Me llamo Sarah Good, vivo en Salem en el año del Señor de 1692 y hoy es 17 de julio. Siempre han dicho de mí que estoy loca, quizás porque fumo en pipa, voy vestida con harapos y vivo en el puerto entre los fardos de mercancía que aún no han venido a retirar.
Ahora, además de decir que estoy loca, también dicen que soy bruja y que me van a ahorcar pasado mañana, el día 19. Ayer ahorcaron a Tituba, la esclava negra del Reverendo Parris que siempre me daba algo de comer cuando yo iba mendigando a su casa. Estoy atada con cadenas en una fétida y húmeda mazmorra, estoy llena de heridas y apenas puedo moverme, a duras penas puedo apartar las ratas que, de vez en cuando, se me acercan a ver si ya me he muerto o estoy tan débil como para poder hincarme el diente.
He confesado que soy bruja sin serlo, me aplicaron la tortura de la tortuga y llegó un momento en que mi espalda ya estaba casi partida por el peso de las rocas que me ponían sin cesar sobre la gran tabla que me colocaron en la espalda, me dolía tanto que, por un momento, pensé que lo iba a conseguir, que me iban a matar y no tendría que confesar, pero no, de pronto supe que no podría soportarlo pero que tampoco iba a morir y confesé lo que querían oir, les dije: "sí, soy una bruja".
Ahora, cuando me faltan dos días para que me ahorquen, pienso que ojalá lo fuera, sólo para poder castigar a aquellas gentes que me acusaron, que hicieron de mí una víctima con la única ayuda de la calumnia, ese antiguo y cobarde instrumento de la maldad tan eficaz que, desde el principio de los tiempos, ha hecho tanto daño y ha destruido tanto, eso que, bien usada hace realmente brujería, hace ver lo blanco negro y muchas cosas más.
Mi madre también fue víctima de la calumnia, lo recuerdo como si fuera ayer, vivíamos en Plymouth, en una humilde cabaña con una sola ventana cubierta por un papel encerado que, a duras penas, nos protegía de los vientos. Ella tenía varias cosas que no le perdonaban: "una belleza extraordinaria, sabía curar con hierbas y, al poco tiempo de morir mi padre, se enamoró perdidamente de un gran hacendado del lugar". El hacendado también estaba enamorado de mi madre, se veían y estaban planeando casarse pero no pudo ser, porque llegó la calumnia y él la creyó y, cuando se dio cuenta de que le habían mentido y mi madre era inocente de todas las acusaciones, ya era tarde, ese día mi madre ya colgaba por el cuello de una cuerda, también la ahorcaron por bruja.
Recuerdo verle llorar, no tenía consuelo, me abrazaba contra sí y mojaba mis largos cabellos con sus lágrimas. Él me pagó el viaje hasta aquí, en el primer barco que zarpó, quería protegerme del estigma de ser "la hija de la bruja". Me paro a pensar y pienso que en Inglaterra era "la hija de la bruja" pero aquí soy más, soy "la bruja" y pasado mañana colgaré por el cuello de una cuerda, como mi madre, también gracias a la calumnia, eterna compañera de los hombres y tan bien usada por muchos.
Continuará...
8 comentarios:
María, maravilloso...
Qué poco me gustan las categorías que se utilizan para clasificar a las personas y las persecuciones de cualquier tipo.
Hasta niñ@s perdieron la vida en aquellos procesos. La "locura" tiene los pies muy ágiles.
María, como todos los temas tocados por tí, interesantísimo.
Qué de injusticias vivieron tanta gente, la verdad es que los seres humanos tenemos una capacidad de maldad, escondido bajo un manto de ignorancia "impresionante"...
A mí también me tocó ver en mi país una cacería, y no de brujas precisamente, pero los horrores que se cometiron, no tienen nada que envidiarle.
Lo extraño es que sea en el tiempo que sea , el argumento es el mismo , "el bién común" que ¡¡ironía!!
Un beso muy grande , Scarlet2807
Maria es impresionante,el argumento me encanta y tú lo escribes como la mejor de la novelas, mi madre sabia curar con hierbas de echo yo heredé sus libros de palntas medicinales,algunos muy antiguos,y es un tema que me apasiona, me manejo bién con las plantas y los masajes,supongo que en aquella epoca las hubiera pasado canutas,
jajaja.
Espero el siguiente capitulo cariño, un besazo enorme
El tema de la brujería es apasionante, es una mezcla de fanatismo religioso, intereses creados, búsqueda de "chivos expiatorios" o "cabezas de turco", venganzas, bajos institntos y, en el fondo, el desprecio a la condición femenina.
Si una mujer era inteligente, tomaba iniciativas o desafiaba a las normas morales y sociales establecidas se la tildaba de bruja y ¡a la hoguera!
Asi se daba ejemplo de todas las demás que tenían que estar con "la pata quebrada y en casa". (Un concepto muy extendido entre los compradores de plazas de toros, por cierto)
Felicidades por tu exposición.
Promete fuerza esta historia, te has atrevido a coger un personaje real y ponerle voz para denunciar muchos sinsentidos: la ignorancia, la envidia, la calumnia. Me gusta, espero la continuación.
Un beso
Lo he buscado, realmente esta Sarah existió como ha dicho Carmen.
Erizas el vello con la descripción de la tortura y la mazmorra.
Como con todo lo que escribes, un placer leerte.
Un saludo
Muy bien como lo plasmas, hay cientos de libros relacionados con el tema de las brujas de salem, sarah quizas ha sido la mas conocida de todas.
Un besote casto
Efectivamente, Sarah, la mendiga, fue real, como también su fecha de ejecución, la elegí a ella entre las 3 Sarah que fueron ejecutadas por una pura cuestión de azar, la cuarta Sarah falleció en prisión y la esclava Tituba no fue ahorcada, aunque en mi escrito sí.
Lo demás me lo he inventado, esto no va a ser un libro, por supuesto, pero lo que escriba (si decido seguir) será mío.
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