3 de diciembre de 2010

CONCILIOS I

No es mi intención atacar a la iglesia católica, pero la historia está para que primero se sepa y también se cuente, recurro a una de mis frases preferidas: “el conocimiento nos hace libres", por eso cuanto más conocimiento tenemos más libres somos.

El libro A Guide to Catholic Reading (Una guía para lectura católica) hace esta revelación interesante: “La mayoría de los católicos legos de la generación de edad más avanzada concordarán en que la mayoría de los sacerdotes y monjas católicos desaprobaban la lectura de la Biblia sin la debida supervisión.

Afortunadamente el tiempo del oscurantismo es una reliquia del pasado, hoy día por todas partes se insta a los católicos a que lean la Biblia.

Tampoco vamos a negar lo que la iglesia católica ha hecho en las últimas décadas. Durante los pasados 40 años se han traducido más Biblias en el lenguaje actual que en todos los siglos anteriores. Pero, ¿bastan sólo 40 años para una iglesia que dice ser la sucesora de los apóstoles?

¿Qué dice el registro histórico, durante todos esos años de oscurantismo?.

En el Primer Concilio Ecuménico, realizado en Nicea en 325 E.C., las sesiones no se celebraron en latín, sino en griego, el famoso Credo de Nicea, que se dice es el “fundamento inquebrantable” de la fe católica, fue redactado en griego. Este es un detalle a tener en cuenta porque, para ese tiempo, la lengua común en la mayoría de los cristianos era el griego, por lo tanto tenemos que ser honrados en este punto y reconocer los hechos.

En el cuarto siglo la iglesia se fragmentó. Nació una rivalidad entre Roma y Bizancio, una de las cuestiones principales fue qué idioma se debería de usar y cual seria la capital religiosa.

La parte oriental de la Iglesia poseía la Biblia entera en griego, pero el idioma común que se hablaba en el occidente no era griego, sino latín. Existían varias versiones de las Escrituras en el “latín antiguo,” pero ninguna de ellas era traducción de autoridad reconocida. Por eso, a fines del cuarto siglo, Dámaso, obispo de Roma, encargó a un erudito de nombre Jerónimo que reprodujera en latín tal versión autorizada de la Biblia.

Jerónimo no usó el latín clásico, sino el latín vulgar, de ahí la famosa traducción de la Vulgata latina. Llegando a ser la Biblia de autoridad reconocida de la Iglesia Católica por más de mil años.

Fue la propia Iglesia Católica quien monopolizó el campo de la educación. Descuidando al pueblo de a pie, el resultado, que la mayoría de la gente vivió por muchos siglos en la Edad del oscurantismo, es decir en ignorancia mas absoluta.
Casi a finales del siglo VIII, emperador Carlomagno citó en su corte a eruditos para que revisaran el texto de la Vulgata latina, pero sus esfuerzos sólo beneficiaron principalmente al clero y la nobleza, pues seguían traduciendo la Biblia al latín. Para aquel tiempo el latín estaba ya siendo reemplazado por otras lenguas entre la gente común de Europa.

El Concilio de Tours, Francia, que se celebró en 813, decretó que las homilías o los sermones para la gente común habrían de traducirse a la lengua de la localidad. Pero no se emitió decreto semejante para que se tradujera la Biblia misma para el pueblo. A modo de disculpa, la Catholic Encyclopedia declara:
"La iglesia católica a modo de justificación, dijo que para que hacer los sermones en latín si la mayoría eran analfabetos o incultos, pues para aquel tiempo la educación sólo estaba al alcance de unos pocos privilegiados".

En lugar de favorecer la enseñanza entre las masas y el hacer traducciones de la Biblia en los idiomas de las localidades, la Iglesia Católica promovió la producción de ‘libros de los ignorantes’: Biblias ilustradas, historias bíblicas, dramatizaciones de milagros, estatuas y esculturas, pinturas en las paredes de las iglesias y vidrieras de colores con representaciones de temas bíblicos. Sólo fueron las migajas que el clero católico dejó caer en la rica mesa espiritual de conocimiento bíblico que tenían reservada para sí mismos y unos cuantos reyezuelos y nobles privilegiados.

Con lo que no contaba el poder de la iglesia fue con la intervención divina para que la Biblia si pudiera estar al alcance del pueblo.
Algunos de los que leyeron la Biblia se convirtieron en disidentes que antecedieron a la Reforma. Para mencionar solo unos cuantos de ellos: Berenger de Tours (murió en 1088), Pierre de Bruys (murió en 1140) y Enrique de Lausana o de Cluny (murió en prisión después de 1148), todos fueron sacerdotes católicos que pusieron la Biblia por encima del dogma católico y sufrieron a consecuencia de ello. Algunos de ellos ya se han mencionado en los escritos de los Cataros.

Comenzaron a circular traducciones “no autorizadas” de porciones de la Biblia, y grupos disidentes, como los valdenses, comenzaron a predicar verdades bíblicas en Francia, Italia, España y otros países europeos. Esto fue algo con lo cual Roma no había contado. Por eso, del siglo doce y trece en adelante, la actitud de la Iglesia Católica para con la Biblia cambió radicalmente. Para Roma, la Biblia se convirtió en un libro peligroso. Pero eso registros son para otra consideración mas detalla en otro articulo .


Continuará...

14 comentarios:

María dijo...

