Hoy estoy nostálgica y me acuerdo de la película aquella que ponían los sábados por la tarde cuando yo era pequeña y sólo había una tele en casa y dos canales de televisión.
Recuerdo especialmente aquellas tardes de invierno los sábados, cuando tenía 7 u 8 años y en mi casa no había calefacción y la calentábamos con una estufa de butano y un brasero eléctrico que se ponía en la mesa camilla.
La mesa camilla estaba delante de aquello que se llamaba tresillo, que era un sofá de tres plazas y dos sillones y yo me sentaba en un sillón, me tapaba hasta el cuello con las faldas de la mesa, que las recuerdo suaves y calientes, y comiendo pipas o galletas y pertrechada de un libro de Enid Blyton para el intermedio, me ponía a ver la película en blanco y negro.
Las películas, al menos lo que yo recuerdo, eran normalmente de las que llamábamos del "Oeste" o de "Fu Manchú". Las del oeste eran la leche de divertidas, al menos para mí, y se repetían los mismos parámetros, salían los malos, el sheriff, el saloom, algún granjero con una vida durísima y de sacrificio y toda la retahíla de personajes fijos y, siempre, siempre, al menos en mis recuerdos, el cartel de "Wanted" con la foto del malísimo de turno por el que ofrecían recompensa "Dead or Alive", es decir "vivo o muerto".
Luego, con las películas de "Fu Manchú", aprendí los entresijos de lo que yo suponía que era el summum de la maldad, recuerdo especialmente aquello de cuando torturaban a alguien metiéndole unos palitos bajo las uñas y encendiéndolos. Ahora, visto retrospectivamente, veo que "Fu Manchú" era una madre teresa comparado con lo que es la vida real o la jungla en la que vivimos los adultos. Por eso, por mi inocencia perdida y añorada, he hecho esa composición que ilustra el escrito buscándola.
Recuerdo especialmente aquellas tardes de invierno los sábados, cuando tenía 7 u 8 años y en mi casa no había calefacción y la calentábamos con una estufa de butano y un brasero eléctrico que se ponía en la mesa camilla.
La mesa camilla estaba delante de aquello que se llamaba tresillo, que era un sofá de tres plazas y dos sillones y yo me sentaba en un sillón, me tapaba hasta el cuello con las faldas de la mesa, que las recuerdo suaves y calientes, y comiendo pipas o galletas y pertrechada de un libro de Enid Blyton para el intermedio, me ponía a ver la película en blanco y negro.
Las películas, al menos lo que yo recuerdo, eran normalmente de las que llamábamos del "Oeste" o de "Fu Manchú". Las del oeste eran la leche de divertidas, al menos para mí, y se repetían los mismos parámetros, salían los malos, el sheriff, el saloom, algún granjero con una vida durísima y de sacrificio y toda la retahíla de personajes fijos y, siempre, siempre, al menos en mis recuerdos, el cartel de "Wanted" con la foto del malísimo de turno por el que ofrecían recompensa "Dead or Alive", es decir "vivo o muerto".
Luego, con las películas de "Fu Manchú", aprendí los entresijos de lo que yo suponía que era el summum de la maldad, recuerdo especialmente aquello de cuando torturaban a alguien metiéndole unos palitos bajo las uñas y encendiéndolos. Ahora, visto retrospectivamente, veo que "Fu Manchú" era una madre teresa comparado con lo que es la vida real o la jungla en la que vivimos los adultos. Por eso, por mi inocencia perdida y añorada, he hecho esa composición que ilustra el escrito buscándola.
21 comentarios:
El blanco y negro me recuerda mi niñez y me acuerdo ligeramente que por dos reales fui a ver Fu-Manchú ataca y Los Peligros de Nioka, fue mi primera entrada en un cine, por eso las tengo tan registradas en mi mente¡mira que era malo el tal FU_MANCHU.
Hermosa tu narración y tu paseo por tan bellos tiempos , ."Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor" , ""es evidente que el corazón guarda mejor los recuerdos gratos""
Un beso
Aquellos maravillosos años, yo no recuerdo está peli en cuestión, pero si que me ponía como tú los sábados y domingos a ver los dos canales de tele que teníamos en blanco y negro. Y comía desde pipas hasta pastas de todos los colores y sabores. Que entrañables aquellos tiempos, que como dice nuestro querido André guardamos con especial cariño.
