13 de octubre de 2010

Cuando me volvì una anciana invisible

Ya no sé en que fecha estamos. En casa no hay calendarios y en mi memoria los hechos están hechos una maraña. Me acuerdo de aquellos calendarios grandes, unos primores, ilustrados con imágenes de los santos que colgábamos al lado del tocador. Ya no hay nada de eso. Todas las cosas antiguas han ido desapareciendo. Y yo también me fui borrando sin que nadie se diera cuenta.

Primero me cambiaron de alcoba, pues la familia creció. Después me pasaron a otra más pequeña aun acompañada de mis biznietas. Ahora ocupo el desván, el que esta en el patio de atrás. Prometieron cambiarle el vidrio roto de la ventana, pero se les olvido, y todas las noches por allí se cuela un airecito helado que aumenta mis dolores reumáticos.

Desde hace mucho tiempo tenia intención de escribir, pero me pasaba semanas buscando un lápiz. Y cuando al fin lo encontraba, yo misma volvía a olvidar donde lo había puesto. A mis años las cosas se pierden fácilmente: claro, no es una enfermedad de ellas, de las cosas, porque estoy segura de tenerlas, pero siempre se desaparecen.

La otra tarde caí en cuenta que mi voz también ha desaparecido. Cuando les hablo a mis nietos o a mis hijos no me contestan. Todos hablan sin mirarme, como si yo no estuviera con ellos, escuchando atenta lo que dicen. A veces intervengo en la conversación, segura de que lo que voy a decirles no se le ha ocurrido a ninguno, y de que les va a servir de mucho mis consejos. Pero no me oyen, no me miran, no me responden. Entonces llena de tristeza me retiro a mi cuarto antes de terminar de tomar mi taza de café. Lo hago asi, de pronto, para que comprendan que estoy enojada, para que se den cuenta que me han ofendido y vengan a buscarme y me pidan perdón….Pero nadie viene.

El otro día les dije que cuando me muera entonces sí me iban a extrañar. Mi nieto mas pequeño dijo "¿Estás viva abuela? ". Les cayó tan en gracia, que no paraban de reír. Tres días estuve llorando en mi cuarto, hasta que una mañana entro uno de los muchachos a sacar unas llantas viejas y ni los buenos días me dio. Fue entonces cuando me convencí de que soy invisible, me paro en medio de la sala para ver si aunque sea puedo ser un estorbo o que me miren, pero mi hija sigue barriendo sin tocarme, los niños corren a mi alrededor, de uno a otro lado, sin tropezarse conmigo.

Cuando mi yerno se enfermó, pensé tener la oportunidad de serle útil, le lleve un té especial que yo misma prepare. Se lo puse en la mesita y me senté a esperar que se lo tomara, solo que estaba viendo televisión y ni un parpadeo me indicó que se daba cuenta de mi presencia. El té poco a poco se fue enfriando……y mi corazón con él.

Un día se alborotaron los niños, y vinieron a decirme que al día siguiente nos iríamos todos al campo. Me puse muy contenta. ¡Hacia tanto tiempo que no salía y menos al campo!.
El sábado fui la primera en levantarme. Quise arreglar las cosas con calma. Los viejos tardamos mucho en hacer cualquier cosa, asi que me tomé mi tiempo para no retrasarlos. Al rato entraban y salían de la casa corriendo y echaban las bolsas y juguetes al auto.

Yo ya estaba lista y muy alegre, me paré en el zaguán a esperarlos. Cuando arrancaron y el auto desapareció envuelto en bullicio, comprendí que yo no estaba invitada, tal vez porque no cabía en el auto. O porque mis pasos tan lentos impedirían que todos los demás corretearan a su gusto por el bosque. Sentí clarito como mi corazón se encogía, la barbilla me temblaba como cuando uno se aguanta las ganas de llorar.

