PRIMER BAILE

Recuerdo mi primer baile como si fuese hace un mes, yo estaba radiante, contenta, emocionada y, por si fuese poco, el chico más guapo que había visto en mis dieciséis años me había sacado a bailar, ¡a mí!.

Era alucinante, me sentía como en una nube, mis hormonas estaban revolucionadas, haciendo horas extras, era una experiencia excitante, y encima me eligió a mí por encima de mi amiga Toñi (no me lo podía creer), se suponía que estaba mas “buena” que yo. Así que “el subidon” era tremendo, jajaja.

Cuando salimos a la pista, me quedo sin saber donde colocar las manos ( huy qué calor me entró), después de verme en la pista no sabía qué hacer.

El chico se da cuenta sonríe y me las pone en sus hombros, me pone las suyas en la cintura y me dice: ¿tu primer baile?.  ¿Tanto se ha notado?,jajaja, le respondo y dice: "un poco sí, jajaja, ¿cómo te llamas?". Marga ¿y tú?, Manolo, responde, ¿cuántos años tienes?, dieciséis, ¿sólo?, pensabas que tendrías dieciocho, eres muy alta y aparentas más. Menos mal que es por la altura, pensé que me llamabas vieja, jajajaja.

De pronto empieza a sonar la música de rumbas y nos quedamos enmedio, mirándonos, mis amigas vienen a buscarme. Marga es la hora, nos tenemos que ir.

¿Ya?, sí, sólo tengo permiso hasta las nueve y treinta y vivo lejos, si no llego a la hora no me dejaran salir la semana próxima.

¿Os puedo acompañar?.

Si quieres, no nos importa.

Salimos a la calle, hace frío, con las prisas no cogí el abrigo y el aíre de marzo era fresco a esas horas.

Se quita la cazadora y me la da, yo me pongo como la grana, pero no la rechazo, me siento cómoda es como si lo conociese de toda la vida.

El camino a mi casa se hace corto, no paramos de hablar, aunque casi parece un interrogatorio por su parte, cuando llegamos frente a mi casa sabe todo de mi.

Yo siempre he sido muy abierta y nunca me he parado a pensar, así es que contestaba a todas sus preguntas, de lo mas natural, solo después de que me dijera mañana nos vemos, iré a buscarte al trabajo me dí cuenta de cuantas cosas le había contado.

Sin embargo quería verlo otra vez, desde luego quería verlo, por nada del mundo me habría negado a dejar de ver esos ojos otra vez.

Así que le dije que si, que me parecía bien, cuando nos despedimos me dio un ligero beso, tan cerca de los labios que pensé que se me doblarían las rodillas allí mismo.

Madre mía, el primer día que salgo a bailar y me pasa todo eso, uy cuantas emociones para un solo día, entro en casa y mi hermana me mira, fija, ¿qué pasa?.

Se ríe, no sé, ¿no tienes nada para contar, ¿yo? ( jolín, habrán visto que me ha besado, si ha sido en la mejilla).

Claro, la que ha estado de discotecas has sido tú no yo, ( uffffffff).

Uy, lo he pasado genial, y empiezo a contarlo todo, sin dejarme nada, (menos lo del beso).

Mi madre me mira y se sonríe, me da un beso en la frente y me dice no cambies nunca hija,

Creo que no he cambiado, sigo contándolo todo. ,jajaja.

Cuando me acosté me costo mucho dormir, solo quería revivir los acontecimientos de esa tarde y esos ojos fijos en los míos, también pensaba qué sentiría con un beso de verdad.

Al destino lo tenia de mi parte, no tardaría mucho en descubrirlo…