Como este mes estoy de reposiciones, allá va eso:
Yo soy sonámbula desde siempre; normalmente
me
paseo por la casa, generalmente a oscuras, voy al baño, a la cocina,
mantengo una conversación más o menos incoherente con alguien de mi
familia si me los encuentro (dicen ellos que contesto algo) y vuelvo a la cama yo solita.
Pero, algunas veces, el sonambulismo se sale un poco
de lo normal, como el día de la tostadora. Porque una noche me levanté, fui a la cocina,
cogí una tostadora, me volví a la cama y la puse
entre mi marido y yo.
La cosa no hubiera pasado de una simple anécdota de
no ser porque mi marido, durmiendo, se dio la vuelta y se clavó la
tostadora en los riñones. Yo me desperté cuando le oí gritar
jurando en arameo y echándose mano a los riñones.
Al principio, como es muy raro que él se enfade y
yo estaba medio dormida, pensé que le había dado un cólico
nefrítico y me dije a mí misma: "doler duele, pero tampoco es
para que grite de esa manera, qué poco aguante tienen los hombres,
por Dios".
Al momento me dijo que se había clavado la
tostadora, que por qué me la había llevado a la cama, que mirara la
señal que se le había hecho, que si quería matarlo, que qué iba a
ser lo próximo y no sé cuantas cosas más, la verdad es que estaba
realmente enfadado. Yo, haciéndome la digna, le dije:"oye, pues
menudo escándalo que estás montando por una tontería de nada, si
la tostadora ni siquiera estaba enchufada y ni te has quemado ni te
va a quedar marca, aún puedes dar gracias" y, acto seguido, di
media vuelta y a dormir de nuevo. Entre sueños le oí decir que
probablemente no la había enchufado porque el cable no llegaba al
enchufe y no sé cuantas cosas más.
A la mañana siguiente a él ya se le había pasado (que no olvidado),
tiene muy buen carácter, pero yo medité sobre el asunto de la
tostadora y reconocí dos cosas: primera que realmente llevaba la marca en
los riñones y segunda que lo levantarme de madrugada y llevarme el cuchillo jamonero para ponerlo debajo de la almohada ante sus ojos atónitos estaba muy reciente
8 comentarios:
Jajajaja, joer, eres tremenda! Que te amarren a la cama, no por ná, por seguridad...
Besotesss!!!
Jolines, tu marido si que tiene todo el derecho a atarte a la pata de la cama !!!
Jajajajajajajaja lo que me has hecho reir con esta entrada, si es que parece más bien un chiste de broma jajajaja, me lo estoy imaginando y es que me estoy partiendo de la risa, de verdad, muy bueno, María jajajaj.
Un beso muy grande.
¡Oh! Siempre pensé que el sonambulismo era cosa de ficción jaja, pobre de tu esposo.
Saludos
Tu marido es un santo, paisana.
Lo del cuchillo jamonero me ha dejado acoj...
¿Has probado a poner una cerradura en la puerta y darle la llave al santo que duerme contigo?
Eres la leche, nena.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Para mi prefiero quedarme con la teoría de los dos pollos que si no es mas higiénica me van mas que las medusas y los gusanos mejor para que hagan seda.
¡Heres genial.
Besos
Dios mío.......
Tu marido merece una catedral a su nombre.
Besos.
Yo también soy sonámbulo. Una día me puse una de esas camaras samsung que se prenden con el movimiento y me grabé. La risa que me dio.
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