2 de octubre de 2010

¿QUIEN ES EL ASESINO? X


    El inspector desde la capital de la provincia realiza una nueva llamada a Matías, le informa como ha ido la reunión con la hija del pastor y le pide que hable inmediatamente con el chico del guarda y le pregunte todo los pormenores desde la subida del ganado a “La Atalaya” y si es normal que el pastor baje a darle de comer a los cerdos y cuantas veces lo dejó sólo con el ganado.

    Matías asiente y le dice que sí, que se pondrá en camino inmediatamente, apesadumbrado vuelve a coger el dos caballos y se encamina a la finca, mientras recorre la distancia, piensa que su novia lo va a matar, lleva desde que empezó el caso prácticamente sin verla, pero si quiere pertenecer al equipo de criminología del inspector, no le queda otra, el inspector no descansa nunca, su vida es el despacho y el jugo de tomate, que por cierto aún no lo ha invitado, dicen que a sus colaboradores mas cercanos y de confianza, siempre los invita a tomarlo con él y yo quiero que lo haga conmigo, aunque lo detesto.

21.00 horas, finca “La Floresta” casa del guarda.

   Matías se persona en la casa del Guarda, comunicándole que quiere hablar con su hijo, ya que es el único trabajador de la finca con el que no ha hablado y que lo quiere hacer a solas, este llama a su hijo y los invita a sentarse, a lo cual el agente se niega y dice que quiere dar un paseo tranquilamente con el muchacho.

¿Cómo te llamas chico?
-Ramón señor, para servirle a usted y al Señor Dios.
Gracias Ramón, verás, quiero preguntarte si tú trabajas ayudando al pastor, ¿es verdad eso?
-Si señor.
Bien, cuando vais a “La Atalaya” a llevar el ganado, los cerdos se quedan solos y le echáis de comer antes de iros, ¿verdad?
-Si señor, yo le hecho de comer a todos ellos siempre.
¿Y cuando le volvéis a echar de nuevo comida?
-Yo bajo cada dos días a ponerles comida y agua, el pastor se queda con el ganado, ya que son muchos y no se fía de los lobos para dejarme solo.
¿Qué pasó esta vez para que bajara el pastor y no tú?
-Dijo que tenía que hacer unas cosas en la zahúrda, que se le habían olvidado, me dijo que yo, ya era un hombre y que confiaba en mí.
¿Viste al señorito esos días?
-No, tan solo vino la mujer del pastor el mismo día que subimos, parecía enfadada y el Pastor después de hablar con ella, se bajó para acompañarla, me dijo que vendría enseguida, que iba a llevar a su mujer hasta la casa.
¿Cuánto tardó?
-mediodía señor.
Gracias Ramón, me has ayudado mucho.

    Desde su ventana, el Pastor observa como el agente está hablando con el chico, piensa que el círculo se está cerrando, no tardaran en ir a por él, aunque no tienen pruebas, pero todos saben como se las gastan los policías en los interrogatorios, solo tiene que estar tranquilo, lo negaré todo, no saldrá una palabra de mi, aunque me hagan todo el daño del mundo.

    Y si hace falta, cargaré con toda la culpa, aunque el garrote vil me espere, quizás sea la última noche que pase con mi nieto y mi amada esposa, ella no debe darse cuenta de mi preocupación.

    Aún no comprendo porqué ha pasado todo, era feliz, amo a mi mujer y a mi hija, ahora a mi nieto, tengo trabajo, casa, y un desgraciado mal nacido lo ha echado todo a perder.

23,00 horas, despacho del inspector.

    Matías informa al inspector de la reunión con el hijo del guarda y éste le invita a marcharse a casa a descansar, no sin antes ordenarle que mañana a primera hora acompañado por una pareja de efectivos y dos vehículos policiales se trasladen a la finca, quiero que traigáis a la pareja con el bebé, si que lo sepan entre ellos.

Día 25 de septiembre 08,00 horas, despacho inspector Fibo:

    Sobre la mesa del despacho, se encuentran los informes realizados por la científica, sobre los objetos y productos aprehendidos en el registro a la finca “La Floresta”.

    El inspector Fibo, después de ponerse un gran vaso de jugo de tomate y ajustarse las gafas, se dispone a leer los informes que le han enviado; los mismo dicen que no se encuentran huellas ni indicios que puedan dar con el autor/es del hecho, algo que ya se esperaba, solo le queda la astucia para poder identificar al asesino y a fé que lo conseguirá se jura a sí mismo, dando un trago largo a lo que se está tomando, reflexiona y se dice, ¡te atacaré por donde más te va a doler!

08,15 horas, finca “La Floresta”

   Matías junto a la pareja que le acompaña, desde lo alto de una loma, observan la finca en espera que el pastor se aleje con el ganado hacia los pastos, no tardan mucho en ver como este en compañía del muchacho inician la marcha alejándose de los corrales; dá la orden a la pareja para que vayan a su encuentro y lo trasladen a la comisaría sin hablar ni una palabra con él y que directamente lo ingresen en el calabozo hasta que él llegue, seguidamente Matias toma rumbo a la casona, divisa a la mujer del pastor, ella está en los quehaceres de la casa, le ordena que recoja al niño y lo que necesite para éste, y que se monte en el vehiculo policial, la misma obedece sin preguntar nada.

09,30 horas, despacho inspector Fibo:

-Señor inspector, ya tenemos al matrimonio y al bebé en comisaría, como me ordenó.
Bien Matías, ¿has hecho lo que te dije?
-Si señor, la mujer y el niño en el pasillo sin que nadie la vigile, y el pastor en el calabozo.
Bien, los dejaremos unas horas solos a los dos, que nadie hable con la mujer para nada y con el pastor lo mismo y sobre todo que no te vean a ti, así que vete a desayunar tranquilamente por la puerta de atrás y ya te avisaré.

Continuará……….

3 comentarios:

Scarlet2807 dijo...

Que bueno está ésto Fibo, está buenísimo.
¿sabes? me parece estar viendo una de ésas seriales de TV,de puzles policiales, eres ¡¡¡ magistral!!!
De verdad piénsatelo en serio el publicar, creo que te iría muy, pero muy bién...
Muchos besos, Scarlet2807

LIA50 dijo...

Fibo,me haces acordar a las novelas de Aghata Christi, Besosss Lía.

María dijo...

Estoy como Lia, pero me espero una sorpresa de última hora.

Besos

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...