CLASE DE BAILE

Nunca fui buena para hacer gimnasia, recuerdo que en el colegio, me eximía presentando un certificado médico falso, por lo tanto el único ejercicio que he practicado en mi vida es caminar que me encanta, bailar, que creo que me gusta aún más y montar a caballo.
Pero, dadas las circunstancias, ninguno de los dos antes nombrados, están a mi alcance, ¿bailar?, poco probable , si no tengo pareja, y hacerlo sola, no tiene mucha gracia., y montar a caballo, menos probable , viviendo en la ciudad...
Conversando con una amiga, le manifesté mi inquietud, ya que al estar más de 9 horas sentada en una oficina, de lunes a viernes, me hace sentir que me estoy “ momificando”
Me dijo, “ muy fácil, hay bastantes academias de baile, y una hora, después de las 6, tres veces por semana , te sentarían regio, es más yo voy a una”
Mi entusiasmo fue inmediato, llamé al número que me dio mi amiga, y me inscribí de inmediato. Lunes, miércoles y jueves, asistiría a clases de tango....

Hoy me fui especialmente arreglada a la oficina, ( sería mi primera clase), así que descarte los pantalones, y me puse una falda ceñida de color negro, después de probarme todas las blusas en la mañana, me decidí por una de color fucsia,(mi color preferido), y altos tacones, que me recordaron todo el día “ lo abandonados que los tenía”

.Llegué a la academia, con entusiasmo, y ansiedad, también un poco de vergüenza , y temor a lo desconocido. Lo primero fue buscar a mi amiga , que no se veía por lado alguno. La llamé al móvil, y me dice
- Marga, lo siento , hoy no puedo ir, llamó mi marido, para decirme que invitó a un compañero a cenar,
- yo angustiada le repliqué....no puedes hacerme estoooooooooo, no hoyyyy
En fin, no había remedio, de buena gana, me habría devuelto, pero, ya me habían visto, y el profesor único hombre , ya me había recibido hasta el abrigo.
Igual que cría, en su primer día de colegio, me senté lo menos visible posible, y me dediqué a observar.
El panorama no era muy alentador, habían ocho o nueve mujeres, todas creo, mayores que yo, y un solo hombre, el profesor que enseñaba.
Empieza la música, suenan los acordes del tango “uno”, y automáticamente, cesa el parloteo, del grupo de mujeres, y cada una busca a su “ pareja” otra mujer, mientas el “profe” lo hace con una en ellas en el centro, marcando los pasos,,,un dos, un dos ...
El profesor, me había preguntado, si quería participar de inmediato, a lo que yo había respondido, que no, que prefería mirar la primera clase.
Mientras bailaban, yo pensaba, “ ¿y para esto me arregle y perfumé tanto?, ¿para bailar con otra mujer”.
Y los tacones altos, que ya me mataban...
En lo mejor del baile, una de las participantes ( la mas gorda), se enredó en uno de los cruces de pasos y cayó estrepitosamente al suelo. A mi al principio me dio miedo, pero al ver que no se había hecho daño, fui presa de un ataque de risa, que difícilmente podía disimular.
Me alejé con la excusa de ir al lavabo, y la verdad es que una vez dentro de el, reí a carcajadas, no era solo por la caída de la pobre mujer, no no, eso fue solo “ el broche de oro”.era toda la situación tan absurda, yo arreglada como para una cita, con mi pobres pies que no daban más con los tacones, en medio de ése salón mal iluminado, que hasta olía mal.
Me armé de valor y entré a despedirme, argumentando, una pobre excusa, y quedando de volver a la clase siguiente.
Por supuesto que no volveré, fue “ debut y despedida”

Scarlet2807