28 de abril de 2011

Mi tía es una almeja

Un silogismo es un razonamiento consistente en dos juicios previos o premisas y una conclusión que se deduce de ellos, digamos que la base de un silogismo es obtener una verdad de dos juicios comparados, es decir que se deduce necesariamente de ellos.

Es una palabra que no utilizamos mucho pero que, en realidad, tenemos presente aunque inconscientemente porque ¿quién no ha dicho nunca eso de "negar la mayor"?, lo decimos muchas veces ¿verdad?, bien pues resulta que, precisamente, "la mayor" es una de las premisas de un silogismo, digamos que la que más fuerza tiene, pero creo que es mejor poner un ejemplo:

Todos los humanos son mamíferos (premisa mayor)
Los mamíferos son animales (premisa menor)
Los humanos son animales (conclusión)

Luego, como tendemos a tergiversarlo todo y/o a reírnos de todo, pasamos de la lógica aplastante e inventamos lo que se llama el "falso silogismo", unos de cuyos ejemplos podrían ser:

A una vaca gorda se la llama hermosa (premisa mayor)
Mi mujer es hermosa (premisa menor)
Luego mi mujer es una vaca gorda (conclusión)

Los moluscos tienen concha (premisa mayor)
Mi tía se llama Concha (premisa menor)
Luego mi tía es una almeja (conclusión)



P.D. Como sé que hay muchos lectores argentinos aclararé que, en España, Concha es un hombre de mujer, un diminutivo de Concepción (Inmaculada).

14 comentarios:

Rosana Martí dijo...

Un buen razonamiento, hay que ver lo que se aprende contigo.

Besitos de premisa mayor con abrazos de conclusión.

María dijo...

Rosana:

Gracias, guapa, yo también aprendo mucho contigo.

Besos

Rosa Mª Villalta dijo...

María, me ha gustado mucho leerte. Tienes una inmensa capacidad de rizar el rizo. Te felicito.
Muchos besos. Rosa.

D'MARIE dijo...

Leerte,es aprender un poco de cada cosa,imaginate cuanto tienes que enseñar ami..besiss

wpaa dijo...

La Concha ,como estamos en horario infantil no te dire lo que significa en otros lugares , supongo que lo sabes.
Pero asi a grosso modo te dire que es el organo sexual femenino ,en muchos paises , ajajajaj.
Es pòr si te mandan a la Concha de tu tia ajaja.
Como siempre una vez màs muy instructivo tu texo.
Besoss

María dijo...

Rosa:

Gracias, lo del rizo será por los que tengo en la cabeza, jaja.

Besos

María dijo...

Marie:

Muchas gracias, todos tenemos algo que enseñar, aunque a veces no lo creamos.

Besos, amiga.

María dijo...

Wppa:

Lo aprendí de muy jovencita, de ahí que ponga en la postdata lo de los lectores argentinos.

Lo de mandarme a la concha de mi tía no lo han hecho aún, pero todo se andará, me han mandado a sitios peores y dicho cosas peores, jaja.

Besos

Manases dijo...

Pobre tía
Pero si es tu tía
También es la hermana de tu madre o padre
Lo que quiere decir que tú eres hija de tu madre
Joe creo que me he liado
Un beso

Lara dijo...

María con todas estas aclaraciones, y razonamienos se puede llegar a conclusiones muy lógicas...como lo de que tu tía es una almeja...jajaja...lo malo es cuando la gente no razona y saca conclusiones equivocadas......

Qué poca costumre tenemos de pensar...me ha encantado...cuanto podemos aprender de un entretenimiento tan agradable como es visitar un blog.

Besos

María dijo...

Manasés:

Es la mujer de mi tío, por eso yo no soy una almeja, jaja.

Besos

María dijo...

Lara:

Está demostrado que mi tía es una almeja (ahora la llamo y se lo digo, jaja).

Besos

* Inés * dijo...

Mira que le sacas jugo a todo, María.
Cuántos silogismos hipotéticos hay que resolver en la vida, con dos buenas premisas, la mayor y la menor y las conclusiones, nada que ver con las premisas.
Es una regla de inferencia la mar de divertida, ahora se llama la teoria de las consecuencias.
Un beso a tu tía, como premisa mayor y para tí uno enorme, María.

Mos dijo...

Vaya batiburrillos que te montas tú sola, paisana.
Al menos, puede servir de aprendizaje gracioso para todos.
Un abrazo desde mi orilla con unos gramos de más.
Mos.

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...