Hoy mientras cocinaba, escuchaba en la radio alguna publicidad que se viene haciendo con respecto al Día de San Valentín. Al caminar por la calle veo parejas de adultos, y algunos mayores (muchos más adultos) en tierno dialogo o cruzando miradas que dicen todo.
Es evidente que el amor es un estado de gracia especial, no cabe duda de ello, y hoy pensaba en el amor maduro.
Ese que llega lentamente, y se queda alojadito en algún lugar del corazón, donde los detalles son diferentes y quizás más atesorados que cuando uno es joven.
Lentas caminatas suplen a lugares nocturnos con música buena y luces de neón. Dejamos de lado ciertas inhibiciones y con soltura nos abrimos a la persona que tenemos al lado, podemos decir “te quiero” conscientes que es lo que realmente sentimos.
Se suele sintonizar de otra manera, llevando la ternura en la mirada, alimentando el amor con actitudes menudas, gestos y detalles, sustentando ese sentimiento que rejuvenece nuestras ideas, y porque no, nuestra vida.
Las caricias tienen otra intensidad, los besos aun son calientes, las miradas insinuantes nacen sin timidez, la unión física se basa en la experiencia de saber brindar.
El amor a edad madura tiene un sabor especial, diferente, hace que nuestros recuerdos de tiempos pasados los guardemos en un rinconcito de nuestro corazón, dejándolo libre para que se llene de este nuevo (sincero) amor.
A veces el deseo de no equivocarse es tan fuerte que dejamos que las oportunidades pasen de largo o el temor a perder nuestra independencia haga que algunos esquivemos el sentimiento, pero es algo que no se puede predecir. Suele suceder de manera insólita, tanto así que accidentalmente a propósito dos almas aplaudidas por dos corazones se encuentran, y nace la emoción de amar.
No mencionare realidades complejas como la convivencia, situaciones personales, decisiones familiares ni nada por el estilo, tan solo me remito al sentimiento. No negare lo que suelo pregonar, pero si puedo manifestar que, quien sienta a esta edad el amor, no lo deje escapar y lo disfrute, quizás no queden nuevas oportunidades, y suele oscurecer rápido en la noche de los tiempos, que cuando llega ya eres una estrella más en el firmamento viviendo en el universo de quienes te recuerdan.
nuestras charlas nocturnas
5 de febrero de 2010
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5 comentarios:
Muy interesante visión de lo que sientes con respecto al amor a cualquier edad , sin amor no existiriamos nostros y quizá nada en el universo,así pues , no dejar escapar nunca la oportunidad de seguir amando todo lo bello que nos rodea.gracias
Mario si tu texto fuera una oración... la rezaría.
Qué maravillosa manera de describir este sentimiento tan ansiado.
Un placer haberte leído.
Lo pienso y me extremezco,que bien lo expresastes !!
Cariños
Que bueno Mario, cierto que el amor sigue a todas partes y a todas las edades,y es mucho más profundo cuando se tiene.
La vida, esa gran maestra, lástima que siempre acaba matando al alumno.
Un abrazo Mario.
El amor sea a la edad que sea, debe ser intenso,sincero,leal, paciente y tan valiente como para decir sí y por tí.
Lindo texto Mario, toda una reflexión aleccionadora.
Felicidades... diste en el clavo.
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