2 de junio de 2010

La Estación

El andén estaba completo, bancos, carteles de cerámica blanca con letras negras que anunciaban, los retretes, las taquillas, el jefe de estación, la consigna…., hasta el reloj, que se había descolgado en parte y había quedado bocabajo marcando una hora imposible y que curiosamente funcionaba.
La maleza ocultaba las vías, era evidente que hacia muchos años que ningún tren había circulado por ellas.
Entraron en el edificio que olía….si, olía a estación de tren, ese olor característico, que se forma por la mezcla del café recién hecho en la cantina, de la grasa de los trenes, del orín de los retretes, del hollín incrustado en las paredes, aunque prefiero pensar que es el olor de los pasajeros que alguna vez llegaron o partieron de la estación y permanecen allí. Miraron instintivamente hacia el techo, no había goteras, eso les tranquilizó, allí podrían refugiarse hasta que amaneciera y entonces irían al pueblo que a buen seguro debía estar cerca, antes debían descansar, hacia horas que no habían comido y empezaban a desfallecer.
Escogieron un rincón donde el viento no soplaba con tanta fuerza. Lo primero que debían hacer era encender un fuego.

-¡Buenas noches!
Los dos amigos se sobresaltaron, no esperaban que nadie con aquella lluvia se acercase hasta la estación. El que había pronunciado ese saludo era un individuo alto, enjuto, de pelo largo e incipiente barba, su vestimenta era la de un excursionista como ellos, pero la apariencia de aquel individuo tenia algo de inquietante que se acentuó cuando vieron que a pesar de la intensa lluvia que no dejaba de caer, él no estaba mojado y sus botas no tenia ni rastro de barro.

- Hola- respondieron los dos casi al unísono
- ¿Permitís que me acomode junto al fuego?
- Si como no, acérquese- dijo Julio
- Vaya noche ¿verdad?- dijo Diego intentando entablar conversación
- Si, así es, aunque he conocido peores- respondió el extraño al tiempo que se frotaba las manos junto al fuego.
- ¿Es usted de por aquí?- preguntó Diego intrigado
- No, soy de otra estación
Los dos amigos se miraron, no entendían que les quería decir
- Antes de nada quiero presentarme, mi nombre es Víctor y soy jefe de estación.
- Pero si por aquí no pasa ningún tren, es más, no ha pasado nunca- increpó Diego
Víctor, sonrió, miró a su alrededor y respondió
- Eso no es del todo cierto- y prosiguió- esta estación es un poco…digamos, especial, aquí los trenes solo pasan cuando hay viajeros esperando.
Esas palabras inquietaron a Diego y Luis que sintieron como un escalofrío recorría sus cuerpos al tiempo que en sus mentes se agolpaban cientos de preguntas. Víctor sabedor de sus pensamientos continuó su explicación.
- Dentro de poco llegarán dos trenes, uno se dirige hacia el norte, el otro hacia el sur y vosotros subiréis a uno de ellos, debéis elegir, entre el tren del norte que viaja hacia el futuro o el del sur que se encamina hacia el pasado, no hay presente, el presente es tan solo esta estación, es la única realidad que existe, es el aquí y ahora.
Luis, se dio cuenta de lo que había sucedido y al poco fue Diego quien también lo supo. Sus cuerpos sin ningún arañazo, la estación, y que hacia horas que debía haber amanecido les llevaba a una conclusión.
Los dos amigos permanecieron en silencio, entristecidos, desorientados, todo había acabado.
Víctor, con voz comprensiva les dijo.
- Antes de elegir escuchadme con atención…..no debéis preocuparos por el pasado ni por el futuro, ninguno de los dos existen, lo único seguro respecto al futuro es que la muerte os esta ahí esperando, no puedo deciros más porque nadie sabe lo que os deparara.
Diego y Luis a medida que Víctor hablaba se iban tranquilizando cada vez más, el temor y el desasosiego daban paso a una paz difícil de explicar, porque era la paz de aquellos que saben que nada pueden ya temer.
Víctor prosiguió
- El tren que os conducirá al pasado viajará por un camino que ya conocéis, sabréis en todo momento lo que va a suceder y al final del trayecto os espera vuestro propio nacimiento.
- El otro tren, el que se encamina al futuro, os deparará sorpresas, ilusiones, alegrías, pero también tristezas, la muerte de aquellos que amáis y vuestra propia muerte.
- Víctor metió la mano en su zurrón y sacó un reloj de arena, lo colocó cerca del fuego para que pudiera verse como se vaciaba y dijo.
- Cuando la arena haya caído deberéis elegir.

14 comentarios:

* Inés * dijo...

Me ha sorprendido tu relato, he estado allí, rezagada en un segundo plano, viendo calladita, a través de tus líneas.

Muy bonito,de verdad, Melitón.

Gracias, siempre.

Carmen dijo...

Es buenísimo, tiene un toque de novela negra que me encanta.

Un beso

Mayte® dijo...

Me he quedado esperando la continuación.

Muy bueno

Alejandro dijo...

Comparto la opinión general, es buenísimo e intrigante en su justa medida.

Un saludo

Scarlet2807 dijo...

Meliton; me gustó mucho, sobre todo por lo "diferente".
Ahora te diré un secreto al oído, " yo sin pensarlo dos veces, tomo el tren del futuro, porque conociéndome como me conozco, aunque me propusiera lo contrario, vuelvo a hacer exactamente lo mismo, entonces ,¿ para qué? "

Un beso, Scarlet2807

Anónimo dijo...

Melitón a mí me ha quedado una sensación como de desasosiego. Seguramente es que me he puesto a pensar en pasados y futuros.
El texto es estupendo.
Un abrazo

María dijo...

Leyéndolo te haces perfectamente la imagen de estación antigua. Comparto con Carmen lo del toque de novela negra y me quedo a la espera de su elección.

Un beso

Melitón dijo...

El relato tan solo tiene la pretensión de hacernos reflexionar acerca del pasado, del presente y del incierto futuro. Os dejo un par de frases.

La diferencia entre el pasado, el presente y el futuro es sólo una ilusión persistente.
(Albert Einstein)

El presente no existe, es un punto entre la ilusión y la añoranza.
(Llorenç Villalonga)

Gracias por vuestros comentarios

Soñador dijo...

Interesante, inquietante y misterioso, me ha gustado mucho, porque tiene tintes del comic Creepy que a mi tanto me gustaba.Muy bueno, gracias.

Miranda dijo...

Mellllll:

Lograste tu objetivo!!!.

Gracias por tu aporte.

Abrazos afectuosos y besitos a la distancia.

Rosso dijo...

Muy bueno Militon, me gustó mucho,ahhhhhhh, el pasado no se busca porque ya no está, no existe, el futuro es incierto, incognito, solo el presente es real.
Un abrazo.

Marga dijo...

Sencillamente, muy bueno, me quede atrapada entre las letras .
un abrazo de marga BOMBON

LIA50 dijo...

Eres muy bueno contando, y un tinte de misterio en el relato lo hace mas interesante, pasado , futuro quien pudiera elegir... besos Lia.

D'MARIE dijo...

En realidad es atrapante tu escrito!!.Pasado,futuro.El ya solo es lo que importa mas a nuestra edad...si pienso en futuro,que sea para dentro de un rato.(solo es mi pensamiento)..Besis

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...