La cosa empezó ayer, cuando me
sobraron dos yemas de huevo de la muselina al ajo y quise
aprovecharlos, que ya está la cosa bastante chunga como para tirar
comida y dos yemas son dos yemas y no sé lo que valdrán pero tirar
comida está muy feo. Total que, como me quedaba una pastilla de
chocolate sin azúcar, me hice unos bomboncitos congelados más
buenos que el pan con:
Ingredientes:
100 grs. chocolate sin azúcar
40 grs. mantequilla
2 yemas de huevo
(se le puede añadir licor, si
queremos)
Preparación:
Se funde el chocolate en el microondas,
se añade a continuación la mantequilla y, una vez bien incorporada
y con la mezcla casi fría, las yemas de huevo hasta tenerlo todo
bien mezclado (importante no echar las yemas de huevo con lo otro
caliente para que no se nos cuajen).
Luego se pone la mezcla en moldes (de
silicona, cubiteras, etc.), yo los puse en los recipientes de los
huevos de codorniz de Hipercor que son perfectos para eso y luego los
puedes tirar sin fregarlos.
Con eso, teniendo en cuenta lo que me
comí mientras lo metía en los moldes (por hacer la cata, no penséis
mal), me salieron 18 mini bombones aptos para diabéticos; nos
comimos 6 (aquí les da lo mismo lo de diabético o no, el caso es
que era chocolate) y tenía yo ahí los 12 bomboncitos congelados
esperando mi ataque.
Pero esta mañana, no sé por qué, me
he levantado acordándome del anuncio aquel de los Petit Suisse que
decía: “a mí me daban dos” y me he visto dando gracias porque
aquello me pilló mayor y mi madre no podía ya obligarme a comerlos
igual que hacía con los yogures que, tantos me hizo comer, que los
aborrecí para siempre (para que veáis que no exagero, os diré que,
cuando nos cambiamos de casa teniendo yo 14 años, el repartidor de
Danone se enteró a los 4 días de dónde vivíamos porque bajó el
consumo en un establecimiento y subió en otro) y, además, me
acuerdo de que los envases eran de cristal y retornables, nada que
ver con ahora.
Con todo eso, y volviendo al asunto de
“a mí me daban dos”, me ha dado por pensar de qué me comería
yo dos sin rechistar y la respuesta ha sido: “coulant de
chocolate”, vamos, dos, cuatro o los que se tercien ¡faltaría
más!.
Y luego, dándole vueltas a la cabeza,
cada vez tenía más ganas de comer coulant y mi Pepito Grillo
diciéndome: “a callar, que estás diabética”, y yo: “vale,
vale, me sacrificaré” pero al rato, como a mí a cabezota me gana
poca gente, le he dicho: “Pepito, te aguantas que me voy a hacer
unos coulants de emergencia aptos para diabéticos y, de paso, gasto
los bomboncitos que tengo hechos” y dicho y hecho:
Ingredientes:
2 huevos
50 gramos harina
1 cucharada chocolate en polvo Valor
sin azúcar
100 grs. mantequilla
2 cucharaditas de café de fructosa
Preparación:
Mezclamos la harina con el chocolate en
polvo sin azúcar y reservamos.
Ponemos en el vaso de la batidora las
dos claras y batimos con las varillas a punto de nieve, añadiéndole
casi al final una cucharadita de fructosa.
Mezclamos en un bol profundo (para que
no salte) las yemas, la mantequilla a punto de pomada (se puede meter
unos 20/30” al microondas) y la otra cucharadita de fructosa.
Batimos bien hasta que la mezcla espumee un poco.
Añadimos al bol las claras batidas con
cuidado, despacio y con movimientos envolventes, y, una vez
integrado, echamos la harina con el chocolate poco a poco y lo
mezclamos cuidadosamente con lo demás (despacito para que la masa
tenga el máximo de aire posible).
Y aquí es donde digamos que he
“pirateado la receta”, porque a la del coulant original en este
momento habría que añadirle chocolate fundido junto con la
mantequilla, que yo he mezclado antes (100 grs. de chocolate para las
cantidades que yo he usado de lo demás) y yo, en su lugar, pondré
los bomboncitos.
Ponemos en moldes de flan la masa (no
más de 2/3 del molde porque sube), yo lo he hecho en los minis de
silicona que uso para los tocinos de cielo, para poder comerme más y
engañarme a mí misma. Si se usan moldes metálicos hay que untarlos
previamente con mantequilla.
Introducimos un bomboncito congelado en
cada uno de los moldes, asegurándonos de que quede cubierto de masa
y metemos al frigorífico hasta la hora de comer.
Cuando empecemos a comer precalentamos
el horno fuerte (de 230º a 250º), luego lo bajamos a 175/180º y,
dependiendo del horno y del tamaño de los moldes, suele estar hecho
en aproximadamente 8 a 10 minutos. Sabemos que está hecho cuando los
vemos moverse, es como si la parte de arriba bailara y el borde se ve
ya cuajado.
Como más buenos están es en ese punto
en que lo de afuera está frío y el chocolate interior está
calentito.
Ah, se me olvidaba, que esto se puede
congelar en las flaneras y luego sólo meterlo al horno.
La culpa, por descontado, se la tienen
las dos yemas que me sobraron de la muselina de ajo, bueno...las dos
yemas y los dos Petit Suisse.
P.D. Vale que soy una inútil con las fotos, luego la cambio.
5 comentarios:
Hummmm, rehummmm...cómo me relamo, a la cocina voy a por la tableta de chocolate, los bombones para el finde y la dieta, ya si eso, pa otro día...
Besotes!
Eso es, tú échale la culpa a las dos yemas!
Jajajaja.. que grande eres!
así como quien no quiere la cosa te has sacado de la manda estas recetas, anda que ya te vale!
Ahora que hago? las preparo mañana? quien se resiste a unos bombones helados de chocolate sin azucar??
Yo no!
Besitos mediterráneos.
Todo por dos yemas, parece riquisimos
Un abrazo
María:
Paso o muero. Así de sencillo.
En las últimas escapadas a Entre Ríos, encontramos un lugar que vendían huevos de doble yema por docena, la localidad es Villa Elisa...
Muy sabrosos y grandes, según mi hija que dio cuenta de varios de ellos.
Tú sí que habrías hecho una tortilla de papas y pescadilla a la manteca, para chuparse los dedos.
Un saludo de un goloso controlado.
Así no vuelvo yo a la talla 44 ni soñando.
Ay, qué pinta más rica el rico chocolate, paisana!!!
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Publicar un comentario