Es tiempo de cambios

Y, al mismo tiempo, de dar gracias.

Ya me habéis leído alguna vez que, llegando esta época, fin de vacaciones y vuelta a la rutina, en mi vida siempre se producen algunos cambios.

Cambio de hábitos, de costumbres, de lugares conocidos y llega la hora de hacer planes para otro año.

Cada etapa que termina, tengo que dar gracias por algún amigo nuevo encontrado en mi camino y este año no ha sido diferente. Me he cruzado con gente interesante, ¡muy interesante!, y que, de un modo u otro, me han aportado conocimiento.

De todos he aprendido algo.

Con algunos, espero seguir en contacto, aunque de un modo más espaciado, con otros en cambio, ya es una rutina diaria mantenernos conectados.

A todos, quiero daros las gracias. A los que me habéis leído, a los que me habéis oído, y a los que, aún sin conocerme, habéis aprendido a quererme.

Dar las gracias también y de un modo más concreto a dos personas: dos amigas que se han hecho indispensables en mi día a día, y que han pasado a formar parte de mi familia internauta.

Scarlet, María… ¿Qué deciros que no me hayáis leído y oído?.

Independientemente de que, más de una vez, sois peor que un dolor de cabeza, compartimos confidencias, alegrías, tristezas, y sobre todo, muchas risas.

¡Os quiero!, y no poco precisamente. Os quiero con el alma y a pesar de las distancias.

¡Gracias!, por haber pasado este año, a sumar la lista de mis amigos.

¡ Bienvenidas a mi mundo de locos maravillosos!

Un gran abrazo y un beso