Reciclando sueños

Justo hace unos minutos que me puse a pensar, sin pensar en nada, me han venido  de vuelta, pensamientos viejos, sueños irrealizados.

No sé si vosotros alguna vez, al hacer una buena obra, notáis esa sensación tan extraña que invade el cuerpo, a mí, suele sucederme y eso me hace remontarme a mis primeros sueños.

Recuerdo aquellos días de Domund, cuando nos llenaban de globos coloridos y aquellas huchas, para recaudar fondos. Para mí, eran días de dicha, no porque me sintiera cristiana supongo, sino más bien, por la algarabía que se formaba. (Aunque cierto es, que me sentía henchida de cristianismo en aquellos momentos).

Recuerdo también aquellos asaltos a mi conciencia, cuando quería irme a África y dar de comer a todos los negritos. Soñaba una y otra noche que  iba cargada de arroz y preparaba  comida para todos. (Pensaba que con una paella daría de comer a toda África).

 Recuerdo cada Domingo cuando cantaba en el coro de la Iglesia y siempre al hacer los solos a medida que subía el tono, me sentía tan llena de paz que quería meterme a monja. ( Sigo cantando pero, en vez de subir al cielo, mis perros arañan las paredes)

Recuerdo que al leer a Santa Teresa y San Juan  de la Cruz, me sentía tan identificada con ellos, que incluso deseaba que me salieran llagas. ( Hoy nadie me quita que esos dos estaban liados).

Recuerdo también que al leer cualquier noticia referente a Teresa de Calcuta, al pasar por una farmacia, siempre compraba tiritas. ( Inocencia la mía que creía que algún día acabaría de misionera en la India curando la lepra).

Hoy me pongo a reciclar mis sueños, y me duele un poco haber perdido aquella inocencia y aquellas ganas de ayudar a mejorar el mundo.

Besos