2 de agosto de 2010

UNA VIDA SIN VALOR V

    

 Después de cinco años de servicio activo, me he licenciado con el grado de Cabo 1º, la despedida fue muy emotiva, he pasado los mejores años de mi vida con ellos, hicieron una cena y me regalaron una placa con el nombre de todos los compañeros que han pasado por la base, se me saltaron las lágrimas cuando todos los camaradas que pudieron asistir al acto me abrazaron, después de muchos años, es la primera vez que me regalan algo.

    Estoy a punto de cumplir los veintiséis años y mi prioridad es alquilarme un piso pequeño que sea barato y encontrar trabajo, gracias al servicio militar he perfeccionado mi inglés y la informática, quisiera trabajar en este ramo, sé que será difícil pero no imposible, he madurado lo suficiente y sé lo que quiero.

    ¡Aquí estoy! En mi casa, puedo decir que es mía, no es gran cosa apenas tengo muebles, sólo una cama pequeña que me he comprado y una mesa con dos sillas que recogí de un contenedor que no estaban mal, así como los utensilios que he comprado en los chinos que me ha salido barato, poco a poco lo iré arreglando mejor.

    Llevo cinco días en la cama con vómitos y fiebre apenas me puedo mover, he cogido una gripe descomunal y lo peor es que apenas llevaba una semana trabajando y no sé lo que pensaran en el trabajo de mí, les he dicho que no quiero que me paguen nada mientras este de baja, lo estoy pasando mal, pues no me puedo mover ni para ir al cuarto de baño. No quiero pedir más ayuda al cura que me ha ayudado a conseguir el piso, (al no tener nómina, no me lo alquilaban), no quiero molestarle más, ya en su tiempo me ayudó a encontrar trabajo y ahora el piso, le tengo que estar agradecido y no le quiero importunar más.

   Llevo dos años trabajando en la empresa, y con algunas chapuzas que hago fuera de horario, estoy ahorrando bastante dinero y mi pequeño piso lo tengo amueblado. No tengo grandes vicios además del cine, no bebo, no fumo, en definitiva, salgo poco.

   Hoy mi jefe que se jubila dentro de poco, me ha ofrecido que me quede con su empresa a cambio de una cuota mensual y un pequeño traspaso, le contestado que sí el banco me concede el dinero, me quedo con él, con mis ganas de trabajar saldría adelante sin problemas y podría tener mi propio negocio.

   Todo me va de maravillas aunque estoy entrampado hasta las cejas, pero sigo adelante, tengo mi piso y un pequeño coche, lo único que me falta es conocer a una mujer, casarme y tener hijos, desde que estuve con la mujer de la casa de citas no he vuelto a estar con ninguna.

  Ayer vino una chica joven a que le solucionara un pequeño problema en su ordenador, nada más verla, me puse muy nervioso, ella me miraba descarada y yo no podía levantar la vista, me daba vergüenza, ella ni corta ni perezosa me dijo que era vecina y que llevaba bastante tiempo observándome y que el traer su ordenador había sido solo una excusa para hablar conmigo, que yo le gustaba y que se había informado de mí, sabia que no tenía pareja y quería salir conmigo, me quedé cortado, no sabía que responderle.

   Ella me preguntó si quería salir con ella a cenar o a tomar una copa, yo nervioso le dije que sí, todo me temblaba, cogió su ordenador que no le pasaba nada, quedamos o mejor dicho, quedó ella a las 8.30 para ir a cenar y que la recogiera en la puerta de su casa.

   Cerré antes de tiempo la tienda, subí a mi casa, me duché y elegí la mejor ropa que tenía en esos momentos, me perfumé y mirándome al espejo no me encontraba atractivo para que una chica guapa y con veinte años poco más o menos se fijara en mí, yo lo achacaba a que tenía buena opinión de la gente de la calle y que era un hombre responsable, por lo cuál me dije ... ¿y porqué no le voy a gustar a una mujer?

   Media hora antes de la cita estaba en la puerta de su domicilio con mi coche y sin saber donde la iba a llevar, seguro que ella lo sabría, la veo muy desenvuelta.

   Diez minutos antes de la hora, la vi salir de su casa, estaba guapísima, con una minifalda que quitaba los sentidos, su cabello rubio llevándolo por encima de sus hombros y una camisa ajustada a su talle, donde predominaba unos pechos no muy grandes, pero si muy hermosos, los cuales traslucían a través de la camisa, no necesitaba sujetador, empecé a sudar nada más verla, se acercó y con una sonrisa franca me besó, se montó en el coche y la falda se le subió un poco, dejando entrever las hermosas piernas que poseía, ella me miraba y sonreía al ver la cortedad de mi mirada, me dijo que la llevara a un restaurante que conocía.

   La velada fue magnifica, ella no paraba de hablar y de preguntar cosas de mi vida, algunas le conté, no todas, por primera vez en mi vida estaba solo con una chica frente a frente, después nos fuimos a tomar unas copas, ella se extrañaba que no bebiera alcohol, después de media noche la llevé de regreso a su casa y cuando la despedía, ella me beso en los labios y me dijo ¡hasta mañana!.

    Cuando llegué a casa, no paraba de acordarme de la cita, me había enamorado en un solo encuentro, estaba deseando que llegara el día de mañana para encontrarme de nuevo con ella.

Continuara……..

6 comentarios:

LIA50 dijo...

Que puedo decirte, ya tenía que salir la minifalda!jaja, eres increíble, me gusta muchisismo este relato...Besos con cariño.Lía.

María dijo...

Menos mal que la chica era decidida porque si no este se nos muere sin comerse una rosca.

Es tierno el personaje, estás transmitiendo muy bien su tristeza.

Besos

Alejandro dijo...

Ya le estaba haciendo falta una alegria a este, jajajaja.

Muy bueno, Amigo.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Fibo, a mí me parece que te está quedando muy bien.
Seguiré pediente de la continuación.
Un abrazo
Madeira

Scarlet2807 dijo...

Fibo, ya era hora que el personaje lo empezara a pasar un poco mejor
Me está empezando a gustar más la historia...

Un besote, Scarlet2807

BONBOM dijo...

Y porqué yo tengo esa sensación en el estomago de cuando las cosas salen mal??, en fin espero equivocarme, como siempre magnificamente bien.
Un beset

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...