¿Cómo he llegado a esta situación? ¡Aquí estoy, a punto de derrumbarme! No veo otra salida, ni tampoco ganas de seguir viviendo, tan solo se trata de dar un paso adelante y dejarme caer al vacío y todo acabará para siempre y por primera vez, seré yo quien decida por mí.
Todo se remonta a mi adolescencia de cuando tenía catorce años, mis padres separados y un padrastro autoritario, quién con la complacencia de mi madre o de su silencio, autorizaba a que él dictara lo que sería mi vida y guiara la misma sin respetar ni tan siquiera mi opinión.
Mi madre no sé si amaba a ese hombre, lo que sí sé, es que tenía miedo a perder el estatus social y la tranquilidad económica que había logrado al casarse, por lo tanto, todo lo que ese hombre hiciera para guiarme la vida lo consentía, a pesar de las veces que llorando le supliqué que intercediera por mí y dejara que yo decidiera algunas cosas sobre lo que quería.
Mi padre biológico desapareció de mi vida por completo, no quiso saber más de mí, en unas de las últimas discusiones que mantuvo con mi madre, creo que oí que le decía que yo no era su hijo, algo que ella negaba y que con el paso del tiempo acertó, ya que posteriormente siendo ya mayor comprobé que efectivamente no era su hijo.
La relación de mi madre con su marido, se fue degradando paulatinamente, le dió por la bebida y no le importaba nada de lo que ocurría a su alrededor.
Un día mi padrastro estando borracho me llevó al sótano y allí me violó, por una única vez, amenazándome de que ingresaría a mi madre en un centro para enfermos mentales si la informaba de lo que había ocurrido.
La degradación de mi madre era cada vez mayor y la convivencia en la casa era insoportable, mi padre adoptivo decidió que lo mejor para mí era que ingresara en una institución privada para seguir los estudios, a lo que yo me negaba y él con saña me reprendía, volvía a amenazarme con lo que le podría ocurrir a mi madre si yo me negaba.
Por lo que pasé dos años en una academia sin poder ver a mi madre en todo ese tiempo que estuve en ella, ya que cuando llegaba la época de las vacaciones las enlazaba en campamentos juveniles, decía que era para que me curtiera para la vida.
Con diecisiete años volví a la casa, mi madre era totalmente una piltrafa de mujer, apenas me reconoció y mi padre adoptivo se jactaba de que nos aguantaba y mantenía tan solo por lástima y por que su credo le impedía divorciarse.
A la mañana siguiente de mí llegada a la casa, me dijo que me incorporara a la fábrica de la que era propietario, que me presentara allí que iba a saber lo que era realizar un trabajo.
Una vez allí me presentó al capataz de la misma, un hombre mal encarado y con fama de duro entre los obreros y delante de mí, le dijo que me tratara como a cualquier aprendiz que hubiera habido y que cualquier trabajador que tuviera trato de favor hacia mí, fuera sancionado inmediatamente.
A mí me proporcionó una triste habitación dentro de la fábrica para que hiciera también el trabajo de vigilante, permaneciendo allí después de acabar mi jornada de trabajo.
Mi jornada comenzaba a las seis de la mañana, ¡limpieza de letrinas y zonas comunes de los trabajadores! Así como estar al tanto de cualquier solicitud de los mismos.
Mi padrastro me proporcionaba la comida diaria, cada tres días me traía algo de ropa para que me cambiara, de mi madre no sabía nada, ya que cada vez que le preguntaba, su respuesta era la misma, que estaba bien y que si quería que siguiera así, tendría que permanecer callado y sin preguntas.
A veces pensaba escapar con mi madre e irnos los dos muy lejos de allí, pero era cobarde y débil y aceptaba todo por miedo a mas represalias, no me importaba nada el trato que me daba, ya que interiormente creía que me lo merecía, por ser como era.
Continuara………….
9 comentarios:
Dios mío Fibo, me dejaste desgarrada el alma...
Supongo que estás haciendo gala de tu diversidad como escritor , y que no tiene nada de autobiográfico
Y si así fuera, sería un motivo más para admirarte, porque eres un hombre bueno sensible y encantador.
Te quiero mucho Fibo.
Un beso, Scarlet2807
Fibo, que relato tan triste, pero que bien lo haces, te superas en cada uno de ellos, cada día te admiro mas. Un besote corazón.Lía.
Fibo, no sé... espero que sea todo fruto de tu imaginación.
Un beso grandote.
Madeira
Fibo, eres magnífico escribiendo.
Tienes una mente ingeniosa, capaz de escribir lo que leo, (yo no sabría), desde que te "conozco".
Eres valiente con la pluma, crudo con las historias, tierno con los amores y apasionado con cada relato.
Me convences, Fibo, me gusta muchísimo tu estilo narrativo.
Gracias, muchas más, porque tú lo vales.
Buen relato, espero leer pronto la continuación.
Un beso
Otra historia complicada, bien narrada y con lo necesario para atrapar al lector. Espero la siguiente entrega.
Besos
Fibbb:
Una vez más nos presentas una historia con mucha crueldad y nos enganchas con tus letras.
Besitosss.
Caray fibo supongo que es todo ficticio, me has dejao "muerta", aunque supongo que es ficción, sigo diciendo que escribes maravillosamente bien, toques el tema que toques.
un beset
Fibo ¿¿alguna vez te planteastes publicar tus relatos ??
Porque espero que esta historia sea un relato y no corresponda a tu realidad.
Detallas cada cosa que escribes con una transparencia y con una claridad ,que haces que me quede enganchada a tus historias.
Espero la continuaciòn .
Un beso
wppa.
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