5 de abril de 2011

El triángulo púrpura


Cuando escribí hace un tiempo sobre los triángulos de la vergüenza nazis, con los que identificaban a todos los encerrados en sus campos de concentración en función de su supuesto delito, me centré principalmente en los judíos pero me hice el propósito de, poco a poco, profundizar un poco más sobre el resto de los que allí fueron masacrados. Y lo haré tomando como hilo conductor el color de los triángulos con los que eran identificados.

Hoy trataré el púrpura, el dedicado a los Bibelforscher (cuyo significado literal es "Los estudiantes de la Biblia"), grupo del que al menos 5.000 de los 23.000 miembros en los que se estima sus seguidores en la Alemania nazi fueron recluidos en las cárceles y campos de concentración y, al menos la mitad de ellos, masacrados.

Hitler disolvió su organización en 1.933, acusándoles de exégetas, fundamentalistas y sectarios y les prohibió cualquier tipo de reuniones o actos. De nada les sirvió organizar la llamada Wilmersdorfer Tennishallen en Berlín en junio de 1933, a la que asistieron más de 7.000 miembros y de la que salió una declaración de hechos que insistía en que no representaban amenaza alguna para el gobierno; como tampoco sirvió el que la comunidad internacional le enviara a Hitler en 1.934, en señal de protesta, más de 20.000 telegramas y/o cartas instándole a cesar en su persecución. Es más, esta presión en lugar de tener efecto disuasorio tuvo el efecto contrario en Hitler, quien se lanzó de lleno a su persecución, captura, tortura y masacre.

Los "pecados" de los Bibelforscher consistían en ser objetores de conciencia, el no hacer el típico saludo nazi y el negarse a alzarse en armas bajo un poder político a pesar de no ser pacifistas y, por supuesto, en amar a Dios. A ellos, a diferencia de los judíos, se les daba la oportunidad de salir de las cárceles o campos de concentración con sólo firmar lo que los nazis llamaban el "documento de renuncia" en el que reconocían pertenecer a una secta y que denunciarían a cualquiera que perteneciere a ella. Se trata del documento que reproduzco a continuación:

Y pocos, muy pocos lo hicieron, la mayoría sufrieron y murieron por no renunciar a su fe, eran, y siguen siendo porque son los grandes incomprendidos, unos valientes capaces de morir (que no de matar) por su fe y eran, también, lo que conocemos por "Testigos de Jehová".

10 comentarios:

Rosana Martí dijo...

Es la historia negra pero negra que nos ha dejado el susodicho.

Un beso mi querida María, pasa una linda semana.

Manuel Torres Rojas dijo...

Quien dedica todo su tiempo al barullo de los negocios o del trabajo, termina por perder el camino de su destino. Por eso es muy útil que nos recuerdes el pasado. ¡Gracias!

Manases dijo...

Son los olvidados de la historia María, esta bien que de vez en cuando nos acordemos de las minorías, siempre me ha sorprendido la obsesión que tuvo Hitler hacia este grupo y te doy las gracias por recordarnos, que hubo otras personas además de Judíos y gitanos que sufrieron y se mantuvieron íntegros, solo un pequeño matiz, si me lo permites María es verdad que fueron perseguidos, pero no disueltos pues vivieron en la clandestinidad, actualmente hay casi 200.000 estudiantes de la Biblia en Alemania, mi preguntas es la siguiente ¿ donde esta Hitler?

Juan Antonio dijo...

Maravillosa la fe de los Bibelforscher que prefirieron morir que renunciar a sus convicciones. Fueron anónimos mártires a quienes debemos concederles todo nuestro reconocimeinto.
Fue horroroso lo que hizo Hitler con tanta gente que sólo una mente enferma pudo actuar así. Lo sorprendente fue que los demás, en Alemania, lo siguieran sin inmutarse. Y la Comunidad Internacional se lo permitiera y sólo se opuso a sus planes cuando ya no les quedó otro remedio.

Un abrazo y que tengas un maravilloso día.

Juan Antonio

* Inés * dijo...

Valientes al fin y al cabo, que murieron entonces y viven hoy por su fe.
Sean de la corriente religiosa que sean, son dignos de respeto y admiración.
Me ha gustado leer ésto y aprender algo más,
Un beso María.

Padre Rodolfo de Jesús Chávez Mercado. dijo...

Hola Maria. Saludos.

He leido atentamente tu entrada y te doy gracias por compartirla.

Morir por la fe? es un argumento que vale la pena comentarlo. Muchos han sido los hombres y mujeres que en verdad han dado su vida por la fe... Por lo que creen y por lo que aman.

Como dice Manases: muchas han sido las personas que ha muerto en los campos de concentraciòn. Los olvidados de la historia. "me recuerdas una antigua entrada que recomiendo leerla: HEROE".

Recuerdo al padre Tito Brandsma O.Carm, a Edith Stein OCD. Esto solo por recordar algunos, pero son tantos y tantos que como dice Ines: aùn sean de diferente credo son dignos de ser recordados.

Dònde està Hitler? esta pregunta de Manases me a dejado frìo... Dònde se encuentra ahora cuando hablamos de seguir muriendo por la fe? Existen muchos otros campos de concentraciòn en todo el mundo. Quales son?

Un fuerte abrazo y Dios te bendiga.

Ha sido un placer comentarte Maria.

Fra Rodolfo de Jesùs O.Carm.

Jose Manuel Iglesias Riveiro dijo...

Unos mártires mas del criminal sistema montado por esa mente que veía enemigos en todo el que no pensara como el y no le siguiera ciegamente.
Gracias a Dios el ya no esta peo los Estudiantes de la Biblia siguen y son cada día mas.
Un abrazo

Carmen= wppa. dijo...

Ojala que el holocausto de la sin razòn de un loco,nunca se borre de la memoria del mundo ,para que jamàs se vuelva a repetir.
Excelente texto Maria,
Besoss.

Luisa dijo...

Hitler fue un verdadero genocida que también mató a un buen número de gitanos y españoles.
Bueno es recordar a todos y cada uno de los cuales fueron sacrificados.
La memoria es lo único que nunca desaparecerá.

Un saludo.

D'MARIE dijo...

Como siempre admirable tus escritos..besis ami...¡¡

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...