12 de abril de 2010

El anuncio


Todo empezó con un anuncio leído en un diario de esos que se reparten gratuitamente a la entrada del metro, y cosa extraña en mí, abrí la sección de contacto de amistad y bien resaltado había uno que decía lo siguiente:
Mujer de mediana edad, quiere mantener correspondencia solo de amistad, daba su apartado de correos, ciudad de Bariloche (Argentina).

Mientras el metro hacia el recorrido hacia el lugar donde me apearía, no recordaba nada de las noticias que había leído referente a lo nacional e internacional, así como los espectáculos que se ofrecían en la ciudad, ya que apenas en una semana, comenzarían las fiestas patronales de esta.
Solo se me quedó grabado el anuncio, sentí como si algo me dijera en mi interior, que me tenía que poner en contacto con ella.

Yo, que he sido siempre un hombre reticente a la amistad, que me he considerado un hombre solitario, en ese anuncio que había leído, tenía un presentimiento de que algo iba a ocurrir.

Las horas en mi trabajo, se me hicieron interminable, no veía la hora de acabar la jornada y así salir corriendo para mi domicilio y poder contestar ese anuncio que de forma incomprensible me había impactado.

Llegué a casa, y dejando la bolsa de mi trabajo en el suelo del pasillo, me dirigí rápidamente al escritorio, tomé papel y bolígrafo comenzando una carta dirigida a una desconocida.
Hice infinidad de borradores, los cuales esparcidos estaban en el suelo quedaron, hasta que por fin dí con la redacción que mejor creía que estaba.
Le expliqué donde había visto su anuncio, mis circunstancia personales, así como la sensación que me había producido su anuncio, una vez terminada, salí sin esperar a llevarla al buzón cerca de casa, que por la mañana temprano la recogerían y a esperar su respuesta.

No había llegado a casa todavía y mi cabeza me daba vuelta, pensando cuantas personas habrían leído el anuncio y cuantas de ellas le habrían escrito, no quería pensar en eso.
Conté los días que fueron transcurriendo, pregunté a inmigrantes que veía por la calle, cuanto tardaría una carta en llegar a Sudamérica, a la semana de haberla remitido, me decía yo mismo que ya la habría recibido y leído, otro día más para contestar y otra semana para que me llegara su respuesta.
Pasaron dos semanas, tres, cuatro, ya estaba desesperado al no recibir noticias suyas, hablaba con el cartero, ya no confiaba en recibir carta alguna.
Al día siguiente de cumplirse la cuarta semana, llego la tan esperada respuesta, un sobre alargado y una caligrafía nítida y bien estructurada.

Rasgué el sobre, procurando no dañarlo en excesivo, saqué un folio y empecé ávidamente a leer.
Dicha carta la encabezaba con un hola y dándome las gracias por contestar a su anuncio, me dice que soy la única persona que le ha respondido.
Seguidamente me dice que se llama Verónica, la edad que tiene, su circunstancia personales y la necesidad de tener contacto con alguien que no sea conocido y que se encuentre lejano.
Quedé pasmado por la facilidad de escritura para escribir que poseía, me pedía perdón por la tardanza en contestar debido al mal funcionamiento de correos en su país, conminándome a seguir manteniendo correspondencia con ella, prometiéndome que en la próxima carta, me adjuntaría una foto suya para que supiera a quien le escribía y que yo si era posible le remitiera una mía.
Han pasado desde entonces dos años de mantener correspondencia con ella, en todo este tiempo, casi una carta semanal he recibido e igual que ella ha recibido las mías,
Nuestra amistad ha ido creciendo en cada carta, hemos tenido problemas, alegrías, tristezas, angustias, de todo ha habido en este tiempo, mi vida ha cambiado radicalmente desde que es mi amiga, ya no soy solitario, salgo a divertirme, me siento feliz.
Y eso se lo debo a un pálpito en mi corazón un día en el metro de mi ciudad y a un simple anuncio de un panfleto que no llega a diario y que el destino puso en mis manos.
Este verano me ha invitado a su país a visitarla y mostrarme sus bellezas, a lo cual le he contestado que sí, queriendo al fin conocerla en persona y darle las gracias personalmente por ser mi amiga en la lejanía.
Gracias Verónica por estar ahí.

9 comentarios:

Soñador dijo...

Me alegra que hayas compartido con nosotros tu experiencia cotidiana y de paso nos regalas muy bién narrado , la amistad de esa bella persona que seguro se sentira orgullosa de tenerte como amiga.Gracias

María dijo...

Preciosa experiencia pero ¿sabes? no me sorprende, la magia de las palabras puede dar lugar a muchos sentimientos.

Gracias por habérmelo recordado.

Ella

Mayte® dijo...

Yo puedo decir que soy afortunada , de contar entre mis amigos, algunos a la distancia.

Quien no tiene un amigo lejos, no sabe con la intensidad que se vive la amistad y lo enriquecedora que es.

Doy gracias por mis amigos allende los mares. Por todos y cada uno, no podría concebir mis días sin ellos.

Gracias Fb.

Una delicia leerte.

Miranda dijo...

Fibbb:

Conforme iba leyendo tus líneas me emocionaba más y más, sin duda, es una maravillosa experiencia.

Me gusta la forma en que plasmas tus pensamientos.

Besitos.

Scarlet2807 dijo...

Muy bellamente escrito, y sé de lo que hablas, la mistad no conoce de distancias , ´( lo sé por experiencia propia).
Un beso,
Scarlet2807

margari dijo...

Hola Fibonacci.
Me alegra, enormenente leerte aquí.
Y más aún siendo el motivo una historia tan bonita, y perfectamente relatada.
Quizá, la mejor forma de conocernos,sea la escritura,en ella, no sentimos reparo.Nos mostramos tal cuál somos,y al darnos cuénta, tenemos ya los lazos de la amistad, muy bien atados,gracias por tus letras
un abrazo
Margari

D'MARIE dijo...

Una historia conmovedora,nos hace reflexionar sobre la amistad y lo bueno que nos hace sentir,unidos a una persona a la distancia..Muy bonito y bienvenido!!
Besis

Unknown dijo...

Fibo...ojalá puedas cristalizar ese encuentro. Creo que todos soñamos con encuentros así...con personas que hemos aprendido a querer y respetar a la distancia. El poder de este medio es increíble. Las letras y la capacidad de usarlas hacen el resto.Un saludo muy cordial. - tzn

Calixto dijo...

Fibonacci... felicidades por doble motivo uno por la forma de narrar tu historia y dos por el encuentro de esta tu amiga. La tecnología no conoce distancias y es bonito tener esta amistad porque, hoy en día todos estamos cerca, aunque parece que estamos lejos. Te deseo que disfrutes tu experiencia, como yo disfruto de la mia es fantastico.

Un saludo de Calixto.

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...