21 de mayo de 2010

RECUERDOS QUE DUELEN



Hoy, no sé por qué, estuve recor-dando el otoño del 1975.

Estuve hablando con mi sobrina Ade y, después de hablar con ella, me vinieron a la cabeza muchas cosas, estuvimos hablando de mi madre, para nosotros la Mamalela . Sé que la quería con locura, de hecho siempre fue su confidente, incluso hoy, después de casi cuatro años de su muerte, no podemos hablar de ella sin terminar llorando.

Yo tengo muchos sobrinos/as, y los quiero con locura, pero mi Ade es especial. Es muy parecida a mí, es mi amiga, mi confidente, yo sólo tengo doce años más que ella, y hemos trabajado juntas mucho tiempo, por lo tanto siempre tuve mas roce con ella.

También tenemos nuestras trifulcas, jajajaja, y son de aúpa ¡uf ! pero se quedan en nada porque, luego, una de las dos llama a la otra y ya está olvidado todo. Me fío mucho de su criterio, es muy critica y te dice la verdad, caiga como caiga, yo valoro mucho su opinión, por eso siempre consulto casi todo con ella y, después de nuestra conversación de hoy, pensé en escribir esto, porque ese otoño fue el peor de mi vida y pasaron cosas que no sabe nadie, ni siquiera mis hermanos, pero creo que ya es hora de que yo me quite ese peso de encima.

Veréis yo tenia quince años, pero siempre aparenté mas porque mido 1,69 y, al ser alta y llenita, pues siempre aparenté mas edad. Mis hermanos mayores, es decir los tres que van delante de mí, estaban casados y mi madre sólo tenia la paga de viuda para comer ella, mi hermano pequeño y yo.

Yo trabajaba ya en el almacén de naranjas pero las campañas son de octubre a marzo. Luego solía ir a trabajar al campo a coger fresas, judías verdes, tomates, en fin lo que había, pero ganaba muy poco. Un día una vecina le dijo a mi madre: " Manuela: ¿ por qué no te vienes a Francia a la vendimia con la niña?, son dos meses y pagan muy bien, además te ponen casa y como vas con contrato de trabajo te pagan el viaje".

Total que, en quince días, estábamos en un tren rumbo a Carcasona, creo que se escribe así. La casa era un cuchitril, un edificio con planta baja y un piso para dos familias. Lo que no nos dijeron era que no había luz eléctrica ni agua corriente, la traíamos con cubos de la fuente. Nosotras nos quedamos en el piso y en la planta baja se quedo la otra familia, una señora viuda del mismo pueblo que yo con dos hijos, cuya única preocupación era ver si conseguían meterme mano, los muy tarados, con todo lo que pasó y no se enteraban de nada.

Una vez pasado el mal trago de ver nuestra casa (nosotras teníamos una habitación arriba con un colchón en el suelo, dos juegos de sabanas y dos mantas, sin cuarto de baño). El "baño estaba abajo, en la cuadra, y era un pozo ciego, así que teníamos que utilizar candiles de gas para tener luz y llenar cubos y subirlos arriba para lavarnos.

Lo pasamos mal, la verdad, sólo teníamos una radio a pilas con la que conseguimos pillar una emisora española y esa era toda nuestra comunicación para saber lo que pasaba en España, pues las cartas llegaban tarde y el teléfono era caro.

Cuando faltaban cinco días para terminar nuestro contrato, murió Franco. Dios mío, jamás pensé que viviría una situación como esa, cerraron la frontera, mi madre no paraba de llorar, de día y de noche, sólo pensaba en su niño, y me dijo: "Margarita, hija, no podremos volver a España, ¿que será de mi niño? ¿ por qué habremos venido?, yo le decía: "mama, no digas eso, todo se arreglará, ya lo verás, no te preocupes que la Ani cuidará de él como si fuera su hijo, tú lo sabes". Pero ella no paraba de llorar, cuando íbamos a las viñas no podía apenas trabajar, sólo estaba pendiente de la radio que tenía en el bolsillo y yo, yo sólo estaba pendiente de ella y de que el capataz no la viera y le quitara la radio, así es que hacia mi trabajo y el de ella, porque era incapaz de cortar los racimos.


La tercera noche de todo esto, recuerdo que mi madre no paraba de sollozar en el colchón, pero era como si estuviera dormida,y yo no sabía que hacer, si despertarla o abrazarla, no sabía como actuar, sólo tenia quince años, mi madre solo pensaba en que no vería mas a sus otros hijos, en ningún momento pensó en nosotras y yo estaba aterrorizada, por un lado mi miedo a no ver mas a mis hermanos, por otro preguntándome: ¿si se nos termina el contrato y no podemos pasar a España,,,,,,,,, qué vamos a hacer? ¿ y si nos tiran de este cuchitril, porque lo era aunque también era un techo donde cobijarnos en invierno? yo solo pensaba y pensaba en qué hacer si pasaba eso, porque ella no estaba en condiciones de pensar.

