Hasta ahora, no me había dado importancia de cuanto y cuantos me rodean.
Me había ensimismado y acorazado como una tortuga en su caparazón.
Me doy cuenta que hay muchas cosas y muchos momentos que admirar,
muchas personas con las quien estar, muchas palabras qué decir,
mucho amor que dar, muchos encuentros a poder seguir.
Hasta ahora, no me había dado cuenta de cuán variada es la vida,
de que no todo es rutina, sino que la rutina la hago o confecciono yo.
Que de un día lluvioso, puede hacer un día soleado en mi corazón.
Que de un día soleado, puede que mi corazón esté nublado.
Que no se vive un sólo día, sino el conjunto de días.
Hasta ahora, no me había percatado de lo importante es no quejarse,
pues peor que yo hay muchísimas personas que nada tienen,
y yo soy afortunada, pues tengo trabajo, familia y gente que me quiere;
soy afortunada, al ver lo tonta que he sido por no aprovechar mis días,
y empezar a aprovechar cada momento de este día.
Hasta ahora, no he podido aprovechar un momento del día a día,
pues me he negado rotundamente a vivir el presente,
he estado siempre lamentándome de mi pasado,
o temiendo un futúro que, incierto, puede suceder o no;
y entre lamento y miedo, he perdido un gran valor.
Hasta ahora, no he comprenido porqué la gente me quiere,
porqué yo, que apenas tengo alegría, se me quiere sin pedirme nada;
porqué se me acepta sin saber o tener una gran sabiduría,
porqué las personas sin más, se interesan por mí con interés.
Ahora, ya no pienso como pensaba ni razono como razonaba.
Ahora, vivo el presente, el momento, el día a día.
Escucho a quien me necesita, y me siento agusto conmigo misma.
Abro las puertas de mi corazón, con cuidado, no de par en par,
pues el corazón es delicado, y con mucho tiento se ha de pasar.
Ahora, ya no pienso en porqué se me quiere sino que lo acepto.
Ahora, tengo interés por los demás, por abrirme un mundo nuevo.
Ahora, ya no me pregunto el porqué de las cosas sino el para qué.
Ahora, sé que puedo y deseo cambiar una nueva vida,
porque está en mí y no en nadie el cambio de rumbo y su ritmo.
Ahora, ya no intento mirar mi pasado y quedarme en él.
Ahora vivo cada instante, cada segundo, cada minuto,
para que no se escape nada que en ellos pueda hacer,
mas si no realizase algo que en mente tenía,
no pasa nada por ello, no espera nada ni nadie el porqué.
Tan sólo soy yo quien me exigía, me ponía metas que no podía,
y ahora... ahora vivo sin grandes metas y con un porqué.
Vivo, existo, siento y estoy en este mundo,
y algún signifcado tendrá que tener.
No busco grandes metas en mi vida, grandes proyectos.
Tan sólo el aire que respiro ya es un gran porqué,
porque mis palabras... se las puede llevar el viento...
pero mi cariño y el amor ... eso... permanece sin un porqué.
Autora: Rosa Mª
20 de noviembre de 2010
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4 comentarios:
Rosa no te imaginas lo que me alegra leer esto pero te diré algo: "no has sido tonta, es que simplemente no has podido", "no te has negado a vivir el presente, era la depresión la que te dominaba" y así, un largo, etc.
Pero verás como todo pasa, como te he dicho, me alegra infinitamente leerte así, con Esperanza.
Besos
Rosita, tu sabes lo feliz que me haces...
Te quiero mucho.
Besos y un gran abrazo, Scarlet2807
Una vez un señor andaluz,me dijo..LA VIDA SON DOS DIAS....y creo,mas alla de sus intenciones para conmigo...es verdad..la vida es ayer y hoy...hay que retozar en su frescura...besitos
Es una alegría leerte así, Rosa
Me ha gustado muchooo
Besoss
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