22 de julio de 2010

Relatividad

He leído en la prensa que, según varias encuestas, uno de cada cuatro españoles es infiel a su pareja durante las vacaciones, contribuyendo a esto el que unos se queden de "Rodriguez", los otros salgan de viaje y el que el apetito sexual aumente en verano (hecho este corroborado por la Encuesta Nacional de Tendencias Sexuales, del portal sexología.net).

"Todo es relativo, he aquí el único principio absoluto", decía Comte en el siglo XVIII y hoy le voy a dar la razón en parte, voy a tratar de demostrar que la importancia de la infidelidad es relativa. Por supuesto no voy a entrar aquí en cuestiones morales sobre las infidelidades, entre otras cosas por aquello de "Nunca juzgues a un infiel porque tú no sabes si a la vuelta de la esquina aparecerá alguien que te cambie todo el paradigma de la vida" sino que voy a hablar de la relatividad, pero tampoco lo haré de Einstein ni su movimiento de los cuerpos y sus interacciones electromagnéticas, de lo que voy a hablar es de la relatividad de andar por casa y aplicada al asunto de la infidelidad y lo haré con un ejemplo.

Recuerdo haber visto en televisión hace años un programa donde había una señora exponiendo que su marido le había sido infiel. La presentadora le preguntó que cómo se había enterado de la infidelidad y ella, tranquilamente, le respondió: "fue fácil, es que resulta que mi marido siempre había sido un poco guarrete y, de pronto, le dio por ducharse y cambiarse de calzoncillos y calcetines todos los días", la presentadora no sabía dónde meterse y le dijo: "¿y Ud. que hizo?", a lo que la señora le respondió: "no, yo nada, si a mí me gustaba tanto que fuera limpio que, en realidad, me daba igual el motivo", "¿Entonces no le pidió Ud. la separación?, siguió preguntando la presentadora" y contestó la señora: "no, fue él quien me dijo que se iba".

Esto demuestra que la importancia de la infidelidad, como casi todo en esta vida, es relativa y que cada uno se lo toma de una manera, porque esta señora estaba tan contenta de que su marido se hubiera vuelto limpio que, aun sospechando que la causa era una infidelidad, no le importaba y sólo se separaron a instancias de él.

A mí me hizo pensar, lo confieso, primero en que el "problemita" del marido se lo hubiera solucionado yo el primer día, echándole encima una botella de gel y a manguerazos se le quitaba la tontería de golpe y aprendía el buen hombre a tener una higiene correcta.

Luego, reflexionando sobre el hecho de que la señora perdonaba la infidelidad por la limpieza, concluí que, en realidad, todo lo que afecta a nuestra vida personal es relativo y que, emulando a Campoamor, "En este mundo traidor, nada es verdad ni es mentira, que todo es según el color del cristal con que se mira".

10 comentarios:

Miranda dijo...

María:

Efectivamente, todo depende del "color del cristal con que se mira", pero una infidelidad no la perdono aún y cuando el tipo se hubiese parado de pesteñas 'pa pedir perdón.

Besitosss.

* Inés * dijo...

Un tema espinoso, aderezado con Campoamor, que con esa frase célebre, nos dice tanto, en tantos casos.
Me ha encantado la dulzura y el rigor con el que lo has relatado, desde tu lado, tan exacto, como siempre.
Gracias, siempre.

wppa. dijo...

La infidelidad, como muchas mas cosas de la vida , dependen de como se planteen o se vean.
Tema personal , porque efectivamente, cada uno se lo plantea de una manera diferente .
Un beso
wppa.

Scarlet2807 dijo...

María, la verdad no sé que decirte, creo que el mayor problema que se me presenta a mí con la infidelidad , es el " saber que no soy suficiente", aparte de la ruptura definitiva de la confianza, creo que es una de las cosas que no perdono...

Un beso, Scarlet2807

María dijo...

Scarlet, yo no estoy hablando aquí de la infidelidad, sino de la relatividad, me acordé del episodio ese que he contado, leí el otro dia lo de esa encuesta y, como me muevo por impulsos a la hora de escribir, he ahí el resultado.

Puede que no me haya expresado bien pero mi única intención era demostrar que cada persona le da una importancia diferente a cualquier cosa que le ocurra, sea infidelidad, sea ir a hacer la compra.

Besos

BONBOM dijo...

Maria es como la frase celebre de "para gusto colores", evidentemente cada persona le damos importancía a cosas diferentes,por ejemplo a mi no me cuesta absolutamente nada parar el fuego, o la lavadora o lo que esté haciendo si mi marido arreglate y nos vamos ( donde sea) me da igual.
Y mi amiga, es capaz de montarle una bronca jeje, cada una vemos la misma situación de una forma totalmente opuesta.
En cuanto a una infidelidad, francamente no creo que pudiese perdonar.
Un beso guapa

Carmen dijo...

Una forma muy sui generis de hablar de la relatividad, como siempre impecable.

Un beso

Manases dijo...

Lo que hoy parece malo, mañana pude ser bueno o al revés… besos María tan acertada como siempre

Mayte® dijo...

Cierto es María. Todo es relativo y el tema de la infidelidad aún más.

Muchas parejas tragan carros y carretas y hacen oidos sordos por puro conformismo y no somos nadie para cuestionar.

Cada uno debe vivir su vida como mejor se le ponga vivirla y verla a través de su propio cristal.

Muy bueno niña.

Un besote

Alejandro dijo...

Eres muy hábil razonando, me gusta leerte en todas tus facetas.

Un saludo

Callad, por Dios, ¡Oh buñuelo!.

(La foto es de otro día, los de hoy los haré esta tarde que no me ha dado tiempo) Callad, por Dios, ¡oh buñuelo! Que no podré resisti...