16 de agosto de 2010

¿Por qué le llaman sexo?

¿Por qué le llaman sexo cuando quieren decir amor?, ya sé que la mayoría estáis pensando en la frase cambiada o, quizás, en la película o en la frase de Groucho Marx "¿Por qué le llaman amor cuando quieren decir sexo?, pero no, lo he escrito bien y quiero defender que el sexo, en la mayoría de las parejas, es la consecuencia lógica del amor y una manifestación de amor.

El amor, según lo veo yo, es un compendio de tantas cosas que no voy a ser capaz de plasmarlas todas. Es afinidad porque tener muchas cosas en común con la persona que amas te hace sentirte bien en su compañía y desearla. Es comprensión porque comprender y que te comprenda esa persona es fundamental para que la relación salga adelante. Es ser parecidos y al mismo tiempo diferentes, parecidos en gustos, conocimientos y aficiones en la medida suficiente como para que sea muy agradable compartir tu vida con esa persona y diferentes en algunas cosas porque, de no ser así, supongo que el aburrimiento se instalaría tarde o temprano en esas vidas. Es diálogo, si no te gusta hablar con el ser querido o no tienes nada de qué hablar difícilmente se mantendrá una relación.

Amor es ser su princesa y él tu príncipe porque le ves y te ve así en vuestro mundo privado y, aunque yo sostengo que el amor no es ciego en absoluto, es ver que, por ejemplo, hay personas mucho más atractivas físicamente hablando pero no son las que tu amas, porque tú no te enamoras de un standard fijado por la moda sino que lo haces de una persona con defectos y virtudes.

Amor es confianza, es saber que a esa persona le puedes contar todo y no te va a fallar, es hacerle partícipe de tus inquietudes, de tus problemas de trabajo, contarle hasta lo más íntimo y saber que está ahí, incluso para reñirte si considera que no has hecho algo bien pero ahí, como tu columna donde apoyarte y sostenerte.

Amor es también perdón porque, a veces hasta sin darnos cuenta, hacemos o decimos algo que pueda herir al ser querido y si le quieres y te quiere se aclaran las cosas y se sigue adelante, incluso hasta más reforzados. Amor es no hacer daño conscientemente, eso es una de las cosas que yo no podría disculpar y que nunca haría, ni siquiera para vengar una supuesta afrenta.

Amor es altruismo, porque serías capaz de sacrificarte por el bien del otro, de no tener relaciones sexuales si algún problema físico se lo impidiera y, sin embargo, seguir amándole y seguir deseando dar y recibir besos y caricias o, simplemente, su sola compañía.

Amor es alegría, es reírse juntos por una tontería, es tomarse el pelo mutuamente y disfrutar con ello. Amor es encontrarle el lado bueno a los defectillos del otro o que no te importen. Es estar ahí cuando te necesitan y que estén cuando lo necesitas tú. Es entender y saber esperar, comprender y asumir que, a veces, las circunstancias te impiden un viaje, por ejemplo, pero que no se acaba el mundo, que hay tiempo y vida por delante y que todo llegará.

Amor es llanto a veces, pero del bueno, de llorar de emoción, del que te provoca una caricia, una mirada o, simplemente, el verle. Es ternura, como la que te puede inspirar un bebé. Es devoción porque es entrega y atracción. Es protección porque te sientes a salvo de todo y con afán de proteger, de no dejar que nadie le haga daño a quien tú amas.

Amor es memoria y añoranza, memoria porque hay mil pequeños detalles que te lo hacen recordar y sonreír con el recuerdo y añoranza porque, hasta durante la más mínima ausencia, le echas de menos y deseas que esté contigo.

Amor es contacto, es necesidad de besos y caricias. Es entrega porque te das al otro pero también es recepción porque el otro se da a ti. Es llamarle por teléfono cuando hace minutos que habéis hablado porque sigues necesitando su voz y él la tuya.

Y amor no es sexo sino sexualidad porque, etimológicamente hablando, sexo significa dividir y el amor no divide sino que une, a dos personas que se quieren, se necesitan y se buscan con afán y quieren besarse, tocarse, olerse, recorrerse con sus manos y sus labios, formar un sólo cuerpo y darse placer, porque el erotismo también forma parte del amor, ya que no es otra cosa que deseo sensual y amor apasionado, es, a mi juicio, la mayor manifestación física del amor. Es una parte importantísima del amor, qué duda cabe, pero no es lo primordial, amor es más, infinitamente más.

9 comentarios:

Miranda dijo...

María:

Un escrito impecable, me gustó mucho.

Abrazos afectuosos y besitos a la distancia.

Scarlet2807 dijo...

Como todos tus escritos ( los que no son pemas)
Acertado y claro...
Eres muy buena escribiendo Maríay te felicito, por tu versatilidad.

Un besote, Scarlet2807

Fibonacci dijo...

Y yo sin saber nada de eso, lo que me he perdido.nunca es tarde dice el refran, lo buscaré.
Muy bueno como siempre todo lo que escribes.
Un beso casto

Anónimo dijo...

María, ni un coma se le puede añadir a lo que has escrito. Yo lo suscribo en su totalidad.
Un beso grandote.
Madeira

SalvaX dijo...

Extraordinario, no se puede explicar mejor.
Comparto todas tus opiniones.
Saludos.

wppa, dijo...

Palabras muy ciertas de lo que es verdaderamente el amor.
No es solamente sexo,el amor es tan profundo y tiene tantos matices, que aunque tu lo has planteado de una forma total , se podrian escribir muchas mas lineas.
Precioso y preciso , como siempre genial
Un beso
wppa.

LIA50 dijo...

María los has descrito con todas las palabras, el amor es todo eso. Besos Lía.

* Inés * dijo...

Eres la embajadora del amor, la poetisa de los versos y la dama de las letras.
Impecable, emocionante y perfecto, según mi lectura.
Nadie que no ame como tú, puede escribir algo semejante.
Y sobretodo el amor es vivencia y quien lo probó, lo sabe.
Un beso y mi admiracion personal.

Soñador dijo...

Lo has bordado, me da hasta cosa elogiarte, creo que te empalagaria, me gusto mucho, además tienes para todos los temas..siempre algo que decir, me gusta como y lo que escribes, gracias.

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...