18 de mayo de 2010

RECUERDOS, CAPITULO I

Los cuatro niños corrían como locos por toda la casa, su madre los dejaba hacer, estaba tan cansada que no tenia fuerzas para regañarles.

Su padre los miraba, entre divertido y cansado. Juan agarró a su mujer por la cintura. le apartó un mechón de pelo negro de la cara y la besó con ternura. “Por fin estamos en nuestra casa, Manuela.”

Ella le sonríe y le coge las manos, las tiene agrietadas, de tanto trabajar, con dulzura se las lleva a los labios y le besa uno a uno los dedos sin dejar de mirarle a los ojos. Se crea un momento mágico que se rompe cuando entran en trompa los dos pequeños corriendo perseguidos por “chuchi” , un perro callejero que les regalaron el mismo día que nació la mas pequeña de sus hijas ,Margarita, una niña preciosa si no fuese porque era una niña muy gordita para su edad.

Chuchi saltaba alrededor de Margarita para quitarle la pelota, y ella no paraba de reír escondiendo la pelota debajo de la camiseta, su hermano mayor, Antonio, también daba vueltas entre el perro y ella y, finalmente, cayeron al suelo todos revueltos , sin saber de quien eran los brazos o los pies.

Los dos mayores, Ana y Eduardo, llegaron desde el corral atraídos por los gritos, risas y ladridos y, sin pensarlo dos veces, se tiraron al suelo también a la caza y captura de la pelota, que cada vez era mas difícil de mantener oculta bajo la camiseta, pues empezaron con las cosquillas y la niña ya no pudo sujetarla, ya que la risa la aflojaba de tal manera que no podía sujetar la pequeña camiseta y sus manitas, regordetas y pequeñas de cuatro años, terminaron por soltar la pelota entre gritos y risas.

El perro fue el primero en cogerla y salió disparado hacia el corral, tras él, como una exhalación, los niños detrás. El matrimonio miraba maravillado a sus hijos, al fin y al cabo era el único juguete que tenían los niños , esa pelota y el perro que, para los niños, era como su más preciado tesoro.

Manuela pone en la mesa el cocido y llama a los niños: "venga lavaos las manos que vamos a comer",entran de uno en uno, aún con las manos mojadas, todavía no tienen sillas, son tambores de lavar la ropa forrados con papel de colores, pero eso no importa, nadie se da cuenta, la alegría es impresionante !Hay cocido para comer! uyyyyyyyy.

Tampoco importa que solo tengan dos puertas en toda la casa: la de entrada y la del corral, el resto de habitaciones tienen cortinas (mejor dicho, trozos de tela oscura de pieza, que es más barato) para que tuviesen intimidad en cada habitación, pero no importa, nada importa.

Es el primer día que estrenan la casa, ya no están amontonados en la pensión y, eso, era más de lo que esperaban.

Después de comer Juan se acuesta un rato, su salud no es todo lo buena que seria deseable y está muy cansado, para que los niños lo dejen dormir su madre les entretiene conforme puede.

Ana, la mayo, ya tiene catorce años y es toda una mujercita, siempre cuidando de sus hermanos apenas ha tenido infancia, a ella le toca fregar los platos y recoger la cocina. Eduardo tiene trece y se va con los amigos a recoger sacos de algarrobas, con lo que le den, el domingo podrá ir al cine.

Antonio tiene nueve y es listo, está haciendo los deberes para mañana domingo estar todo el día jugando, él sabe que si los hace todos hoy mañana podrá estar todo el día jugando sin parar. Margarita, con cuatro. no tiene aún muchas tareas asignadas pero es muy traviesa y, mientras que su madre esta lavando las sabanas en un barreño en el corral, ella la imita y se pone a lavar al perro en un cubo y, como es normal, termina mas mojada ella que el perro.

Manuela esta radiante, sus mejillas coloreadas por el esfuerzo la hacen mas hermosa si cabe, mira a su hija pequeña intentando meter al perro en el cubo para bañarlo y le entra la risa, pues es mas grande el perro que el cubo, pero la deja hacer se dedica a su tarea mientras no quita ojo de su pequeña y, con una sonrisa, empieza a tararear por lo bajo una canción.

Es feliz, muy feliz la vida por fin le sonríe ya tiene su primera casa, sin muebles, sin cortinas, sin puertas.

¿Y qué?. Tampoco le importa, ya se lo comprara poco a poco, de momento tiene todo lo que se puede desear salud, a su marido y a sus hijos.

Le da un beso en la frente a su hija pequeña cuando se pone a tender las sabanas, la mira reír y sigue cantando. Sí es feliz, mucho, tanto que siente miedo, quizás fue un presentimiento de lo que el destino le tenia reservado………….


Escrito por BOMBÓN

11 comentarios:

Scarlet2807 dijo...

Que alegría leerte bobom, adoro los relatos, y tú lo haces de una manera perfecta, es un placer leerte...

Muchos besos, Scarlet2807

Scarlet2807 dijo...

¿Que me ocurre hoy , que se me olvidó escribir?
Bonbom....no, bobom...
jajajajajajajajjaja

Besitos,,,,

María dijo...

Bombón, qué derroche de sencillez, qué entrañable, con qué maestría relatas esas imágenes de infancia. Maravilloso.

Un Beso

wpaa dijo...

Preciosos recuerdos los que nos quedan grabados en la mente y que bonito es recordarlos .
Ademas con la frescura y la sencillez que tu lo haces llega a lo mas profundo del corazòn.
He disfrutado mucho leyendote , gracias por compartirlos.
Un beso
wppa.

Mayte® dijo...

Maravilloso Bombon. Siempre te digo lo buena narradora que eres y mira que te cuesta escribir eh!.
Es un placer leerte criatura. Me encantan todos tus relatos.

No decaigas y sigue eh! que tienes amigas y pronto harás más aquí.

Besitos Marga

Prólogo dijo...

Precioso relato, Bombón. Impecablemente redactado y un tema tan atractivo que a muchos nos transportará a la niñez. Y además, das una especial importancia a saber valorar lo único que podamos tener. Una delicia leerte.
Un beso

* Inés * dijo...

Marga, mi niña, mi cuentacosas con una ternura infinita.
Ya sabes lo que me gustó siempre leerte, eres sencillamente adorable.
Eres una profesora de la vida, tienes mucho que contarnos y me encantaste.
Un abrazo, niña.

Fibonacci dijo...

Muy enternecedor BOMBON, te seguire leyendo.un beso

LIA50 dijo...

Bonbom, hiciste que viva el relato, lleno de nostalgia y ternura, que buena manera de contar. Besos Lia.

Anónimo dijo...

Bombom qué bonito te ha quedado. Se nota que lo recuerdas con ternura.
Un beso

Carmen dijo...

Este escrito me ha transportado un poco a mi infancia, muchas gracias por haberlo compartido.

Besos

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...