LAS MEDIAS TINTAS E HIPOCRECIA

  

  Las medias tintas y la hipocresía predominan ahora por doquier, mires por donde mires, ahí está, expectante y al acecho siempre dispuesto para entrar en acción.

   Yo casi nunca me he andado por las ramas a la hora de decir lo que siento o pienso, tan solo a veces, me muerdo la lengua por no hacer más mal de lo debido.

   Cualquier tema que sea un poco polémico, se anda con subterfugio para tratar de enmascarar lo que realmente se piensa, y todos sin excepción tememos el que dirán o pensaran y así nos va.

    En este tiempo predominan las tertulias en los diferentes medios de comunicación y con grandes audiencias, estos tertulianos han hecho de estos medios un modo de vida, siendo respetado y porqué no decirlos “temidos por los políticos” pues salen a las ondas dando su opinión y estas casi siempre van a misa por lo bien que hablan y explican ante gente profana en las materias, rodeándolas con palabras o frases difíciles de entender a veces. Al final por intereses todo es manipulado al antojo de unos cuantos, y lo peor es que estos son los que nos confunden o llegan a convencernos de una realidad bien distinta.

   Una de las pruebas que tenemos de la sociedad en las que habitamos, son los medios de comunicación escrita o televisiva que nos bombardean con noticias o opiniones que difieren bastantes de una misma noticia según el medio o intereses del que dependen, tratando de adoctrinarte a sus maneras de pensar.

   Me viene todo esto, a raíz de las medidas tomadas por el gobierno francés, en relación a la expulsión de los gitanos rumanos de dicho país.

   Todos hemos conocidos un campamento de ellos en las partes menos nobles de la ciudad o pueblo (zona obrera) aumentando el grado de inseguridad, salubridad y deprimiendo ese lugar, como así mismo o en su caso encontrárnoslos en las diferentes calles de nuestras ciudades, donde con un niño de corta edad en brazos de la presunta madre o no presunta, andan pidiendo limosna y a veces hasta avasallándote para que les de, cómo así mismo aligerándote los bolsillos en las aglomeraciones por parte de niños que son enseñados para delinquir, aprovechando las leyes laxas que nos rigen y los padres desde lejos observando como trabajan sus hijos o presuntos hijos y sus mujeres, viviendo a cuerpo de rey de lo que los demás consiguen para ello. Personas que sabemos que no se adaptan a la convivencia de una sociedad pues son un mundo a parte, no llegan a integrarse, se les ayuda con los medios de que disponen las administraciones correspondientes, se intenta escolarizar a los niños, se les ha proporcionado alojamiento, de nada vale.

   Y en casi todos los medios de comunicación, tertulianos, políticos y personal perteneciente a la farándula ponen el grito en el cielo cuando se habla o se piensa así de ellos, y dicen que no somos solidarios con los que son menos favorecidos, cuando no olvidemos que todos estos no sufren esta ola, viven en sus zonas bien vigiladas y de alto confort, siendo solidarios con los desfavorecidos de boca para afuera, pero los quieren bien lejos e incluso muchos, contratando personal inmigrante sin legalizar para las tareas domesticas (valiente paradoja).

   Otras de las medias tintas o hipocresía, es lo que está ocurriendo en la frontera de España con Marruecos, siempre bajándonos los pantalones para no molestar, mientras ellos dicen y hacen lo que les da la gana, no tenemos a ningún político de ninguna ideología que diga lo que realmente piensa sobre esta situación, todo es tratar de enmascarar y apaciguar, no teniendo a nadie con un “Par” que diga lo que realmente piensa y lo que se tendría que hacer.

   Estamos en un país libre y democrático, eso se supone y tenemos que aguantar que gente que venga de fuera te diga lo que tienes que hacer o deshacer, me refiero a lo que ocurre también en la provincia de Murcia con la instalación de una discoteca con emblemas musulmanes, ¡¡¡a tu casa vendrán y de ella te echaran!!!

   Todos son bien recibidos, pero me imagino que si yo voy a uno de sus países, tendré que acatar sus costumbres, aquí no, aquí vienen y nos tenemos que amoldar a ellos y todo el mundo “chitón”, por el que dirán o harán, ¡ya esta bien de bajarnos los pantalones!

   Una vez escuché una conversación en la barra de un bar de dos personas jóvenes que me sorprendieron muy gratamente, estaban desgranando lo que somos los españoles a la hora de elegir a nuestros representantes y uno de ellos dijo esta frase que se me quedó marcada “Los españoles a la hora de votar, somos como los hinchas de futbol, no nos importa si pierden o ganan, siempre se es hincha, así nos tildaban, ellos incluidos por supuesto, “forofos de un partido político" sin importarnos si lo haga bien o mal, lo que nunca harán, será votar por el equipo contrario.

   Dejemos atrás las medias tintas y la hipocresía, digamos al pan “pan” y al vino “vino” y dejarnos de tanta memez y para terminar, ¡olé por Sarkozy con un par bien puesto!