23 de marzo de 2011

EL HOMBRE


Son muchos los libros que se han escrito acerca de este hombre pero, cuantos más libros se escriben de su vida, mayor es la confusión que se tiene acerca de él.

Se le ha representado como un hombre impetuoso, también como el rey de los oprimidos. Como un payaso crucificado, un charlatán bien intencionado, un místico, un revolucionario y muchas otras cosas más, pero ¿en realidad quién fue este hombre?

Algunos dicen que era el hijo de Dios, otros dicen que era el propio Dios hecho hombre en la tierra. Sí, el “propio Dios del propio Dios”,

Pero entonces ¿por qué dijo: “El Padre es mayor que yo”?, o ¿por qué dijo a Dios: “No se haga mi voluntad, sino la tuya” a menos que fueran dos personas distintas con diferentes voluntades?

Otros dicen que sólo era un hombre normal. Si él hubiera sido sencillamente un hombre común, ¿cómo explicamos el poder que tenía de controlar los elementos, curar a los enfermos y hasta levantar a los muertos, cosas que se han documentado, o ¿cómo pudo un simple carpintero ser capaz de revolucionar todo un sistema Romano y Judío a la vez?, ¿cómo después de más de dos mil años se sigue admirando y hablando de él?.

Se ha llegado a decir que en realidad fue un impostor. Los Judíos rechazaron la idea de que él fuera un profeta del Dios Verdadero y dicen que, a lo más, Jesús fue un gran maestro; en el peor de los casos, un impostor, pero de ningún modo fue el Mesías de Israel ni el Hijo de Dios.

Si Jesús era un impostor, un Mesías fraudulento, ¿cómo explicamos el que él haya cumplido un sinnúmero de profecías que se habían delineado en las Escrituras Hebreas, las cuales identificaban al verdadero Mesías, incluso muchas de ellas sobre las cuales él no pudo haber tenido control alguno?, como que sería traicionado por 30 monedas o que los soldados echarían suertes sobre sus prendas por citar sólo algunas.

Entonces ¿quién fue realmente?. Lejos de ser un “impetuoso campeón de los oprimidos”, un “payaso crucificado”, un “místico perplejo” o un “charlatán bienintencionado”, Jesús fue la persona más equilibrada que haya existido.
Era un hombre de valía, de fuerza, pero a la vez no se avergonzaba de mostrar ternura; Era un hombre que disfrutaba de la compañía de sus amigos, hombre que se mantenía en la perfección, aunque nunca fue exigente, arrogante ni dominante para con otras personas.

Por eso ¿cómo se mide la grandeza de un hombre?, ¿por su conocimiento?, quizás ¿por su genio militar?, ¿es posible que sea por su poderío físico?.

Fue el historiador H. G. Wells quien tuvo que reconocer que la grandeza del hombre se puede medir por ‘lo que deja plantado para que se desarrolle, y si puso o no a pensar a otros en nuevas direcciones con un vigor que persistiera después de él’. Aunque Wells no afirmó ser cristiano, reconoció lo siguiente: “Si se aplica esta prueba, Jesús está en primer lugar”. Si, todos tenemos que reconocer de una manera clara que Jesús y sus enseñanzas ha afectado la vida de millones de personas, o como dijo el propio Gandhi: “si el mundo pusiera en practica las enseñanzas de Jesús en el sermón del monte, ya no existiría mas odio ni rencor en la tierra”.

Sí, sus enseñanzas y su modo de vivir afectó y sigue afectando profundamente la vida de la gente por casi dos mil años.

De hecho Pilato, su propio verdugo, tuvo que reconocer la grandeza de Jesús al decir: “¡Miren! ¡El hombre!

5 comentarios:

María dijo...

Para mí,es EL HOMBRE, con mayúsculas. Es una figura que, como la foto que ilustra tu escrito me transmite seguridad, tranquilidad y una inmensa paz y tengo una imagen muy predeterminada de él que es un Jesús que transmite bondad y no sufrimiento.

Y, precisamente por eso, no me gusta verle representado en la crucifixión o siendo azotado, por ejemplo.

Yo, en Semana Santa, cuando pasan esos pasos sólo miro las flores porque me duele,aun en efigie, su sufrimiento.

Como siempre, me has puesto a meditar y te diré que, aunque todos tus escritos me gustan, este me ha gustado muy especialmente.

Besos

wpaa. dijo...

El verbo ,se hizo carne y habito entre nosotros.
Por ÈL fueron hechas todas las cosas .El mismo fuè hecho.
El que tenia toda la gloria con el Padre,la deja a un lado , y es hecho carne .
Deja a un lado su existencia y toma la del HOMBRE, y Dios se manifiesta en carne . Esa verdad es el fundamento mismo de toda verdad.
Me quedo con : Si, sus enseñanzas y su modo de vivir afectò y sigue afectando profundamente la vida de la gente por casi dos mil años .
¿hombre o Dios?.
Besos.
Carmen====wppa.

* Inés * dijo...

Leer sobre Jesús, nuestro señor está bien, estudiarlo desde un prisma objetivo es instructivo.
Pero sentirlo en tu vida y tu corazón, como Dios que es, es algo que sólo, quienes lo experimentan, saben darle su significado y seguirLe.
Al hilo de lo que dice María, no me gusta mucho "ver" la Semana Santa, como representación al pueblo, en las calles de las ciudades y pueblos, los días que le son adjudicados.
La entiendo de otra manera distinta, aunque respete las cofradías y demás.
Manasés me ha gustado tu aportación y me ha sorprendido tu reflexión sobre Él.
Muchas gracias, un abrazo enorme.
Vales mucho.

Manases dijo...

Gracias Inés por comentar mi escrito y me alegra también que te sorprenda, solo un pequeño matiz Inés, si has leído con atención mi escrito te habrás dado cuenta que en ningún momento digo que Jesús sea Dios, todo lo contrario lo describo como un ente separado e independiente. Besos

María dijo...

Hablando con mi hijo mayor sobre este artículo tuyo, y fuera de connotaciones religiosas porque él se confiesa ateo, me comenta su convencimiento de que Jesús es una figura histórica, como lo demuestra el hecho de que escribieran sobre él historiadores paganos como Suetonio, Tácito, Tito Livio, etc.

Me dice, también, que alguno de ellos aunque no recuerda cual mencionaba que Jesús era en realidad un príncipe judío (descendiente de una de las 12 tribus de Israel) y con derechos y/o pretensiones dinásticas sobre Palestina.

¿Me puedes contar algo más de eso?.

Gracias y besos.

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...