LARISSA ( 12 )

Ha pasado el tiempo, es un suave atardecer de otoño. El se ha sentado en el mirador de su nuevo apartamento contemplando el mar y, al fondo, el promontorio rocoso del cabo.
Larissa de pie a su lado le revuelve cariñosamente el cabello. Se miran en silencio con infinita ternura.
Vuelve a ser una joven de gran belleza, solo cuando sonríe aparecen unos ligeros surcos en sus mejillas que varias intervenciones de cirugía plástica no han conseguido borrar del todo; Esas marcas y un leve cojera le recordarán para siempre la experiencia vivida.
Pero hoy es una mujer feliz, ríe ilusionada y canta como un ruiseñor antiguas canciones rusas de dulce melodía y palabras extrañas.
Él le acaricia el abultado vientre, esa misma mañana, les han confirmado que será una niña. Avanza el atardecer y el apartamento va quedando en penumbra.
Como por milagro, el primer destello del faro, refleja en una ventana e ilumina brevemente el retrato de Ella que preside el salón.
Los dos observan sorprendidos el prodigio. Larissa emocionada, con los inmensos ojos azules expresando todo su amor, agradecimiento y esperanza se sienta en las rodillas de El y tomando su rostro entre las manos exclama: ¡Es señal de cielo! ¡Pondremos su nombre a nena! ¿Si?

FIN

Nota del autor.- Aquí termina la historia de Larissa, en unos días enviaré a mi amiga Scarlet una nota con la explicación de cómo escribí este relato y me presentaré a los autores y lectores de este Blog.
Vaya por delante mi agradecimiento a vuestros indulgentes comentarios, totalmente inmerecidos. ¡Sois geniales!