Pepe, con buen criterio y ayudado por lo que se había bebido, consiguió aplacar a Borja Mari diciéndole que al día siguiente, justo después del funeral, procedería a la lectura del testamento, a la que también asistiría el escocés, y que, una vez leído, se le darían todas las explicaciones que necesitara y, para no dar lugar a protestas, se llevó a Borja Mari y al escocés al velatorio.
Aquello fue un desmadre, ese velatorio se iba a recordar en Ricote por muchos años gracias a las comadres que, rosario en mano, ya ni se molestaban en disimular que rezaban, directamente cuchicheaban y miraban al escocés. Algunas no habían conocido varón alguno y, entre la buena planta que tenía el hombre y lo de ir enseñando las rodillas, los abanicos tuvieron que hacer acto de presencia para aplacar los calores de algunas y ellas, expertas en el arte del disimulo, decían de vez en cuando: "Ay, Señor, Señor, no se acaba este año el veranico de los membrillos".
Lo mejor vino cuando "el membrillo", o sea el escocés, se quedó dormido de madrugada en una de las sillas y se le abrió un poquito la falda y mostraba un cacho considerable de muslo, ahí fue cuando ya se desmadraron los abanicos y los cuellos de algunas. D. Antonio, el médico, también presente en el velatorio, sonreía para sus adentros y elucubraba sobre la cantidad de ellas que irían al día siguiente a su consulta aduciendo que les había dado un "mal aire" y les dolía el cuello.
Jacinta, que se había ausentado por un rato a la cocina para reponer el refrigerio y controlar al Juaquinico, entró de nuevo en el salón dónde estaba el féretro y, al ver el espectáculo, se persignó 3 veces seguidas y salió corriendo escaleras arriba a buscar un manto de los de luto para que alguno de los caballeros presentes tapara al escocés. Mientras buscaba el manto, Jacinta, conocedora de la historia del escocés y la "Señorita", casi se explicaba entonces que el "ama", que es como ella la llamaba, hubiera caído en las redes de aquel hombre pues si, con los ochenta años que ella le calculaba, era un hombretón ¿qué no sería de joven?. Por un momento Jacinta se imaginó junto al escocés con un corsé, medias de rejilla y zapatos de tacón como los que, en tiempos, usaba la "señorita" y ella tuvo también que sacar el abanico y, como las otras, pensó para autoabsolverse en lo que duraba ese año el "veranico de los membrillos".
Por fin se dio sepultura a la "Señorita" y Borja Mari, agotado por la noche en vela, las emociones y las interminables condolencias que había recibido se fue a casa para comer, acompañado por Jacinta, quien a pesar de la pena estaba muy contenta porque, según ella, en la iglesia no cabía un alfiler, Joaquinico y La Pepa, y descansar un poco antes de las 4, hora en la que habían quedado con Pepe para la lectura del testamento de la "tita". Pepe, a instancias de su mujer, que ostentaba el dudoso honor de ser la cotilla mayor del pueblo, había invitado al escocés a comer en su casa y durante la comida asistió al interrogatorio al que la arpía su mujer, utilizándole a él de intérprete, le sometió.
Llegaron las 4 de la tarde y en el despacho de Pepe se reunieron con él Borja Mari, el escocés y Jacinta y, sin más dilación, se produjo a la lectura del testamento. Las disposiciones eran las esperadas y Borja Mari, al comprobar que Pepe no le había engañado en lo de casarse y que, aparte de un legado considerable para Jacinta y un detalle para La Pepa y el Juaquinico y otro para el escocés, a quien dejó el vestido que llevaba cuando "el susto", todo era para él, empezó a suspirar y a respirar tranquilo.
No obstante, aún no había terminado el pobre Borja Mari de empezar a relajarse cuando Pepe anunció: "Hay más, hay un codicilo".
Continuará...
10 comentarios:
¡Ahora me explico porque la cabra Pepa tiene que trabajar en los desfiles de La Legión!
Con tan poca herencia no le llega para hacerse la manicura de los cuernos y pezuñas en la "Esteticienne" del pueblo.
Y eso que tiene que conquistarse el Joaquinito que cada vez se aficiona mas a las gallillas y las ocas y no le dá tanta ración de lo que acostumbraba.
Borja-Mari si esta contento, con tants pasta puede casarse con Mª Teresa Fernández de la Vega y montarse una federación del frente del orgullo mixto y "entreverao" .
También pueden legalizar la adopción de cabras huérfanas del Uzbekistán por parejas de homínidos/as no exactamente definidas en sus papeles respectivos de miembros y miembras.
QUE INTRIGA POR DIOS..
No , si no iba a ser tan facil como se habia pensado el señorito Borja Mari , alguna pega tenia que haber.
Ese codicilo seguro que un añadido dirigido alguno de los herederos ,para no facilitarle las cosas.
A que al final va a tener muy mala milk ,la tiiita.
Un beso,me encanta la historia .
Wpaa.
Con la oscuridad tétrica del lugar dejé el comentario en El monasterio rosa V. Jajajajajaja
Lo estás bordando, con ese lenguaje tan acertado que le has impreso y con un esquema perfecto, en cada uno de los capítulos.
Me está gustando mucho.
Gracias siempre.
Eres tremenda, me haces reir mucho, insisto en que te "va el costumbrismo".
Un beso
Sigue el relato ,no pares, me gusta mucho.
besos
enmatojado
Ay, Señor, Señor, como meta todas las sugerencias termino haciéndole la competencia (en cantidad que no en calidad) a Raymon Queneau y sus "Cent mille miliards de poèmes", que se supone que es el libro más largo del mundo, jajaja.
Ahora en serio, esto me lo cargo yo en 3 capítulos como máximo no sea que me echen del blog, jajaja.
María creo sin temor a equibocarme, que es el relato por capitulos que mas me ha echo reir, gracias, eres unica, asi que no si te lo terminas en tres capitulos o en treinta y tres, pero ya puedes empezar a imaginar el proximo porfa( el porfa es por lo del Borja Mari, osea) jajaja,
Mil besets
Esto está buenísimo, cada día mejor, insisto María, deberías ser guionista de seriales, te aseguro tendrías mucho éxito, eres genial!!!
Un beso, Scarlet2807
Tienes mucho talento .Buenisimo el leerte..besis
Publicar un comentario