No uso relojes, siempre que puedo, los olvido.
Me da igual las tres que las nueve.
No soy ni perezosa, ni madrugadora. Me despierto sola y despacio, cuando los rayos del sol me hacen cosquillas en la cara.
No miro por la ventana, nada más despertarme.
Tardo un poco en espabilarme y me gusta ese estado de ensueño, esa sensación de descanso que necesitaba, cuando cerré los ojos.
Cuando despierto, permanezco un poco con los ojos cerrados, animándome a dar el salto e incorporarme, pero ese poco es necesario y lo vivo cada día, con verdadero deleite.
Camino descalza y necesito refrescar mi cara, siempre con agua fría, cepillar el pelo hacia atrás y hacer la toilette matutina.
Ya espabilada y aseada, suelo perfumarme con colonias muy suaves.
Me gusta el aroma sutil de las fragancias que llevan flores.
Me dispongo a desayunar, sin mirar el reloj, bebo mi café, siempre en taza y sin plato, mirando ya sí, por la ventana, esperando a mis gorriones fieles.
Compartimos cada mañana el pan, ellos y yo, sin faltar un sólo día. Y con mis sonrisa leve, sus trinos.
Me gusta observar, sin asustarlos, cómo se pelean, quien manda y quien espera y cual es más paciente de todos ellos.
Mis calles cuando las cruzo, son estrechas y vecinales, con poca circulación. Paralelas y perpendiculares, con poca historia y gente mayor.
Me encanta saludar a los ancianos , ellas y ellos, que conozco de vista, cuando voy a comprar la comida, el día que toca. Me inspiran mucha ternura, desde siempre.
Prefiero comprar a diario, tengo tiempo y charlo con la gente, de cualquier cosa.
No sé montar en bicicleta, es mi asignatura pendiente y tengo idea de, algún día aprender, por fín.
Tampoco tengo mar, al contrario, todo el calor del mundo, que llevo mal.
Prefiero el frío, la lluvia me encanta, siempre tuvo algo especial para mí, tras los cristales me resulta acogedora y bajo sus gotas me siento bien, con mi paraguas, paseando.
La estación que más me gusta, inevitablemente es el otoño, por la temperatura, por escapar del sofocante calor que me invade y por esa sensación dorada que se mezcla con el paisaje.
Me identifico con el otoño, fuí primavera jovial, fuí verano maternal, ahora soy estío maduro y me gusta esta epoca que vivo en mí misma.
Me adapto bien a los cambios, si hay una buena razón para ello.
Creo que no soy maniática, en nada. Prefiero innovar, a la rutina y nunca hay una jornada, igual a la anterior.
Y cuando me miro al espejo y termino, veo unos ojos que fueron muy bellos, por su brillo y sus miradas. Siguen siendo castaños y es lo que más resalto de mí misma.
Inesperada tiene mucho de mí.
20 de julio de 2010
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12 comentarios:
Ines, magnífica descripción, impactante por su sencillez.
Te diré un secreto: "tú por lo de la bici no te preocupes, que yo conozco a una que se cayó al trasvase siendo adolescente y hasta la estática la mira con repelús".
Besos
Las cosas sencillas de la vida el dia a dia , el despertar sereno con paz, sin mirar el reloj sin prisas pacientemente disfrutando del momento, no todo el mundo lo puede disfrutar.
¡¡uhhhh si yo te contara como me puse intentando aprender a montar en bici¡¡ Desisti nunca lo consegui
Ojos castaños mirada misteriosa
Un beso
wppa.
Ines nos parecemos en tantas cosas, y somos tan diferntes en otras...
Yo al contrario tuyo duermo poco, y si despierto aa las 2 0 3 de la madrugada , me pongo a leer o escribir.
La única lluvia que me gusta es la de la "ducha" jajajajajaajaj
Amo el sol, siento que me revive.
Adoro los ancianos ( en éso somos iguales) difícilmente alguien me inspira más ternura...
ahhhhhhh, y soy una bala en bici, jajajajajaj
Un gran beso, Scarlet2807
Hermoso relato de tu vida cotidiana,una mujer en la plenitud de su madurez...Besos bonita Lía
Inespe mira a que horas te comento estos días ehh.
Acabo de leerte y me gusta como es esa Inesperada llena de calma, con ganas de disfrutar y capacidad para hacerlo, asentada y plena en su edad y en su ser.
Un beso grande, grande niña.
Madeira
Inesperada que bella descripcion de tu actitud ante la vida, reposada disfrutando la plenitud de los años dorados, contemplando y viviendo cada día como nuevo...
Esa es la madurez en pleno...
Gracias por compartirnos un poco de tus días...
Para tu tranquilidad yo me quedé con la misma asignatura pendiente, y seguramente no la aprobaré ya...
Un beso en la distancia...mega
Una rutina como la de cualquiera, por ejemplo la mia,te diré un secreto, yo apenas se ir en bici, aunque pedaleo bien en otras bicicletas,un besote Ines, eres linda.
este anonimo es mio Ines.
Es un descripción muy idílica y bién plasmada de la rutina diaria de casi todas nosotras.
Gracias Inespe
Un beso
Nos has dado una imagen muy completa de tí.
Un saludo
Gracias por compartir con nosotros un poquito de ti.besos Ines
Ines me ví algo reflejada, gracias por contarnos cositas tuyas, un beso guapa
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