19 de mayo de 2010

La cena de Nochebuena

Roto y Dano, juegan revolcándose en la nieve, se persiguen el uno al otro, dándose mordiscos en el rabo, Sisu, el gato, los contempla indiferente desde la ventana del cuarto de Alicia, mientras se despereza y cambia de posición para evitar que el calor del radiador donde se ha encaramado acabe cociéndolo.

Laura, poco antes de llegar se ha separado de nosotros y ha salido corriendo, gritando
-¡Estoy helada!
Martín se encoje de hombros y sonríe.
Yo observo la carrerilla de Laura y pienso que aunque se caiga difícilmente puede hacerse daño, más bien saldrá rodando envuelta en nieve.

Alicia y Juan están atareados ultimando los preparativos de la cena.

Alicia nos mira, como preguntando ¿estoy guapa?, y sí qué lo está, se ha soltado el pelo, un pequeño toque de carmín en los labios es suficiente para realzar su belleza.

-Pasad y sentaos, la cena ya está lista- nos invita moviendo la mano.

Todo ha estado delicioso, sopa de caldo, capones y una macedonia, todo ello regado con vino de la tierra.

Me encuentro bien, pero un poco desplazado de la conversación, lógico ellos se conocen hace muchos años y además no son curiosos, no me han preguntado que hago ahí solo en estas fechas, ni nada referente a mi vida o mi pasado, ni tan siquiera a que me dedico.

En uno de los silencios, intento meter baza, y digo.

-Esta mañana he estado en “La Colina del Reloj”.

Los cuatro se han quedado mirándome, Alicia, me pregunta

- ¿Un poco mas de café?
- No gracias- le respondo.
- ¿Qué has encontrado en la colina?- me pregunta Alicia
- Cristales de hielo.
- ¿Y eso te ha parecido extraño?- insiste
- Pues sí, la verdad, nunca había visto nada igual- le respondo mirando a todos, esperando una respuesta.

Alicia, sonríe, y empieza a relatar una triste historia.

- Mi marido se llamaba Pablo, en la vida de toda mujer siempre ha existido o existe el “hombre de su vida”, frase esta, que de tanto decirla la han desgastado y convertido en frase hecha y cuando no, cursi, lástima, es igual. Pablo fue el hombre de mí vida, tan solo con susurrarme al oído “te quiero” mi cuerpo se estremecía, no podía dormir si no era abrazada a él, si no estábamos juntos, me moría de celos, injustificables, era simplemente por miedo a perderle, cuando volvía de trabajar tan solo oír el alborozo de los perros al recibirle, mi corazón daba un brinco. Cuando por algún motivo, casi siempre tonto, me enfadaba, él se encerraba en el granero, y al cabo de unas horas salía de su encierro con una libreta, en ella escribía “los cuentos de Alicia”, y yo como una tonta lloraba al leerlos y mi corazón se encogía y mi alma volaba con la imaginación de Pablo, era su forma de pedirme perdón- Alicia, no podía continuar, las lágrimas resbalaban por sus mejillas.

Laura y Martín tenían los ojos brillantes, Juan jugaba con la punta de una servilleta, y yo añoraba todo lo que Pablo dio en vida a Alicia.

- Un mal día- prosigue Alicia.
-Pablo murió, una muerte como las miles que hay cada día en el mundo, ese día le tocó a él, y yo me enfadé, me enfadé con el mundo, me enfadé con él por dejarme y además Pablo no podría escribirme un cuento de perdón- Alicia vuelve a mirar a Juan y prosigue.

- Pensé que lo mejor que podía hacer era irme de este lugar lleno de recuerdos e intentar olvidar, o al menos mitigar mi dolor. Cuando le conté a Juan mis intenciones, me miró fijamente, y pensé que yo era una egoísta, porque Juan había perdido a su único hijo, y yo tan solo pensaba en mi sufrimiento. Juan dio media vuelta sin decirme nada y se encerró en el granero. Pasaron algunas horas y Juan volvió con la libreta de Pablo, en ella Juan había escrito el cuento que Pablo hubiera imaginado para pedirme perdón por morirse.

- Alicia se levanta de la mesa se dirige a la cómoda donde guarda los manteles y saca la libreta, me la entrega diciéndome.

- Busca el cuento “otra forma de amar o el caminante de los recuerdos” léelo y entenderás porque me quedé y también entenderás que todo esto no ha sido más que un cuento donde se cuenta un cuento.

Continuará...

P.S. Pido perdón por no haberos dicho que continuará, falta el cuento que Juan escribió a Alicia.

7 comentarios:

fIBONACCI dijo...

Eres muy bueno Meliton, lo que has escrito hasta ahora, lo he leido con mucho interes y me gusta como lo expresas y dejas traslucir, no te conozco, pero te leo entre lineas y das a entender muchas cosas de tí.
uN ABRAZO

Carmen dijo...

Tiene una forma de escribir muy interesante, me ha gustado mucho leerle.

Un beso

BOMBÓN dijo...

Meliton, me hiciste llorar, sin proponertelo claro, pero yo soy así, es tan tierno y triste y humano a la vez, me gustó mucho leerte .Gracias por un relato tan hermoso un beso de Marga BOMBÓN

Mayte® dijo...

Escribas, lo que escribas; disfruto leyéndote.
Un cuento muy emotivo y muy típico de Navidad narrado desde una óptica diferente.

Gracias por compartir.

Un beso

Scarlet2807 dijo...

Meliton, a mi me gusta mucho leerte, escribes muy bién, pero, ¿te confieso algo? de todo lo que has escrito, éste es el que más me ha gustado, al igual que Bonbom, me emocioné...

Un beso, Scarlet2807

Anónimo dijo...

Melitón, es muy tarde aquí, me has cogido totamente de sorpresa. Yo ya sé que escribes muy bien, que hay un trasfondo humano en tus relatos, pero éste ha superado lo que yo podía pensar.
En fin, precioso, esperaré la continuación.
Un abrazo.

María dijo...

Es muy bueno, de los que te hacen meterte en la escena y vivirla.

Prodígate más, cada dia me gusta más leerte.

Un beso

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...