Jazmín sintió que se abría la puerta del coche y que el hombre delicadamente le ayudaba a descender de él, la tomó nuevamente de los hombros y la guió.
Caminaron pocos pasos y sintió como su captor abría una puerta con llave, luego le advirtió que tendría que bajar una escala, que fuera con cuidado. Bajó contando los peldaños, hasta llegar al numero 26, por lo que dedujo, debía ser un sótano, pero extrañamente, todo olía a limpio. El hombre la depositó en lo que ella dedujo sería una cama, se sentó en el borde. Luego le soltó las amarras de sus manos y ella instintivamente trató de quitarse la venda de sus ojos, a lo que el desconocido le dijo...
-Aún no, ya te lo quitaré, antes quiero que me oigas...
-Sé que debes estar muy asustada, no temas no te haré nada malo
Acto seguido, le sacó la tela adhesiva de su boca.
Jazmín, apenas pudo hablar, balbuceó...
-¿Qué quieres de mi?, nadie te dará un peso por mi rescate, no tenemos dinero, soy una modesta trabajadora y mi marido no tiene ni trabajo.
-No me interesa el dinero, ya te iré contando por qué estás aquí, solo te pido que no me temas, no te haré ningún daño
-¿No me harás daño? ¿y esto, te parece poco? :perderé mi trabajo, además soy una mujer casada ¿crees que a mi marido le agradará que desaparezca así sin más?
-Tranquila, tu marido no me preocupa, es un pobre borrachín, que ni te merece y en cuánto a tu trabajo , si tanto te interesa, no lo perderás, yo haré llegar una nota.
-Estás loco ¿lo sabías?
-Si, claro que lo sé.
-¿Puedo quitarme la venda de los ojos?, nadie es capaz de charlar así
-Te la quitaré
El hombre le quitó la venda, y Jazmín pudo apreciar una habitación perfectamente arreglada, había una cama, una mesita de noche , un armario y una puerta entreabierta, donde se podía apreciar un cuarto de baño .Todo estaba pulcramente limpio y la habitación era muy agradable, solo que no tenía ventana alguna.
Luego miró detenidamente al hombre. No debía tener más de 45 años. Era un tipo alto, delgado, con una incipiente calvicie y de un rostro de facciones bastante atractivas, además tenía una bella mirada, no se veía maldad en sus ojos y ella jamás de había engañado al respecto, siempre acertaba. Solo que la mirada pese a ser bella, estaba inundada de dolor.
Continuará...
11 comentarios:
Uisss.. esto al final termina con un síndrome de estocolmo. Si ya empieza a ver dolor en la mirada se olvida del secuentro y capaz lo justifica.
Ya estoy desenado la siguiente entrega
besitosss
Scarlet, muy buen relato, que bien escribes, de verdad te lo digo, lo haces perfecto.
felicidades.
Un beso grande
enmatojado
Scarlet, opino como Mayte parace que esta justificando el secuestro, pero estoy segura que la historia que nos tienes preparada es una sorpresa, por lo demas escribes de maravilla pero eso ya lo sabes.
Besazos
Hay que ver estas dos, sobre todo una (que no diré quien es salvo que es de Graná) que ya están buscando aquí temita, jajaja.
Besos, a todas
Precioso scarlett, estoy deseando por donde nos va a salir, tengo la impresión de que es un sicario mandado por el marido, para cobrar la herencia….dos besos
JAJAJAJAJAJAJ,María, nos les daré en el gusto....
jajajajajajja
Besos
Muy interesante (he leido aunque no comentado lo anterior).
Un saludo
Estos dos terminan liados ¿que no? al final matan al marido cobran la herencia y desaprecen..
¡¡¡Que intriga por Dios¡¡¡
Un beso corazòn ajaj
wpaa.
Muy buen relato, espero ansioso el siguiente capitulo
Bessooss
Scarlet no puedo cuanto menos felicitarte por tu escrito. Sabes que no entro mucho ahora, pero la verdad, es que tu escrito es verdaderamente maravilloso.
Muchíismas gracias y muchísimos besos.
Con todo cariño, Rosa.
Intencionadamente me he negado a comentarte las entregas anteriores. Manejas las palabras con tal perfección, dominas de tal modo la situación, la intriga, que ya estaba sangrando al vislumbrar el dolor de Jazmin.
Hoy me he reconciliado contigo y casi también con el raptor.
Todavía su acción es deleznable, pero quien sabe?
Mira que si al final todas tus compañeras de columna quisieran ser Jazmin...
Date prisa Scarlet, sacude la pereza que nos tienes en ascuas.
Te contaré un secreto: no soporto ser juguete de nadie ni aún en sueños.
Pero en tus manos, pendiente de tu pluma,... nos llevas y nos traes con tanta agilidad, que me entrego a tus artes y solo te reclamo que tú muestres la misma agilidad y que evites las pausas.
Que aceleres, que nos tienes colgados de tu pluma, que si has de terminar, que lo hagas pronto; que vengas, que regreses y que entres sin llamar "que tengo para tí mi puerta abierta"
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