! LA SEÑORA ! VI

Carmela sube a su habitación, esta temblando se siente fatal y tiene unas ganas terribles de llorar, pero no es la mujer blanda que todos se creen, no, ella se lava la cara y apretando los puños fuertemente coge la maleta del vestidor y empieza a meter la ropa dentro.

No sabe muy bien qué poner, ni cuantos días estará fuera, solo quiere salir de allí lo antes posible y pensar, relajarse, pero esos dos lo pagaran caro.

Mientras, al ver que tarda, Trini sube a buscarla y, tras pedir permiso para entrar en la estancia, se queda asombrada de ver la palidez de su amiga.

_¿Qué pasa Carmela?, ¿estás mal?,.

_ Pues la verdad es que no me encuentro muy bien, ¿oye me podría quedar contigo más tiempo?.

_Claro mujer, ¿cómo me preguntas eso?, el tiempo que quieras, pero ¿seguro que no te pasa nada?.

Hablaremos en tu casa, no quiero hablar ahora.

_De acuerdo, no cojas nada más,  si necesitas alguna cosa la coges de mi armario, como cuando nos cambiábamos la ropa ¿te acuerdas?.

_ Si, y tu madre se enfadaba, niñas como si no pudiésemos compraros la ropa, jaja.

_Mamá nunca se enteró de que a nosotras lo que nos gustaba era el cambiarnos nuestra ropa, no comprar más.

Si, era divertido, venga vámonos ya.

Al salir le pide a Trini que le acompañe a hablar con Juana para decirle que se va por unos días a su cortijo, para que la puedan localizar si pasa algo.

Cuando llegan Juana ha salido al huerto para recoger verduras frescas para la cena, en ese momento esta solamente Rocío.

Buenas tardes Rocío

Buenas tardes señoras, ¿en que les puede servir?

¿Dónde esta Juana?

Salió al huerto señora.

Bien, cuando venga le dices que me voy por una temporada al cortijo de la señorita de Montoro, si pasa alguna cosa ya sabe donde localizarme, ya llamaré desde allí para dar las instrucciones que crea oportunas.

De acuerdo señora.

Que tengan buen viaje.

Una vez en el cortijo de los hermanos, y, después de cenar, salen a pasear un ratito los cuatro, en un momento dado los novios han desaparecido, y Fran y Carmela se sientan en el cenador, Fran le coge las manos y le empieza a contar de el tiempo que no se han visto, lo que sufrió cuando ella se casó.

Que nunca consiguió olvidarla del todo, que siempre ha sabido de ella por medio de su hermana, que él se casó a los tres años y que hacia seis que enviudó, que fue relativamente feliz en su matrimonio, con una aristócrata rusa muy bella y cuatro años mayor que él, y que tenia dos hijos mellizos estudiando en Rusia, que venían por navidades y en vacaciones, que ahora tenían dieciséis años.

Que, al saber por Trini que ella estaba de vuelta por haber enviudado, no pudo resistir la tentación de volver a España, que necesitaba verla, y que todo había sido una confabulación de su hermana y él mismo por sacarla de la hacienda, para ver si sentía lo mismo, y que sus sentimientos hacia ella después de haberla visto seguían intactos como el primer día.

Ella le escucha con la cabeza recostada en su hombro, se siente bien con los ojos cerrados escuchando la voz queda de Fran, es gratificante saber que alguien le habla de sentimientos, sin pedirle sexo, y tampoco es por su dinero pues los Montoro son unas de las mas grandes fortunas del país.

De pronto Fran, al ver que ella no ha dicho una sola palabra, le pregunta por su vida.

¿Y tú Carmela? ¿Has sido feliz en tu matrimonio?.

No mucho la verdad, tampoco infeliz, simplemente estaba al lado de un hombre al que sólo le preocupaba tener una mujer joven al lado, y para él era como un trofeo, me exhibía, me hacia bailar flamenco en las fiestas que daban en la embajada americana, y cuando no estaba demasiado borracho hasta me hacia un sexo bastante bueno, a cambio yo tenia viajes por todo el mundo, joyas, y casi todo lo que sueña cualquier mujer.

Carmela, te encuentro extraña, desde que subiste al coche te noté diferente, ¿pasó algo en tu casa?

¿Algo?, ¿como qué?

No sé, pero te conozco demasiado y sé que pasó algo, ya me lo contarás cuando estés preparada.

Fran, verás, es que me siento sucia, me han utilizado de la peor forma que se puede utilizar a una mujer, y además, traicionada por personas en las que tenia depositada toda mi confianza.

Y, sin más, le cuenta la fascinación que sentía por Antonio, el atractivo sexual que ejercía sobre ella, lo que pasó en el arroyo y la conversación que escucho en la cocina de forma casual.

Pero ¿tú le amas?.

No, en un momento lo dudé pero, cuando paso lo del arroyo y me dio tantas prisas, me di cuenta de que yo no sentía amor, solo atracción, lo que mas me duele es que él se dio cuenta del poder que ejercía sobre mi y creyó que yo estaba enamorada, por lo que pensó que si me daba prisas me casaría con él sin pensar.

Y ahora ¿qué piensas hacer?

Vengarme… Quiere boda, pues tendrá que empezar por el regalo de pedida ¿no?

Carmela, me das miedo, ¿en qué estas pensando?

Ahora te cuento, pero tenéis que ayudar, yo sola no podré hacerlo.

Claro que te ayudaremos….pero ¿cómo?

Esto es lo vamos a hacer…………

Continuará