Lo comentaré cuando pueda leerlo detenidamente, ello no obstante quiero decirte que narrar historia y verdades, sean de la Iglesia Católica o de quien sean, no puede nadie interpretarlo como un ataque.

Besos

Anónimo dijo...

Gracias por hacerme con tus escritos un poco màs libre ,leyendote voy adquiriendo conocimiento de muchas cosas que desconocia.
La Historia de la Religion Catolica, puede gustar o no, estar de acuerdo o en desacuerdo ,pero el revelarla tal y como se escribio no es atacarla es simplemente recordarla.
Una vez màs te has superado Maneses .
Besos
wpaa.

wpaa. dijo...

Joe anonimo noo..
wpaa.

D'MARIE dijo...

Todo lo que eshistoria,para bien o para mal.Es aprendizaje,de alli somos libres de elegir nuestros pensamientos..muy bueno!!Besiss

María dijo...

Ahora que lo he leído detenidamente te diré que, como siempre, me asombra la cercanía con la que eres capaz de narrar lo que se te ocurra. Es esa sencillez que lo hace tan accesible lo que realmente hace grande un escrito.

El ser capaz de manejar datos históricos y religiosos y explicarlo para que lo entienda un niño si hiciera falta no lo consigue mucha gente.

Besos

®MariE dijo...

La mala interpretación de las palabras de la bíblia ha convertido a la iglesia católica en una anarquía que cada día tiene menos adeptos.

Por desgracia, hace siglos que se perdió lo de promulgar la caridad cristiana que fué para lo que en un principio fué creada y a mi, me la sopla todo lo que me digan de que bla,y bla,y más bla. Tengo unas ideas muy claras al respecto y no voy a comulgar con ruedas de molino. Hasta al papa le cortaba yo el dedo y vendía el anillo.

Manasés, cada día te admiro más joío. Nos traes trozos de historia de un modo muy cercano y fácil de interpretar.

Un abrazo tesoro.

Gracias por compartir

María dijo...

Me da a mí que lo de cortarle el dedo al Papa y vender el anillo tiene que ser delito, jajaja.

Qué guerrillera ha vuelto esta.

Besos

Alejandro dijo...

Objetivamente hablando nadie puede interpretar esto como un ataque a la Iglesia, tranquilo por ahí Amigo.

Cada escrito tuyo me ilustra, gracias.

Un abrazo

Madrigal dijo...

Aunque es un tema muy sugestivo y tentador no voy a entrar en él. Solo diré que en España en nuestro Siglo de Oro el pueblo, analfabeto como era, veía y comprendia el teatro de Lope, Tirso y sobre todo Calderón y sus famosos Autos Sacramentales "El gran teatro del mundo" "La Hidalga del Valle" "La cena del rey Baltasar" "El verdedero Dios Pan" y tantos otros, auténticas tesis teológicas. No era tan ignorante el pueblo. Lo cual significa que habian recibido una mas que aceptable catequesis.
Pero en fín, prometí no entrar al trapo y mejor me callo.
Ah y fundamentalismos hay en todas partes, desde los que cortan una mano al que roba una cartera, una oveja o una joya, a los que estarian dispuestos a cortar un dedo para hacerse con un anillo.

María dijo...

Mientras Lope (quien primero fue mujeriego y luego fraile) escribía y el pueblo se deleitaba con sus obras, a Cipriano de Valera le perseguía la Inquisición por su "Biblia del Cántaro", que no era otra que su revisión de la traducción al castellano de la "Biblia del Oso", de Casiodoro de Reina quien, recordemos, fue quemado en efigie por la Santa Inquisición precisamente por eso, por traducir la Biblia.

Por cierto, que dice la "Granaína fundamentalista" que, si esta noche
hay un alud en Sierra Nevada, se hace responsable porque habrá sido ella con sus carcajadas la causante.

Mayte® dijo...

Amen, murciana, que he llegado solo para decirlo. mañana le digo a mi cuñáo que deje comentario sobre el fundamentalismo que el en esos temas está más puesto, yo, me voy a limitar a quitar anillos para venderlos y darle de comer al pueblo y a poco que se descuide le quito hasta esos zapaticos tan majos.

No vi yo nunca a Jesucristo vestido de oro y plata ni bebiendo en copas que valen dinerales. Por mí, que le den a toda la Santa Curia. Y todos los que dejan esos dinerillos en las iglesias para encender velas adineradas, bién podían comprar bocatas para los comedores sociales, que esos si que andan necesitados, no los curas. Joé, que llega la Navidad y a esos seguro, que no les falta de ná.

Manases dijo...

No quepo de gozo en lo mas profundo de mi interior ¡MADRIGAL ME HA COMENTADO!, prometo seguir siendo bueno…y así poder recibir muchas chuches

BONBOM dijo...

Bueno como siempre llego tarde, jaja, lo siento.

Manases sabes que me gusta mucho como escribes, eres un erudito en la materia, y la verdad es que eres muy bueno en temas biblicos, yo opino que la iglesia en si misma no necesita tanto oro, creo que deberia darle todo eso para los necesitados que por descracia cada día son más.

Bueno es mi opinion claro.

como siempre un beso

Alejandro dijo...

Lo de que estás puesto en el tema está fuera de toda duda pero ¿eso de las chuches? jajaja.

Un abrazo Amigo

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...