7 de julio de 2010

UNA VIDA MAS II

http://www.youtube.com/watch?v=g0QYZbJLNxA

Una vez que Blanca regresó, todo cambió entre los dos, ya no éramos jefe y empleada, sino dos personas enamoradas.

La primera noche que pasamos juntos, la invité a cenar en un restaurante muy intimo que conozco, yo vestido muy formal, traje chaqueta de color crema y corbata a juego, ella con un vestido estilo Ibicenco entalladito, sus pechos turgentes se vislumbraban debajo del vestido, ya que no utilizaba sujetador y unas sandalias estilo romano haciendo juego con el vestido, su cabello largo dorado como el sol recogido en una cola muy graciosa, dejando ver todo su rostro anguloso y sin apenas maquillaje, parecía una diosa romana recién salida de una terma, fresca y lozana, sus movimientos eran graciles igual que los de una gacela.

Allí a la luz de una vela, una música suave que tocaba una pianista, nuestras manos entrelazadas, hablando del amor que nos profesábamos, las risas de nuestros sentimientos guardados y con miedo a declararlos. Era el hombre más feliz de la tierra en ese momento, no me importaba nada los impedimentos que nos aguardaban, sólo quería estar con ella, amarla, desearla, apenas degustamos la cena, solo deseaba llegar a casa y hacerla mía.

El viaje de regreso a casa los dos en la parte de atrás y separados por una mampara de la mirada indiscreta del conductor, nuestros besos se fueron incrementando, ella era inexperta, nunca había sido besada por un hombre, se notaba su inexperiencia y se reía nerviosa cuando sus dientes chocaban con los míos, poco a poco se dejaba hacer.

Una vez en la habitación y confesándome que tenía miedo ya que iba a ser su primera vez, temblaba como una niña, entrándome una gran ternura y un gran amor, la bese y le deslicé el vestido, quedándose tan solo con las braguitas puestas e inocentemente se tapaba sus pechos con las manos, las cuales sin separárselas de ellos, se las fui besando muy despacio, un estomago todo plano, las piernas bien torneadas, era toda una belleza.

Seguidamente la deposité en la cama, le quité las sandalias que llevaba y uno a uno sus dedos de los pies fueron pasto de mis besos, sus braguitas ya una vez quitadas, dejaron ver el vello del mismo color de sus cabellos.

Sí, la amé como nunca he amado a una mujer, con la suavidad y delicadeza que en ese momento se requería, nuestros encuentros eran ya de continuos y siempre con la intimidad de nuestra relación ajena a la indiscreción de cualquier empleado de la casa, como dos amantes furtivos.

Nuestro amor crecía por día, nuestros encuentros íntimos eran cada día más agradables y placenteros, era una alumna aventajada y ya tomaba ella la iniciativa, cada vez era diferente a otra, leíamos y veíamos cualquier cosa que nos hablara de sexo, no había tabúes en nuestras relaciones, siempre dispuestos a satisfacer cualquier curiosidad de nuestros cuerpos.

Vivíamos el día a día, nunca hablábamos del futuro, dejábamos correr el tiempo, solo nos importaba la felicidad que nos embargaba a los dos.

Ella seguía siendo mi empleada, atendía sus obligaciones y solo en la intimidad de nosotros, era mi compañera, mi amor, mi vida, mi cielo, mi ser, lo era todo para mí, no existía nada más que ella y yo... yo y ella.

Cierta vez, tuve que ausentarme y asistir a una cita ineludible para mí, estuve fuera de casa dos semanas, Blanca quiso acompañarme, pero no la dejé que viniera, fueron los quince días mas infelices de mi vida, alejado de su amor, y lo que ello conllevaba, su olor, su presencia, sus risas, sus mohines cuando en algún momento hacia como que se enfadaba al invitarla a comer, ya que era una persona que comía muy poco, tan solo lo justo para alimentarse.

Así pasaron los meses, pero una gran sombra me acechaba y cuando me preguntaba que me ocurría, no sabia que responderle, tan sólo me callaba y volvía a amarla.

Pero sabía que tenía que hablar con ella y explicarle todo, pero no me atrevía, no sabía que hacer, mis miedos me atenazaban, no quería perderla y al mismo tiempo tenía que ser honesto y responderle con la misma sinceridad y fidelidad que ella me había demostrado, tenía dos opciones y barajaba las dos, no sabia cual escoger.

Hasta que llegó ese fatídico momento y teniendo escogida ya una de las opciones, la invité a que escuchara lo que le tenía que contar.

Continuará………………

10 comentarios:

Scarlet2807 dijo...

Fibo, ya dejaste el relato en la parte más interesante, que malo eres!!!!
Te extrañé bribón...

Un beso, Scarlet2807

LIA50 dijo...

Que intrigante, lo dejas en lo mejor, Un besoteee Lía.

LIA50 dijo...

Que intrigante, lo dejas en lo mejor, Un besote Lía.

María dijo...

Me gusta mucho, estás dejando la intriga en el momento justo, ahora te voy a decir una cosa, no me creo yo que con 23 años no la hubieran besado antes (tu protagonista era un poco pardillo creyéndose eso, que lo sepas, jajaja).

En serio, es muy bueno.

Besos

Anónimo dijo...

Fibo será posible ¡ No podías haber escrito un poco más? Sólo decirte que me tienes pendiente del relato.
Un beso

Mayte® dijo...

Nuestro encantador de letras ha vuelto con las pilas recargadas.

Un beso

Carmen dijo...

Ya me he vuelto a enganchar, espero la siguiente. Muy bueno.

Un beso

* Inés * dijo...

Muy bien recreado, desde la panorámica de hombre.
Lujo de detalles, de besos e intenciones, directo y claro como te intuyo.
Espero, con todas, lo que temo, un giro inesperado y la verdad que callabas, por no perderla.
Veremos, en el próxímo sí.
Éste, me gusta especialmente, no me preguntes por qué, pero hay ternura y maneras elegantes.
Gracias, siempre.

D'MARIE dijo...

Que pena es leerte y seguir esperando otra parte..pero es el juego de los escritos..una buena forma de atraparnos ajjaaj..Besiss

Alejandro dijo...

Lo que te he dicho antes, préstame la musa.

Un abrazo

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...