16 de julio de 2010

UNA HISTORIA DEL AYER II

http://www.youtube.com/watch?v=K7Ruc_NM8j0


El trayecto en el tren, duró cerca de veinticuatro horas, una vez en la famosa estación de Francia en Barcelona, tuvo que hacer transbordo hasta llegar a Lérida y de ahí, una veces en auto stop y otras andando con las penurias del camino, llegó a la zona de frutales, donde los pageses contrataban a los trabajadores foráneos para la recogida de la manzana, el trayecto lo realizó en tres días aproximadamente.

Nada más llegar le dieron trabajo en una finca muy grande, lo alojaron junto a los demás trabajadores en una casona, donde cada cuál se las apañaba para dormir cómo podía en unos jergones de paja de varias temporadas atrás.

La jornada comenzaba a las seis de la mañana y finalizaba cuando las últimas luces se iban, con una interrupción de una hora para la comida.

Con el poco dinero que le quedaba, tenía lo justo para comprar pan y algo de leche que les vendian los amos, con ese alimento pasaba cada jornada hasta que pudiera cobrar el primer jornal al cabo de una semana.

El trabajo era agotador bajo el fuerte sol que caía en esa estación. Si tenía un percance o caía enfermo y no trabajada esos dias, no los cobraba y resultó que a la tercera jornada de trabajo, al subirse a un manzano con una escalera resbaló, y se cayó de la misma, produciéndose un gran daño en un costado, casi no podía respirar del dolor. No pudiendo asistir al médico al no tener dinero para pagar la visita y expuesto a su vez a ser despedido, por lo que a duras penas y con ayuda de otro jornalero, se anudó un trozo de trapo que se encontró por allí y aguantó todo lo que pudo con tal de no dejar de trabajar, siendo inmenso el dolor que soportaba cada vez que tenia que cargar o subir a cualquier árbol.



Su primer jornal resultó de trescientas pesetas, de las cuales 250 se las envió a su mujer y él se quedó con cincuenta, y lo primero que hizo con ese dinero fué, comprar lápiz y una libreta para poder escribir, así como sobre y sellos y el resto para poder subsistir a base de pan y algo más que pudiera conseguir a bajo precio y mucha manzana por comer de la que disponia.



Bajo la luz de un candil, una vez que tuvo la libreta y el lápiz, se puso a escribir una carta a su mujer, no importándole lo cansado y dolorido que se encontraba.



Querida y amada esposa:
Espero que os encontreis bien al recibo de esta, yo bien a Dios gracias.
Hoy te acabo de mandar 250 pesetas, para que podáis ir tirando de momento, sabiendo que yo os seguiré enviando todo lo que pueda, yo me he quedado con 100 pesetas para mi comida y poder comprar algo de aseo.
El patrón nos trata muy bien y posiblemente tengamos trabajo para dos meses, tenemos una casa muy grande y limpia y una cama muy confortable que me ha proporcionado el jefe, todos están muy contentos conmigo y el trabajo no es muy cansado.
Por lo demás, echándote de menos querida mia, anhelo tanto tu ausencia y la de nuestro hijo, realmente es muy duro esto, el no estar con vosotros, el no compartir la cama contigo y sentirte abrazada a mí como hacíamos siempre mientras dormíamos.
Te quiero tanto amor, que daría mi vida por tí, pero este trabajo nos dará al menos un respiro de momento y tú te puedas permitir comer algo mejor al igual que nuestro hijo.
Del dinero que recibas, si es posible, das una parte para ir pagando lo que nos habían prestado para el viaje.
Cuando recibas esta carta, me contestas si ya has recibido el dinero, y me cuentas cosas de tí y de nuestro hijo, así cómo estan mis padres y los tuyos.
Por lo demás, se despide este tu esposo y padre que os quiere y os ama con locura.
Y sin más que contar me despido hasta la tuya.



Continuará…….

8 comentarios:

María dijo...

Lo estás narrando estupendamente, te metes en la historia y te hace visualizar las escenas. Cuanto dolor y cuanta explotación provoca la miseria, siempre ha sido así en una u otra medida.

Besos

wppa. dijo...

Intensa historia , ademas relatada con todo tipo de detalles .
Me viene a la mente historias como la pelicula de Los Santos Inocentes o Un franco catorce pesetas, una España de los 50-60 donde la emigracion era la unica salida para muchas familias.
Muy bonita historia ,ruda y fuerte pero intensa.
Un beso
wppa.

Carmen dijo...

Triste historia, Fibonacci, muy bien narrada como siempre. Me gusta más tu faceta de seriedad, lo confieso.

Un beso

Anónimo dijo...

Un despertar a la realidad..me encanta este tipo de historias,,
Besis
Marie

Scarlet2807 dijo...

Fibo, cada historia tuya aumenta en calidad de narración, de verdad te estás convirtiendo en un escritor fuera de serie.
Me gusta tu forma de introducir al lector, y hacer vivir la historia...

Un beso guapetón, Scarlet2807

BONBOM dijo...

Fibo, me gusta mucho como escribes,ya te lo dije otrs veces tienes capacidad para los relatos intensos como este, y hacernos desternillarnos de risa ,gracias eres muy bueno con las letras, un beset

BONBOM dijo...

UY no se si se entendio, desternillarnos de risa en otros relatos, !!que ya me vale!! a mi también jajja,
un beset

LIA50 dijo...

Fibo, con tu relato revivo las historias de tantos inmigrantes en mi país, mi padre, mis abuelos fueron inmigrantes en esta tierra y sé de sus nostalgias y de sus penurias, lo haces magníficamente, tienes mucho talento!!Un besote con cariño Lía.

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...