.

Año 1184 En el Concilio de Verona, Italia, el papa Lucio III determinó la excomunión y la entrega a las autoridades civiles para castigo (generalmente quema en la hoguera) de todo “hereje” que amara la Biblia y persistiera en predicar o siquiera en pensar de manera contraria al dogma católico.

Me salto algunos años, para no aburriros, pero aquí hay material para escribir un libro.

Año 1211 Por orden del papa Inocencio III, el obispo Bertram de Metz organizó una cruzada en contra de todas las personas que leían la Biblia en el idioma vernáculo y, a la vez, se quemaba toda Biblia de esa clase que se hallara.

Bueno en los siguientes años todo se complicó mucho más y si no tomemos esto como muestra.

Año 1229 El canon 14 del Concilio de Tolosa, Francia, declara: “Prohibimos al laico tener en su poder cualquier copia de los libros del Antiguo y Nuevo Testamento, con la excepción del Salterio, y porciones de dichos libros que se encuentren en el Breviario o las Horas de la Santísima Virgen; y prohibimos con toda severidad que siquiera existan estas obras en la lengua vulgar.”

¿Prohibir leer la biblia, bajo pena de muerte?.

Nos saltaremos unos cuantos años para no hacerme repetitivo, ahora viajamos al año 1564. La cuarta regla del Índice (de libros prohibidos) publicado por el papa Pío IV declaró: “La experiencia ha demostrado que si se permite la lectura de la Biblia en la lengua vulgar sin establecer criterio alguno, debido a la irreflexión del hombre, de ello resulta más mal que bien.”

Pero claro alguien podría decir, si pero eso ya cambió, nada mas lejos de la realidad, peguemos un salto en el tiempo.

Año 1836 El papa Gregorio XVI promulgó una advertencia a todos los católicos de que la cuarta regla del Índice publicado por el papa Pío IV en 1564 seguía en vigor.

En estos últimos tiempos hemos visto cambios importantes en la Iglesia Católica Romana ahora declaran públicamente que el laicado lea la Biblia. Pero, como hemos visto, sus eruditos dicen muchas cosas que en realidad muestran que no son leales a la Biblia. La pregunta es ¿qué haremos nosotros?.

10 comentarios:

María dijo...

Yo, empezando por el final, lo primero que haré será reñirte porque ¿tú crees que es justo que con cada uno de tus artículos nos lances ahí la pregunta final y, al menos a mí, me pongas a devanarme los sesos?.

La exposición es estupenda, clara, cercana y concisa, como todas las tuyas, créeme cuando te digo que es un verdadero placer leerte e ilustrarme en un campo que desconozco casi por completo.

Reconozco la gran labor que, a nivel de Cáritas por ejemplo, hacen algunos miembros de la Iglesia, no puedo ni creo que deba compartir otras muchas de las actitudes de la Iglesia, no están, (bajo mi modesta interpretación basada en mi corto conocimiento)ni guiadas ni de acuerdo con la palabra de Dios.

Besos

Scarlet2807 dijo...

Opino exactamente como María.
Tus exposiciones, brillantes como siempre.
Sobre la iglesia católica, me resrvo la opinión...
Dos besos, Scarlet2807

wpaa. dijo...

Pues yo no se tu... pero yo lo tengo claro , nunca lei la Biblia ni pienso hacerlo , siempre me declare catolica por bautismo , y segui la tradiciòn con mis hijos,pero en lo practicante o interesada por la Iglesia El Papa, obispos y curas , me declaro atea.
Aunque te admiro ,por la fuente de sabiduria que tienes en estos temas .
Un beso
wpaa.

Mayte® dijo...

La iglesia se contradice y se ha contradecido siempre. La Biblia es un buén libro para leer, al igual que la Torah y el Coran. Cada uno de ellos es un complemento de los anteriores, por eso no es entendible tanto rasgado de vestiduras.
Son los mayores hipócritas y fariseos de la fé cristiana.

Es admirable la gente que a pesar de todos los atropellos cometidos por la Santa Iglesia Católica, aún continúan teniendo al Papa como referente. Esas personas si son la iglesia, No los que viven y viven de la Santa Sede.

Muy bueno y controvertido Manases.

Un abrazoo

Anónimo dijo...

Very interesting, thank you.

BONBOM dijo...

Manases como siempre, un genio en la materia, sabés? yo si que he leido la biblia aunque era más joven, pués a mi madre le gustaba mucho y yo se la leia, la verdad esque no me entaraba mucho, pero leerla la he leido,

Sin embargo al igual que mi madre no creó en la iglesia, aunque si creo en DIOS.

Un beso

Alejandro dijo...

Suscribo lo dicho por la mayoría, eres una fuente inagotable Amigo.

Un abrazo

D'MARIE dijo...

La mejor forma de estar junto al desposeido,es trasladar nuestra propia iglesia interna..la que se dedica ,con devocion por quienes neceistan sin necesidad de colgar joyas de oro,sobre su cuerpo...El amor al projimo,es la mejor iglesia que conozco...y la mayoria es anonima..Besis..gracias Namases..muy buena tu investigacion..

Alexánder dijo...

http://www.jw.org/es/ense%C3%B1anzas-b%C3%ADblicas/preguntas/la-biblia-no-se-contradice/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+Tjblog+%28TJBlog%29

Alexánder dijo...

¿Se contradice la Biblia?
La respuesta que da la Biblia

Todo lo contrario: la información que contiene la Biblia es coherente de principio a fin. Algunos pasajes pudieran dar la impresión de contradecirse entre sí, pero hay que tomar en cuenta los siguientes factores a fin de entender su verdadero sentido.

1. El contexto. Cuando distintos pasajes de una obra se citan fuera de contexto, alguien pudiera concluir que se contradicen entre sí.

2. El enfoque del escritor. Aunque dos testigos describan cierto suceso con exactitud, no tienen por qué usar las mismas palabras ni incluir los mismos detalles.

3. Los datos históricos y las costumbres de la antigüedad.

4. El sentido literal y simbólico de las palabras. Tenemos que distinguir con cuál de estos dos sentidos se está empleando cierto término.

5. La autoría de una acción. A veces se le atribuye una acción a alguien que no la llevó a cabo personalmente. *

6. La traducción. Es imprescindible utilizar una traducción bíblica que sea exacta.

7. Lo que realmente enseña la Biblia. Nuestro modo de entender la Biblia podría verse afectado por ideas religiosas equivocadas.

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...