28 de junio de 2010

+ Los dilemas de la boda +

El asunto de cómo vestiría el día de mi boda no había quedado solucionado, aún falta la opinión de mi madre, no podía yo dejar de compartir con ella cada detalle, así que le comenté la idea de usar un traje de falda y saco, su reacción no pudo ser diferente que la de una señora de 80 y tantos años…
¿Cómo que no irás de blanco? ¡¡No hija, tú tienes que salir de tu casa como toda una señorita!!
¡Glup! Tragué saliva, jamás pasó por mi cabecita tal idea…en fin la brecha generacional era evidente.

Sin embargo, lo pensé más detenidamente, era algo que a ella le hacía ilusión, mis hermanas se habían casado bajo la misma tradición ¿por qué tenía yo que hacerlo de manera diferente? Y nada me pasaría con darle ese gusto.

Al fin decidí ir de vestido largo y blanco, ¿azahares? Quizá…pero, ¿Cómo?

Eso si, tenía bien claro que por ningún motivo sería un clásico vestido de novia de vuelo, olanes, cola y velo.

Tenía que ser algo sobrio y elegante, con lo que me sintiera bien.

Mientras escribo no dejo de sonreír al recordar cada detalle, ¡Qué época tan dichosa! Llena de emociones que nunca imaginé vivir, lógico, si tampoco jamás pensé casarme.
Hubo de todo momentos angustiantes, de nerviosismo, inseguridad, alegres, divertidos…
Pero sí, era una hermosa realidad.

Toño participaba junto conmigo de las emociones, en todo me apoyaba en la toma de decisiones, las discutíamos de manera armoniosa, además que toda la familia estaba involucrada.

Seguimos con los preparativos, y de un brindis familiar e íntimo, pasó a ser una recepción, con cena y baile, en un salón de eventos del Casino Naval.
Tuvimos que hacer cuentas para saber con cuanto dinero contábamos y si era necesario, pedir apoyo.
Empezamos por hacer la lista de invitados, fiuuu ¡que dilema!
¿A quien invitar y a quien no?
Primero debíamos contar a la familia de ambos, aunque la de Toño vivía en Salamanca, debíamos invitarla así no pudieran venir. Luego amistades mas cercanas, todas personas muy queridas que nos han acompañado en todos los eventos familiares, bodas, bautizos, natalicios, cumpleaños…

Faltaban mis compañeros de trabajo, sentía cierto compromiso con ellos. Mis amigas íntimas eran pocas, pero las amigas ocasionales eran ¡muchísimas!

La situación se tornó difícil pues la lista se elevó a más de 200 personas.
Definitivamente teníamos que achicar la lista, lo importante era compartir la celebración con las personas a las que quieres y deseas compartir esos momentos importantes de tu vida y no invitar por miedo al que dirán.

Los invitados no podían se mas de 120, fue una decisión salomónica, con pena, pero no se podía mas…seguro entenderían nuestros motivos.

7 comentarios:

Eric_sbn dijo...

Mega009
Te quedo muy bonita la forma en que nos cuentas los preparativos, personalmente disfruto màs de los preparativos que de la celebraciòn misma..

Quizas exista esa brecha generacional que mencionas, pero... en el mundo en que vivimos tan "individualizado" en el que vivimos compartir siempre sera un acto de amor y sobretodo si compartes la bella historia de amor como la tuya.

Besitos para la novia.
chau

LIA50 dijo...

Mega que bonito recordar esos momentos de dicha...lo haces muy bien...Besos Lía.

María dijo...

Emociona tu relato, Mega, espero la continuación.

Besos

Fibonacci dijo...

Ya estamos cerca mega, precioso como vas relatando paso a paso.
Un besote.

Anónimo dijo...

Ay Mega qué bonito te está quedando..
Se te nota la felicidad en cada palabra.
Un beso

Miranda dijo...

Meggg:

Ya en varios de tus relatos te he manifestado la emoción que me da al leerte, esperaré pacientemente el próximo.

Abrazos afectuosos y besitos a la distancia.

D'MARIE dijo...

Mega es maravilloso leerte,tan natural ,pareciera ,que vivo tu relato.Muy bueno !!
Bessis

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...