14 de abril de 2010

AMOR PLATONICO


Hola, me llamo Alberto, tengo cincuenta años, divorciado, moreno, creo que bien parecido, 1,78 estatura y confieso, que tengo bastante éxito con las mujeres, mi trabajo consiste en una pequeña empresa de Restauración.

En la empresa donde trabajo, estamos diez personas en la cocina, entre pinches, ayudantes y cocineros.

Mi trabajo consiste en supervisar y dirigir lo que es el trabajo en dicha cocina, así como la elaboración de algunos platos más complicados que nos suelen pedir.

De entre los trabajadores que me acompañan, mi más principal colaboradora, es una mujer de treinta y dos años de edad, llamada Verónica, casada, sin hijos, no es una belleza, pero si tiene un encanto especial que la hace ser muy atractiva, además de muy inteligente y mejor trabajadora.

Ella lleva trabajando conmigo desde hace cinco años, entro como pinche y ahora se ha vuelto casi indispensable en la cocina y para mí.

Nuestro turno de trabajo es de ocho horas diarias, de lunes a viernes y los fines de semana libre, ya que trabajamos en un complejo de oficina para dichos trabajadores y nos atenemos a sus horarios.

Aprovechando el anonimato de este medio, quiero contar lo que desde hace ya tiempo me martiriza al estar con verónica.

Yo para ella, además de su jefe, soy mayormente un gran amigo, dice que me quiere como un hermano mayor, ese hermano que siendo niña perdió.

Soy cómplice de sus secretos, de sus añoranzas, problemas, alegrías, hemos compartidos juntos muchas veladas fuera del trabajo junto a su marido (por cierto, un gran hombre) que se nota que la adora y ella a él.

Ella casi tambien es cómplice de los míos, sabe de mis andanzas amorosas, sabe tanto de mi vida como si fuera yo, pero lo que no sabe es lo que os voy a relatar ahora a continuación.

Estoy enamorado de ella, vivo casi por ella, trabajo en ese lugar por ella, a veces he pensado en dejar el trabajo para no tener que sufrir lo que sufro cuando la veo, cuando me roza, cuando me hace carantoñas, ella no sospecha nada en absoluto y jamás me atreveré a insinuarle nada, tanto por su marido, como por ella.

Yo soy y he sido bastante mujeriego, eso sí, últimamente no se que me pasa cuando estoy con una amiga, compañera o desconocida en la cama, a fin de cuenta es solo sexo, desahogo de la parte animal que cada uno tenemos en esos momentos.

Esta noche pasada he mantenido relaciones con una amiga de hace apenas un mes, llamada Belén, una de tantas otras.

Mientras estaba con ella, me estaba imaginando a Verónica, que fuese ella la que sollozaba entre gemidos sordos sobre mis oídos, que fuertemente abrazara su cuerpo contra el mío, mezclados entre el calor y el sudor fundiéndose en unísonos, sus manos más que acariciar mi espalda, hincaran sus uñas dentro del placer del dolor.

Pero que es el placer, solo sé que es dolor, el dolor de saber que no es ella, no es su aroma, no es su perfume, no es el latir de su corazón junto al mío, y abro los ojos, no para despertar ni darme cuenta de lo que ya sé.

Me aparto de Belén, la miro agradecido y me dice que ha sido fantástico, sin saber ella, que estoy muerto por dentro y que mi cobardía se extiende hasta un silencio que parece eterno.

Me encamino a la ducha, necesito limpiar mi cuerpo, abro la ventana de par en par y con la mirada fija hacia el exterior del pequeño bosque que rodea la casa donde vivo, pienso en ella, su imagen recorre mi cerebro y me inunda en un profundo letargo de melancolía.
Afuera llueve después de muchos meses de sequía, el sol esta casi fuera y mi viejo roble deja escurrir sus gotas através de las frondosas ramas que lo adornan y resbalan por su tronco fuerte y marcado por los años.
La hierba, el suelo y el entorno me envuelve, con ese olor al ambiente después de la lluvia y me deja huérfano y con mi mente puesta en ella, que esta llena de vida, de ilusiones, de amor, y ese olor, olor a ella, el olor de la vida, a la felicidad y a lo que solo puedo tener en sueños.

