14 de noviembre de 2010

EXTRAÑOS EN LA NOCHE

Extraños fuimos en la noche,
como si jamás nos hubiéramos visto,
como si jamás nos hubiéramos tocado,
como si nunca nos hubiéramos besado.
Extrañas son esas caricias
que buscan rincones insospechados,
esas manos que jamás había sentido,
esos labios cálidos sobre mi piel fría.
Tus caricias cada vez más dulces,
nuestros cuerpos más intensamente unidos,
nuestros labios no buscan solo otros labios,
sino la intimidad de algo todavía no hallado.
Nuestros cuerpos se buscan, extraños,
como nunca jamás se hubieran fusionado,
cual dos seres que desean lo indeseado.
¡Que extraños en la noche!
¡Qué dulce realidad que no pase la noche!
¡Qué gran misterio es la vida del amor!
¡·Extraños en la noche, muy extraños!
¿Será que durante el día nos encontramos?
Sigamos siendo extraños en la noche,
para que la llama de la pasión tenga fuerza,
y tras nuestra intensa extraña y nueva noche,
volvamos a sentirnos más cercanos en el amor.
¡Qué extraños somos en la noche!
¡Cuan grande sentimos cada vez el amor!



Autora: Rosa Mª


6 comentarios:

®MariE dijo...

WOww

Maravilloso, Rosa.

Es fantástico leerte de este modo

Un abrazo dominguero y madrugador

María dijo...

Yo ya estaba oyendo a Sinatra nada más empezar a leerte. Me ha encantado.

Besos

Scarlet2807 dijo...

wowwwwwww!!!!!
Mi Rosy, está despertandoooooo
¡Maravilloso!, un poema lleno de sensualidad, te felicito.
Un besote, Scarlet2807

Salva X dijo...

¡Muy bonito y muy estimulante!
¡Asi debes segur, buscando el calor humano y despertando toda la pasión dormida en tu interior!
También yo recordé a Sinatra y a todas esas maravillosas canciones francesas e italianas de nuestra infancia.
¡Viva la Rosa que renace al amor y la esperanza!

Manases dijo...

Que subidonnnnnnnnnnnnn, muchos besos rosa

BONBOM dijo...

Rosa es maravilloso, enhorabuena guapaaaaa.

Me ha encantado gracias.

Besos

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...