15 de enero de 2011

La espera no me desespera

¿Sabes cuanto tiempo, mi vida, hemos pasado esperando en este último año?. Recuerdo como una vez tuvimos que esperar en la fila de la gasolinera, luego nos toco esperar en aquel restaurante esperando que nos sirvieran y que tan bellos recuerdos nos trae. Te acuerdas, mi vida, cuando también tuvimos que esperar en la consulta del medico, fue ese dolor tan fuerte que sufrí en el estomago que hizo que permaneciera algunos días ingresado, o como tuvimos que esperar en aquella terminal esperando poder embarcar y coger aquel avión que nos llevaba como destino a nuestro refugio secreto.

Sí, mi vida, durante todo este tiempo hemos pasado juntos mucho tiempo, pero a tu lado las esperas no me han importado.

A veces esperar puede parecer muy frustrante. Parece como si nunca tuviéramos tiempo para hacerlo todo y podemos llegar a perder los nervios cuando pensamos en lo que deberíamos estar haciendo ahora y sin embargo estamos atrapados en un atasco en la autovía. Es verdad, nunca hay tiempo suficiente para hacerlo todo.

Fue Benjamin Franklin quien reconoció que esperar también puede resultar caro, cuando dijo: “El tiempo es oro”. Esa es la razón por la que los negocios buscan maneras de evitar demoras innecesarias durante el trabajo. Producir más artículos en menos tiempo supone mayores ganancias. Los negocios que atienden directamente al público tratan de ofrecer un servicio rápido. Fíjate, mi vida, cajeros automáticos, comida rápida, ollas multi-rapidas y similares, porque saben que para agradar al cliente tienen que reducir el tiempo de espera.

Por supuesto, si la vida no fuera tan corta, no nos preocuparía tanto tener que esperar. Pero la vida es corta. ¡Si, mi vida, ¡la vida es corta cuando no te tengo!, esperarte puede llegar a ser el mayor de los tormentos cuando no estas a mi lado.
No importa dónde vivamos ni quiénes somos porque los días las horas o los minutos se me hacen eternos cuando te tengo que esperar.

Aprender a esperar, cuan difícil es, ¡sí! saber esperar es una lección que debemos aprender. Hasta los nenes exigen atención instantánea cuando sienten hambre o están incómodos. De hecho, como en la vida es inevitable tener que esperar, saber hacerlo con paciencia cuando es necesario es una señal de madurez.

Pero hay situaciones en las que me invade la impaciencia, situaciones urgentes en las que se comprende la impaciencia, como cuando no te tengo.

Pero sé que la paciencia con el tiempo será recompensada. Por lo general, nos resulta más fácil esperar si estamos convencidos de que aguardamos algo que merece la pena y que finalmente llegará. Es bueno que reflexionemos sobre esto.

La Biblia nos anima a meditar sobre el ejemplo del agricultor. Este siembra la semilla, y no tiene más opción que aguardar pacientemente, haciendo lo que pueda para proteger la cosecha, hasta que llegue la época de la siega. Entonces su paciencia es recompensada y él ve el fruto de su trabajo.
Sé que esperar es inevitable. Pero no quiero que mi impaciencia llegue a ser una causa constante de angustia.

¡Si! saber esperar es fundamentalmente, es una cuestión de actitud y perspectiva futura.

5 comentarios:

María dijo...

La paciencia es una gran virtud que no todo el mundo posee pero, como tú bien dices, la espera se hace más llevadera si lo que esperamos merece mucho la pena.

Me encanta como escribes, ya lo sabes, pero hoy has hecho algo diferente y con un toque especial, es como una carta de amor llena de reflexiones sobre la paciencia.

Tu mujer se sentirá muy orgullosa de todo lo que le dices.

Besos

Mª Pilar dijo...

Yo pienso que muchas veces, la espera hace que sea más interesante lo que esperamos.
Si merece la pena, no importa tener que esperar, pues vivimos la vida de una forma vertiginosa y nos perdemos muchas cosas, hay que ir más despacio para saborear todo.

Un abrazo

Pilar

wpaa. dijo...

La paciencia es una sabiduria; el que sabe esperar gana; los arrebatos ya estan vencidos, antes de haber empezado la carrera.
Lo que se hace esperar , con paciencia ,es lo que mas dulce sabe despues.
No sabes como me ha gustado este texto tuyo , espero que tu esposa lo lea , se sentira muy orgullosa de ti , aunque estoy segura que ya lo esta.
Eres sorprendente e increible Maneses.
Besossss
wpaa.

chus dijo...

La espera es deseperante, es peor espeesperar sin saber lo que se espera. Es incomodo pero hay que saber esperar.Es muy importante tener paciencia, porque veras si no es asi, uno sufres esperando y da igual, nada pasara cuando tu quieras. y dos yo aprendi que las noticias buenas o malas te las daran. BESOS Y PACIENCIA ES MEJOR

Rosa Mª Villalta dijo...

Muchísimas gracias Manases por tu compañía y por tan interesante y bonita aportación.
Yo soy de las que no tengo paciencia, no puedo ni esperar un semáforo en rojo (no en coche, caminando, pues no conduzco. Me ha gustado muchíisimo cuanto has escrito. Te felicito.
Con todo cariño, Rosa.

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...