Mil besos mi María, cuídate mucho y aprovecha el día con alegría.
Esa inocencia jamás volverá.
Que pena verdad?
Besos.
Y con la casa de la pradera, anda que no hemos llorado con aquella serie. Besos
Un momento nostálgico...pero no lamentes la pérdida de aquella inocencia, seguro que a pesar de lo que vemos a nuestro alrededor, aún queda algo de inocencia en tu corazón...Besos
André:
Yo recuerdo haber entrado al cine por 7 Ptas. jajaja, qué tiempos aquellos.
Besos
Rosana:
Sí, son bonitos recuerdos.
Besos
Toro:
Mucha, jamás me arrepentiré de lo vivido pero se añoran cosas.
Besos
Manasés:
Si, llorar y otras cosas, jaja, a mí me gustaba.
Besos
La casa de la pradera,bonanza,historias para no dormir,ufff!!me has hecho recordar todo esto,pipas,palomitas,cascarujas....Y que feliz me sentía....Besos Maria
Maria que añoranza ¿verdad?, estos tiempos no volveran, tan bonitoa. Ahora hay mas de mas, y menos de todo.Besos guapa
Yo también recuerdo con gran nostalgia el ambiente de familia, tan entrañable, en la que he vivido.
Las películas del Oeste y de Fu Manchú, junto con las de Mujercitas, han formado parte de mi niñez. Al leerte, me has hecho volver a recordar. Muchas gracias,
Saludos.
Kasioles
TODOS RECORDAMOS NUESTRAS ÉPOCAS DE BLANCO Y NEGRO, EN QUE MIRÁBAMOS PELÍCULAS HASTA CANSARNOS.
ERA LA FELICIDAD... NO TENER QUE PENSAR EN NADA MÁS QUE EN VIVIR EL PRESENTE.
BESITOS
HERMOSOS RECUERDOS
La estufa, el braseo,la TV en blanco y negro las pelis, eramos todos muy inocentes, la vida estaba empezando para nosotros, aun no nos había maltratado y acariciado tambien.
Todos perdimos nuestras inocencias, supongo que están todas juntas en algún lugar esperándonos o esperando a algún nuevo ser, con quien irse.
Tiempos pasados que no volverán.
Un beso.
LOS WESTERNS SON UNO DE LOS MEJORES GÉNEROS CINEMAOGRÁFICOS. "LE SOLEIL ROUGE" ES MUY BUENA CON CHARLES BRONSON DE LEY.
Qué gracia María!!, si que me acuerdo de esas películas y de Tarazan los sábados por la tarde años 60, eran tiempos de esperanza, España iba prosperando y al poco llego el utilitario más revolucionado de todos los tiempos el 600, maravillosos días
Te dejo mi ternura
Sor.cecilia
¡Hola María!!!!
Gracias por recordarme todas esas vivencias, que dentro de la poca abundancia nos hacían bien felices.
Y disfrutábamos con juegos tan sencillos... como, el trompo, la comba, las canicas, la rueda-rueda, muñecas de trapo, hechas con nuestra imaginación y nuestras manos. Entre otros muchos juegos y que bien nos ha ído.
Ha sido un placer leerte. Gracias por tu cercanía y amistad. Un abrazo y se muy feliz.
Que tiempo tan feliz que nunca olvidare ,alalalalalala.
Cierto Maria cuantas añoranzas , a mi me gustaban hasta los dibujitos animados .
Anda la de clinex que gastè con Heidy y su abuelito , o Marcos y su mono Amelio .
QUé tiempos aquellos y qué inocencia infantil la nuestra.
¡Dónde estará ya!
Se fue con Fu Manchú, con Bonanza, con Tarzán, con las pelis de vaqueros, con La casa de la pradera..., y con el blanco y negro de la tele.
Un abrazo, paisana, desde mi orilla.
hola María,
te felicito por esos recuerdos tan bonitos y calientitos como para arroparse también con ellos.
un fuerte abrazo^^
Lo bueno de recordar, de la nostalgia de algunas situaciones del pasado..es saber que hemos vivido y podemos pensar!!Besis
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