9 de febrero de 2010

No pensaba traer este escrito, lo puse hace unos dias atras en mi blog, pero al leerte a ti Miriam, pues espero sirva para paliar el momento que pasas (o pasaste). Gracias.

Hoy pensaba en el desamor. Si hacemos “imposibles” tras el amor, con el desamor, bajamos los brazos. Tendría que empezar este escrito por el final de una relación de amor (llámese noviazgo, matrimonio, pareja). Para usar un ejemplo metafórico, diría que el amor es como un espejo. Cuando una persona ama a otra, se transforma en el espejo de esa otra persona y viceversa. Y cuando se termina con ese estado de gracia, el espejo se rompe en mil pedazos.

Creo que al romper una relación, ambos en la pareja (en mayor o menor medida), invaden su alma en un estado de desaliento, aflorando lagrimas, frustraciones, desganos y hasta me atrevo a decir que problemas físicos y mentales. Suele desaparecer el ánimo necesario para luchar ante esta eventualidad, se siente desfallecer, falta la calma, nacen momentos de gran aflicción, y llegamos a ser incapaces de conservar nuestra serenidad de espíritu.

Si decidimos quedarnos encerrados en lamentaciones, en un disgusto, en una pena, solo veremos los desechos en el fondo y nos estaremos perdiendo la oportunidad de renovar el agua, y alejarnos del dolor, la angustia y, porque no, del resentimiento.

En este estado de desamor, nuestra mente consciente, no es feliz hasta que no puede explicarlo con palabras, es aquí donde debemos limitarnos a lo que somos, sinceros con nosotros mismos, que no somos perfectos pero hay que luchar por ser nobles y dignos de la vida que tenemos. Cuando el espíritu está llorando, el corazón dice….Ten calma.

No es fuerte o valiente únicamente el que arriesga, sino también quien irradia felicidad cuando se es infeliz, demuestra alegría cuando no se siente, ríe cuando desea llorar. Ser fuerte es hacer feliz a alguien cuando se tiene el corazón hecho pedazos.

Comprenderás que el dolor enseña. Que sufriendo también se aprende. Que uno de los valores del pasado es el haber hecho de ti lo que eres ahora. De la tristeza se aprende a aceptar lo que no se puede cambiar, y ayuda a cambiar a tiempo.

La vida está acompañada de pequeñas y grandes cosas, amor, odio, dolor, ingratitud, alegría, compasión, trabajo, descanso, riqueza, pobreza, generosidad, esperanza, orgullo, egoísmo, amistad, desamor. En resumidas la vida es hermosa, y siempre debemos darnos la oportunidad de seguir adelante con nuestro camino, sin ver nuestros tropiezos (ni de los demás). Es una obligación de nuestra parte. No es egoísmo ponerse en el primer lugar, pues si nosotros no logramos estar bien, nada lo estará. Busquemos nuestras propias respuestas.

Nuestras charlas nocturnas

4 comentarios:

Miranda dijo...

Nene Hermoso:
Es muy cierto todo lo que mencionas y ante los infortunios que tenemos en la vida, insisto, sólo hay dos alternativas: LEVANTARNOS o Hundirnos más. A pesar del dolor que sentí, está el consuelo de haber recuperado mi tranquilidad y, lo que es mejor, una vez más mi rostro recobró la sonrisa.
Te Quiero Mucho Mario.
Besitos y Abrazos afectuosos a la distancia.

* Inés * dijo...

Esas pequeñas cosas...hacen que corazones tan grandes como el tuyo... sean importantes.

La vida... debe ser espejo nuestro,siempre brillante y con una sonrisa generosa.

Preciosa reflexión..Mario.Gracias mil.

D'MARIE dijo...

Impresionante reflexion...es precioso.ME GUSTA TODO LO QUE ESCRIBES...BESITOS

D'MARIE dijo...

Impresionante reflexion...es precioso.ME GUSTA TODO LO QUE ESCRIBES...BESITOS

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...