26 de mayo de 2010

MI REINA ZENOBIA

Anoche tuve un sueño, mi vida, viajaba por la maquina del tiempo año 258 e.c y te vi allí, mi Reina, la reina guerrera de Palmira, la reina de Siria.

Morena, tu dentadura era perlada y blanquísima, y flechaban tus ojos grandes y negros ardores entrañables, templados con halagüeño embeleso. Era tu voz clara y armoniosa y tu entendimiento varonil, engalanado y fortalecido con el estudio. Versada en la lengua latina, poseyendo igualmente y con cabal perfección el griego, el siriaco y el egipcio.

Y ahí estaba yo, tu espos,o el noble palmireno Odenato, recompensado con el rango de cónsul de Roma en el año 258 E.C. por mi victoriosa campaña contra los persas en beneficio del Imperio romano.

Dos años después, el emperador romano Galieno me otorgó el título de corrector totius Orientis (jefe de todo el Oriente), en reconocimiento por mi victoria sobre el rey persa Sapor .

Con el tiempo yo, Odenato, me proclamé “rey de reyes”. Pero mis triunfos sólo se pueden atribuir a tu valor y tu cordura, mi amada Zenobia.

En el año 267, mi vida, cuando me hallaba en la cúspide del poder yo, Odenato, fui asesinado junto con uno de nuestros hijos . Tú ahora, mi Reina Zenobia, tomaste mi puesto, el puesto de tu esposo, pues nuestro hijo menor todavía era muy joven. Mujer bella donde las haya, mi reina, buena administradora y versada en varios idiomas que, además, estabas habituada a salir de campaña con tu amado esposo, lograste ganarte el respeto y el apoyo de tus súbditos. Amante del saber, te rodeabas de intelectuales. Uno de tus consejeros fue el filósofo y retórico Casio Longino, de quien se decía que era “una biblioteca viviente y un museo andante”. Durante los cinco años posteriores a mi muerte tú, mi reina Zenobia, lograste que tu pueblo te viera como la señora del Oriente.

Tú, la señora de Siria, por tu parte, eras una monarca absoluta bien asentada en tu reino.

Se presento la oportunidad mi amada Zenobia de extender tus dominios reales así en 269, cuando en Egipto se alzó un aspirante al trono de Roma tu ejército, mi vida, marchó rápidamente a esa tierra, aplastando al rebelde y te apoderaste del país. Fue entonces cuando te proclamaste reina de Egipto y llegaron a acuñarse monedas con tu nombre. Tu reino se extendía entonces desde el Nilo hasta el Éufrates.

Tú, mí amada Zenobia, fortificaste y embelleciste la capital, Palmira, hasta tal grado que rivalizabas con las mayores ciudades del mundo romano. La ciudad estaba llena de espléndidos edificios públicos, templos, jardines, columnas y monumentos, y la rodeaban unas murallas que, según se decía, tenían una longitud de 21 kilómetros. Flanqueaban la avenida principal hileras de columnas corintias de más de 15 metros de altura, unas mil quinientas en total. Abundaban las estatuas y los bustos de héroes y benefactores ricos. En el año 271, fue entonces mi amada Zenobia que erigiste unas estatuas de ti misma y de tu amado esposo.

Aunque tu personalidad llamativa te granjeó la admiración de muchas personas, de mayor relevancia fue tu sencillez al tratar con el pueblo y el respeto que sentías por tus enemigos, pero, sobre todo, sobresalía tu amor, el amor que seguías sintiendo por mi, tu amado esposo Odenato.

De pronto, me desperté del sueño y ahí estabas tú, a mi lado, mi reina, la mujer a la que amo y con la que quiero compartir toda mi vida.

13 comentarios:

Mayte® dijo...

Buenos dias Manasses.

Hermoso sueño has tenido y tan bién narrado que me has hecho viajar a través del tiempo.

Gracias por traernos un trocito de historia, relatado de un modo, que hasta los más profanos podamos entender.

Un abrazo.

Scarlet2807 dijo...

Manases , me alegra mucho leerte.
Y al igual que Mayte, te agradezco que nos traigas trocitos de la historia.

Un gran beso, Scarlet2807

Soñador dijo...

Gracias por ese trocito de historia tan bien contada, espero leer muchas asi, porque lo haces muy bien.De verdad vale la pena recrear ciertos hechos.

* Inés * dijo...

Preciosa y acertadada elegía de Odenato a Zenobia, desde tu perspectiva tan original, como bien documentada.

(Gracias, por ello, por volver, expreso mi júbilo, Manasés.
Gracias a quien corresponda,por el consenso, que nos traerá páginas de gloria).

Gracias, insisto, por la historia mostrada, que es bueno saber o recordar, sin embargo.

Miranda dijo...

Mannnnnn:

Que bueno que continúas compartiendo tus escritos.

Abrazos afectuosos y besitos a la distancia.

BONBOM dijo...

Me gusta la historia y tu la cuentas como nadie.
Gracias, por un momento parecia que estaba viviendola sigue contandonos estos relatos, son magistrales.
Un beso de Marga BOMBON

María dijo...

De verdad que es estupendo, has conseguido plasmar un dos en uno, una lección de historia con una de amor. Las dos son preciosas. Gracias

Besos

D'MARIE dijo...

Namases.Que bonita forma de contarnos la historia!!Me encanto.!!
Besis

Anónimo dijo...

El escrito me ha gustado mucho Manases.
Me gusta mucho la variedad de temas que tratais entre todos y las diferentes formas que utilizais para plasmarlos.
Es una maravilla leeros.
No contaba yo con repasar hoy historia de una forma tan ligera.
Un abrazo

LIA50 dijo...

Manases, me has hecho viajar en el tiempo, historia y romance combinacion perfecta.Besos Lia.

Carmen dijo...

Lo encuentro perfecto. Qué bella coordinación entre sueño, rigor histórico, realidad y amor.

Espero seguir deleitándome con tus escritos.

Un beso

wppa dijo...

Excelente narraciòn de un sueño tan bello.
Me embelese leyendolo cordina un gran amor , con la fuerza y el caracter ,de la reina de tus sueños.
Espero que nos deleites con muchas historias màs
UN BESO
WPPA

Negritachile dijo...

recordar historia nos conforta y si está bien escrita nos deleita...tú has hecho eso..

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...