¿Sabéis? siempre he creído que mi madre enfermó del corazón por esos días, aunque nunca lo he dicho, ni siquiera a mis hermanos. Esa noche mi madre estaba muy mal, gemía, lloraba, pero tenia los ojos cerrados y decía: "quiero ir a mi casa, quiero ir a mi casa, una y otra vez, estaba sudando y yo....Estaba tan asustada que, al final, la abracé muy fuerte y le dije: "mama despierta por favor, despierta, ella abrió los ojos, los tenía como platos, dilatados, sudaba y me dijo muy asustada: "No podremos volver, Margarita, no podremos volver ¿qué vamos a hacer? y se me abrazó tan fuerte que me hacía daño y, entonces, rompimos a llorar las dos y yo le dije al oído: "sí que nos iremos mama, pase lo que pase volveremos a casa", ella me miró, no sé, quizás fue el tono de mi voz, pero, de pronto, me soltó y me dijo: ¿cómo? y yo le dije: "esto se solucionará pero, si no abren las fronteras, sobornaremos a los de la aduana, si es preciso me acostare con quien haga falta, el tener quince años y ser virgen seguro que sirve". Mi madre me miró muy fijo y no supo qué decir, sólo me abrazó mas fuerte y empezó otra vez a llorar.

Abrieron fronteras, fue una liberación, más que hacer maletas era tirar todo dentro. Nos metieron a todos en el tren, a los que habíamos terminado los contratos y a los que no, supongo que, por si pasaba algo, no querían que se quedara en su país nadie, así es que salimos de Francia. Mi madre y yo jamás hablamos de esos días, sólo algún comentario por encima con mis hermanos, sólo contamos anécdotas pero jamás nada de esto, ni siquiera se lo conté a mi hermana, que siempre ha sido mi confidente, mi ídolo, ella es mi ejemplo a seguir, pero nunca, jamás, se lo he contado a nadie.

Y nunca más he salido de España, ni siquiera de vacaciones, creo que es mi trauma a superar y pensé que, quizás si lo contaba, superaría ese miedo a salir fuera de España.

Bueno, no sé si servirá de algo porque, escribiéndolo, sigo teniendo el mismo nudo en el estomago, pero mi Ade dice que no se deben guardar todas las cosas dentro porque te hacen daño poco a poco, quizás tenga razón, de momento yo he contado algo que nunca pensé que contaría, como siempre un beso enorme de Marga BOMBÓN.


P.D.
Este escrito ya lo publique hace tiempo de hecho hay algunas amigas que ya lo han leído ¿verdad? Mayte, Inesperada, Wpaa . Pero anoche de madrugada estuve hablando con Mayte y salio a debate y hoy pensé que quizás seria una buena idea publicarlo aquí, es una parte de mi vida que me sigue produciendo dolor pero también me hizo más fuerte, igual sirve para alguien, no sé, por si acaso os lo dejo ahí.

Besets

9 comentarios:

Mayte® dijo...

Marga.
Siempre te digo y te diré, que una persona que ha pasado las penurias que tú, que tiene tantas y variadas vivencias, debe compartir, para algunos nos demos cuenta que hay gente, capaz de sobreponerse a mil penalidades y aún así, tener siempre una sonrisa y una palabra amable.

Para mi, desde que te vengo conociendo, has sido un ejemplo de entereza y a veces me da verguenza ser tan quejica.

Un beso enorme y gracias por compartir tus vivencias

Soñador dijo...

Estoy de acuerdo con Mayte..gracias por compartir esa mala experiencia y pegate un viajecito que veras te sentara de maravilla.Un abrazo

Fibonacci dijo...

Fué una epoca mala, muchos españoles tuvieron que emigrar y pasarlo muy duro,¿quien no ha tenido familias emigradas? creo que pocos, fue una epoca dura,tanto para los padres, como para los hijos que quedaron atrás.

Pensemos en lo que está ocurriendo actualmente en nuestro pais, pongamonos en su caso ahora.
Un beso.

María dijo...

¿Qué decirte? muchas veces el poner los problemas por escrito o sólo contarlos ayuda a minimizarlos, ojalá que, como tú dices, te hayas quitado un peso de encima.

En cuanto al escrito en sí, tienes una forma tan cercana y tan enternecedora de redactar que, más que leerlo, he pensado que me lo contabas mientas tomábamos un café.

No sé si te lo han dicho alguna vez pero, sin conocerte, ya te digo que eres muy especial, se nota y mucho en lo que escribes.

Un beso

BOMBÓN dijo...

Muchas graias a todos,por leerme y apoyarme ,a mi tambien me gustaria tomarme ese café contigo Ella, y muchas gracias Maite,por convencerme de que volviese a escribir, y publicar, muchisimas racias a todos un beso de Marga BOMBÓN

Carmen dijo...

Te comprendo tan bien, tú volviste a casa y yo hice de aquella la mía. Los inicios fueron muy difíciles.

Un beso

margari dijo...

Bombon, no sabes cuánto me alegro, de leerte, sabes que me encantan tus historias.
Me encanta tu forma de relatarlas.
Un millón de besos, amiga mia,
Margari

LIA50 dijo...

Con respecto a la relacion con tu sobrina me recuaerdas la relacion con la mia es parecida, el resto del relato esta impregando de nostalgia
y melancolia por un pasado duro, lo haces inceriblemente...Besos Lia.

Anónimo dijo...

Bombom nos has traído a la memoria tiempos tan difíciles y momentos duros que de una forma u otra hemos tenido todos que te agradezco enormemente tu escrito.
Un beso


También aprovecho para comentarle el comentario a Fibo. Tienes más facetas y más matices que el mejor de los diamantes pulidos.

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...