25 de febrero de 2011

El penúltimo afrodisíaco


A lo largo de los siglos se han inventado, difundido y mantenido numerosas leyendas acerca de determinados productos o alimentos que, presuntamente, son afrodisíacos.

Hay afrodisíacos que son comunes a muchas culturas, como el marisco, el perfume, los espárragos, plátanos y cualquier otro vegetal con apariencia fálica, las fresas, el chocolate, el ginseng, las ostras y la canela entre otros muchos, pero luego tenemos lo que llamaríamos afrodisíacos locales (porque se consumen en zonas geográficas muy concretas) o los que se ponen esporádicamente de moda, como el polvo de cuerno de rinoceronte que, hace ya años, puso a este animal casi en peligro de extinción en algunas zonas porque se presuponía que, como el rinoceronte copula durante 45 minutos ininterrumpidamente, el hombre que tomara su cuerno en polvo podría hacer lo mismo.

En esto, como en todo, existen modas y supongo que nadie o casi nadie toma ya mandrágora o satiricón como hacían los romanos aunque yo, a pesar de que con la mandrágora te puedes envenenar si se te va la mano, de necesitar algún afrodisíaco la preferiría al último que se ha puesto de moda en algunos países asiáticos, el balut, que consiste en huevo de pato fertilizado que se incuba en cestos al sol con arena y que se consume antes de que empiecen a salirle las plumas pero estando el feto perfectamente formado, resumiendo, que es lo que podríamos llamar un aborto de pato.

El balut es la cosa más asquerosa, a la vista, que se me ocurre que pueda comer nadie, se comen caliente y, según dicen, sube la libido un montón. Yo seré rara, lo admito, pero como tuviera que “animarme” comiendo balut lo llevábamos claro porque sólo la foto es vomitiva así que me imagino el verlo cara a cara, porque a abrir la boca delante de eso no me atrevo ni imaginarlo, y me da algo.

En cualquier caso, mañana o pasado mañana, saldrá otro afrodisíaco nuevo y el balut pasará a ser el penúltimo de una larga lista de sucedáneos del amor, que es el único que realmente funciona.

4 comentarios:

Manases dijo...

Estos Filipinos no saben que hacer para dar la nota, tienes toda la razón María no hay nada como el amor verdadero, todo lo demás son sucedáneos.

María dijo...

Pues claro que tengo razón, donde esté un beso que se quite un pato de estos (qué foto más fea, puagggggg, cuando venga una que yo me sé me reñirá, jajaja).

Besos

* Inés * dijo...

Afrodisíacos para que el amor, como expresión física alcance su cota más alta.
Hay miles o dientos de miles, desde que el mundo es mundo.
Yo creo que el más eficaz es la imaginación y la complicidad con la pareja.
Un beso, María.

María dijo...

Totalmente de acuerdo, Inés,el mejor afrodisíaco es el amor.

Besos

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...