Yo los entiendo, ellos sí hacen cosas importantes. Ríen, gritan, sueñan, lloran, se abrazan, se besan. Y yo... ya no sé del sabor de los besos. Antes besuqueaba a los chiquitos, era un gusto enorme que me daba tenerlos en mis brazos, como si fueran míos. Sentía su piel tiernita y su respiración dulzona muy cerca de mí. La vida nueva se me metía como un soplo y hasta me daba por cantar canciones de cuna que nunca creí recordar.

Pero un día mi nieta, que acababa de tener un bebé dijo que no era bueno que los ancianos besaran a los niños, por cuestiones de salud. Desde entonces ya no me acerqué más a ellos, no fuera que les pasara algo malo por mis imprudencias. ¡Tengo tanto miedo de contagiarlos!
Yo los bendigo a todos y los perdono, porque..... ¿Que culpa tiene los pobres de que yo me haya vuelto invisible?....

P.D Esta carta no tiene autor,es un texto copiado de..... "que importa" . Me parecio tan triste y tierna a la vez , que quise traerla hasta aqui para compartirla con todos.

11 comentarios:

María dijo...

Terrible, lo triste es que es una realidad.

Besos

BONBOM dijo...

Wpaa, yo sabes que de esté tema habló contigo muchas veces, si es muy triste, pero.... me perdonas si no comento verdad??

Un beso

Scarlet2807 dijo...

UFffffffffffff, a mí Wppa, éste tema me parte el alma, ya sabeis que mi debilidadson los ancianos, me inspiran mucha ternuro...
Un besote Wppa, te quiero mucho amiga.

Scarlet2807

wpaa. dijo...

Bombon, como en toda regla hay siempre la excepciòn . Te entiendo perfectamente ,tu y yo hemos hablado como tu dices , y se lo que tu opinas de estas cosas.Se lo que estas pasando y solo puedo decirte , que te colmes de paciencia ,
Un beso

SalvaX dijo...

Es tan real, tan auténtico el relato.
Esta vida esta llena de cachivaches electrónicos, de prisas y trabajos, todo siempre es urgente e inaplazable y nos ha hecho olvidar cosas tan importantes como la ternura y el reconocimiento que merecen nuestros mayores.
Y algunos ya nos vamos acercando de forma inexorable a esa situación. ¿Que será de nosotros?

* Inés * dijo...

Tu texto de hoy es impresionante.
Los ancianos olvidados en un desván, sea cual fuere, es lamentable.
Alguien me dijo una vez: lo que hagas con tus mayores, harán contigo tus hijos, cuando llegues a anciana, no lo olvides.
Admiro muchísimo a esas personas que cuidan con amor y paciencia suma a sus padres, hasta que se van de la vida.
Gracias, siempre.

Alejandro dijo...

Es horrible y no nos concienciamos lo suficiente de esta triste realidad.

Un saludo

D'MARIE dijo...

Una realidad latente.,..muy bueno el escrito...(detodas maneras se, que sere,una viejita mala,asi que me comprare un baston largo,.,para pegarle a quien se arrime a molestar) besis

Mayte® dijo...

Horrible, terrible, y todo lo que queráis pero la realidad es solo una y es que, a día de hoy la mayoria de las parejas trabajan los dos fuera de casa. Decidme, que pueden hacer? dejarlos olvidados en un rincon expuestos a que estando solos surga cualquier contratiempo o es mejor acudir a una buena residencia donde les presten la mejor atención?.
El debate queda abierto.

Y que conste eh!, antes que alguna/o empiece a darse golpes de pecho que no hablo por experiencia casera, sino, profesional.

Muy bueno el escrito Carmen. Adoro leerte muchacha, cada día nos impresionas más.

Besitos

Mayte® dijo...

Y da igual de donde trajeras el escrito, cosas de estas hay que compartirlas para concienciarnos.

Viriato dijo...

Todo es real, como la vida misma. Una vez que estamos aquí hay que esperar cualquier cosa. Aquí, quiero decir en esta vida. Afrontarla y procurar llevar un buen botiquín siempre a nuestro alcance.
Saludos a vosotros que me leeis.

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...