12 de julio de 2010

Daños colaterales



Dicen que el término "daños colaterales" fue utilizado por primera vez en Vietnam por los americanos para definir el daño accidental, no programado, producido a civiles, lugares o instalaciones cuya destrucción no estaba prevista.
Con el tiempo se ha ido extendiendo su uso y ahora forma parte de nuestro léxico habitual. Es curioso como, en cuanto pasa un poco de tiempo, incluimos una frase o una palabra en nuestro hablar diario con la mayor naturalidad, lo mismo que hacemos con los galicismos o los anglicismos.

El problema que yo veo con los "daños colaterales" es que no solamente estamos asimilando el hablar de ello, ampliando su significado y aplicando el término a cualquier circunstancia, sino en lo poco que, aparentemente, nos afectan ya la visión o el conocimiento de los propios daños o, quizás, en el conformismo con el que los asumimos.

A mi juicio, diciendo "daños colaterales" minimizamos el problema en cuestión y, cuando, por ejemplo, hay una huelga de transportes y hay infinidad de personas que se ven afectadas por llegar tarde a los colegios o los trabajos lo vemos como lo más natural del mundo. ¿Y cuándo hay una celebración y los participantes dejan todo lleno de basura, como durante los botellones a los que son muy aficionados ciertos jóvenes?, ¿por qué llamar a eso daños colaterales en lugar de, simplemente, falta de civismo?. O ¿qué decir del mobiliario urbano destrozado en algunas manifestaciones?, ¿son también daños colaterales o deberíamos atrevernos a llamarlo por su nombre?.

Para mí, lo de "daños colaterales" no deja de ser un eufemismo para pasar de puntillas sobre nuestra propia conciencia y no llamar ciertas cosas por su nombre.

11 comentarios:

Miranda dijo...

Aleeee:

Muy atinada tu reflexión!!!.

Resulta muy fácil escudar nuestra falta de conciencia, tras esas dos palabras.

Gracias por tu aporte.

Besitosss.

Scarlet2807 dijo...

Alejandro me ha encantado tu reflección.
La verdad es que yo sufro en carne propia los "daños colaterales".
Vivo cerca de la Plaza Italia, lugar escogido para celebrar, triufos de toda índole, dije celebrar, pero debí decir DESTROZAR, yo los días que hay partido, trato de no asomar ni la nariz a la calle.
Un beso, Scarlet2807

D'MARIE dijo...

Ale,de verdad es interesante lo tuyo..es hora tomar conciencia y decir ,cuidemos lo nuestro
Besis

* Inés * dijo...

He leido, Alejandro, tu reflexión, sobre los daños colaterales.
Siempre me llamó la atención esa parte de población que sale perjudicada y no se tiene en cuenta.

Gracias por tus comentarios a los míos.

Gracias, siempre.

LIA50 dijo...

En un todo de acuerdo con lo que has escrito...Besos Lía.

María dijo...

Estoy de acuerdo en todo lo que has dicho pero yo, como soy muy bruta, suelo llamar a las cosas por su nombre, salvo que piense
que voy a hacer daño, en cuyo caso me lo pienso.

Besos

Anónimo dijo...

Alejandro, estoy totalmente de acuerdo contigo en que con eufemismos lo único que se pretende es camuflar la realidad para que no seamos conscientes de ella.
Un abrazo

Madeira

BONBOM dijo...

Alejandro, se puede decir mas alto, pero mas claro no creo, se entiende perfectamente y tienes razon.
Al final nos estamos convirtiendo en incivicos unos por lo que hacen,,,,, otros por consentirlo.

muy acertado tu escrito, un beso

Mayte® dijo...

Que puedo decirte?, siempre valoro tus opiniones y esta no podía ser menos.

Un beso grande

Fibonacci dijo...

En eso estoy de acuerdo contigo Alejandro, al pan, pan, y a las mujeres, mujeres.
Un abrazote.

Carmen dijo...

Es un eufemismo, sin la menor duda, buena exposición.

Un beso

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...