Me tocan en el hombro y me sobresalto “Me tengo que ir” me dice Belén, ya nos veremos, bien, le contesto, le doy un beso en la mejilla y la observo como se va.

Mi mente, mis sienes, otra vez ese martilleo de menos a más, más y más, me acercó la ventana sin pensar en nada mas que gritar, me libero y grito a viva voz, inundando todo el valle con este llanto lastimero.
V E R O N I C A A A A A A A A A A .

Oigo unos tacones de nuevo acercándose a mí, giro la cabeza y allí está ella de pie y observándome Belén, mirándome con los ojos llenos de lagrimas y el gesto de su rostro inyectado en rabia, me mira fijamente y me grita “Eres un cabron” se gira y da un portazo a la puerta y se marcha.

Pienso para mi, Otra que no volverá, y cuantas van ya?

9 comentarios:

Mayte® dijo...

Ufff...

Realmente es duro.

Estar enamorado de una persona y descargar tu frustración en otra. Pena me da de todos esas mujeres que se acercan a tí, sin sopechar que solo son un medio de descargar tensiones. Pero pena me das tu también porque entiendo que si te sintieras pleno con alguna de ellas, al menos habría un intento de superar ese amor, que más que amor parece dependencia de una persona que sabes que no es tuya.

Es complicado.

Gracias por traernos esta historia, que no por dura, deja de ajustarse a la realidad de muchas personas.

Besitos a la distancia

LIA50 dijo...

El amor no correspondido es amor perdido, el amor en silencio, el no decirlo, es quizas miedo a enfrentarnos con nuetra realidad, ojala tu corazon pueda encontrar al amor que seguro estara esperando...Beso Lia

María dijo...

Qué duro y qué triste. Ojalá que Alberto encuentre una Verónica a la que le pueda gritar y susurrar que la quiere, ojalá que no tenga necesidad de que haya ninguna otra Belén en su vida porque, en este desamor sufren más de uno, sufre Alberto y sufren todas las Belén que han servido de Verónica.

Besos.

Ella

María dijo...

Por cierto, que si aparece otro comentario firmado por Ella es mío ¿eh?. Estará por ahí en el limbo cibernético porque NO SÉ QUÉ HE HECHO CON ÉLLLLLLLLLLLLLLL. Qué desastre soy por Dios.

Ella

D'MARIE dijo...

Este tipo de amores,no correspondidos,son los que se aferran mas a nuestra mente.Tienen la acidez de penetrarnos tan internamente,que termina lastimandonos de a poco,mente cuerpo y espiritu.Te comprendo amigo de la distancia,pero nunca olvides"Que nada es para siempre".
Relajate y goza,que la vida tiene esto y tambien cosas hermosas en vivencias..Narracion impecable!!
Besus

Soñador dijo...

El amor que duele se puede aguantar , pero si ese dolor se hace constante , no es bueno.Es una historia muy sincera y muy bien escrita , para mi que sin querer aconsejar , creo que necesitas curar esa herida cuanto antes y de verdad , buscar algo que te llene y puedas ser correspondido y ser feliz , lo deseo de corazón.Gracias

Anónimo dijo...

Ya han comentado todo lo que a mí pudiese ocurrírseme. Me queda solamente desearte que consigas salir de ese torbellino emocional en que te encuentras. Por tu propia estabilidad y por la de esas mujeres que entran y salen y no consiguen tener identidad propia.
Un abrazo

Miranda dijo...

Uffff, sin duda un relato duro y estoy segura que entre más compartes la cama con tantas "amigas", más vacio debes sentirte.

Deseo que muy pronto encuentres paz interna.

Besitos.

Scarlet2807 dijo...

La verdad no sé que decirte, no analizaré la situación ( me hace daño).
Me limitaré a decirte, que ecribes precioso...

Un beso, Scarlet2807

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...