17 de abril de 2010

EL ALEMAN

Cuando el alemán se instaló en nuestras vidas lo hizo sin avisar, sin darnos tiempo a cerrarle nuestra puerta. Un día, papá, te lavaste los dientes con champú y creías que tu baño estaba en un armario. Llegó ese día.

Tuvimos la confirmación oficial de su visita un 13 de junio, lo recuerdo perfectamente, San Antonio, ese día supimos que tomaba posesión de nuestras vidas, sobre todo de la tuya y que, por mucho que la Ciencia hubiera avanzado y retrasase o mitigase los efectos que causa su visita, no había vuelta atrás, iba a por tí, fuiste su "elegido".

El alemán fue un "invitado" permanente en nuestras vidas, uno que lo decidía todo y marcaba la pauta de las nuestras.

Quiso ganarte del todo la partida, papá, pero no pudo porque tú te fuiste antes de que te atara a una cama de por vida. Tú, afortunadamente, no pasaste por la última fase de su macabro plan.

Tú, que siempre fuiste mi sostén, mi consuelo, mi cómplice, mi confidente, todo lo que puede ser un padre y mucho más de pronto pasaste a ser mi hijo, me llamabas "mamá". Y yo, que primero te adoré como el padre maravilloso que siempre fuiste, luego te idolatré como hijo.

El alemán lo trastocó todo, ya nada era como antes, tuvimos que cambiar nuestras rutinas para adaptarnos a sus caprichos pero tratamos de establecer nuevas rutinas, de sacar un poco de partido de ellos.

Los viernes por la tarde era el día en que tú y yo íbamos de la mano a la pastelería a comprar todo lo que se te ocurría. Hacías como los niños, señalabas y decías "quiero esto" y de esto comprábamos y, luego, volvíamos a casa cargados, sabiendo que mamá nos reñiría por haber comprado tanto, porque tú ibas a engordar comiendo de todo eso pero yo le decía: "¿qué más da, mamá?, déjale que coma lo que quiera", todo da igual.

Con el tabaco igual, de pronto un día empezaste a fumar después de muchos años sin hacerlo, mamá escandalizada y ahora ¿sabes qué? ella se arrepiente de no haberte dado ese cigarrillo que tú pedías desde la cama del hospital, sólo estuviste 4 días, ahí entre Dios y tú le ganasteis la partida al alemán y Dios te llevó con él. Hubo de todo en esos 4 días, tú pidiendo el cigarrillo, la noche en que apretaste tanto mi mano que casi me la rompes, el día de tu santo, cuando le decías al compañero de habitación que le invitabas pero que la cerveza la ponía mi marido que para algo tenía tanta en su nave.

Cuando mamá te dijo que llevabas dinero en la cartera para invitarle dijiste que no, que esos eran para tí y para mí, para irnos los dos a tomar algo. Ahora son míos ¿sabes? esos 30 € los llevo conmigo desde entonces.

Tú no podías llevar dinero, porque lo perdías o lo escondías pero, como a tí te gustaba seguir llevando la cartera, siempre llevabas 30€, por si querías perderlos, por si los necesitabas. Recuerdo que, al principio, cuando aún salías solo, le dabas a Manolo 50 € por un cupón de la Once, pero él te llamaba y te devolvía el cambio, igual que cuando te lo llevabas sin pagar y sólo me lo decía cuando yo le preguntaba, buena gente Manolo, otro que te apreciaba.

Hubo cosas que el alemán no te pudo quitar, como tu coquetería, si es que se le puede llamar así a eso que tenéis los hombres. Te recuerdo sentado en casa muy arreglado, con la corbata bien puesta, leyendo el periódico o haciendo como que lo leías porque muchas veces estaba del revés.

Un verano te dio por los relojes, no sé cuantos te compré, todos los que quisiste y, cuando llegábamos a casa con uno nuevo, mamá nos reñía, simulaba estar enfadada y tú te reías como un niño travieso y se lo enseñabas. Te llegabas a poner hasta 3 juntos.

Hoy, papá, es uno de esos días en que necesito tu consuelo, te necesito más que nunca y maldigo al alemán que te arrebató la vida, el Sr. Alzheimer.

Seguiremos hablando, papá.

9 comentarios:

Mayte® dijo...

Qué te puedo decir?. Estoy llorando a moco tendido y solo es mediodía.
Me ha llegado demasiado adentro supongo.
Gracias por compartir nena.

Un besito a la distancia

Scarlet2807 dijo...

Yo también estoy llorando, pero, me secaré las lágrimas y los "mocos"si es necesario, porque No me puedo ir sin decirte algo.
Lamentando que tu padre se haya ido, piensa que se fué lelíz....el Alzheimer es una enfermedad que no entistece a los que la padecen, si no, a su entorno. ellos se protegen en su mundo mágico, donde solo ven lo que quieren ver, y recueradan lo que quieren recordar.
Con respecto a tí Ella...
Magistral!!! una persona que es capáz de hacerme partir de risa con su relato , y luego con otro hacerme llorar, merece toda mi admiración.
Un beso, Scarlet2807

Unknown dijo...

(¿Cuánto hace que no lloro?...ya ni recuerdo)Tremenda enfermedad, Ella, impiadosa, que arrebata al ser que fue, y que ya no volverá a serlo. Ser, que muere, y ni siquiera tiene conciencia de que parte, que no puede dejar palabras bonitas, ó si hace falta, ó considera, arrepentirse de algo. Ella, te mando un beso grande, compartiendo todo tu sentir. - tzn

wppa dijo...

Que enfermedad tan cruel,cuanta tristeza y dolor para los seres queridos, ver como se van volviendo como niños , que el calendario de su vida , se queda sin numeros, y la cinta de la pelicula de su vida se vela y queda en blanco ¡¡¡muy triste¡¡.
Ella siento mucho , esta parte de tu historia que te toco vivir, pero quedate con lo mejor, no pienses que se fuè piensa en los años que disfrutastes de el.
Un beso
wpaa

D'MARIE dijo...

Un abrazo emocionado,ante este relato tan intimo...La fuerza la hace la dignidad y las ganas de seguir,asi sea sin la presencia de los seres amados,que se van ,dejando huellas en nuestro camino de la vida...Emocionarse fue poco,me dura el dolor.,de la lectura...pero es parte de la vida y estoy a tu lado,.
Besis

Soñador dijo...

Bueno , relatastes con toda la ternura que se puede, y con el cariño que en este relato nos ofreces..gracias

Anónimo dijo...

Ella entiendo mucho, mucho de esa enfermedad. Yo, una vez que lo asumí, llegué a disfrutar de ser madre, siendo hija. Hubo suerte en que no se cumplieron todas las etapas de ese larguísimo camino.
Me he sentido muy unida a tí con este escrito y por ello te mando un abrazo inmenso.

María dijo...

Gracias, a todos y de todo corazón. Eso es parte del libro de mi padre que nunca quería hacer público pero hoy necesitaba gritarle al mundo que le quiero mucho.

Besos

Fibonacci dijo...

Me has hecho retomar unos recuerdos.

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...