Mi amigo Baba es licenciado en económicas por la universidad de Dakar, habla varios idiomas y, sin embargo, su vida no es todo lo próspera que debería ser debido a la situación económica de su país.
Baba, es la otra cara de la moneda de la inmigración. Tiene DNI, paga sus impuestos religiosamente y, sin embargo, nadie se ocupa de si le queda un euro para poder comer.
Se dedica a la venta ambulante hace años, siempre que su pequeño coche no se le rompa, lo cual sucede demasiado a menudo.
Es un hombre honesto, humilde, sencillo, amable, honrado, al igual que la mayoría de la comunidad senegalesa de Granada, de la que me siento afortunada de poder conocer a un buen número de integrantes.
Es tan orgulloso que es incapaz de pedir ayuda, aunque eso le suponga quedarse días sin comer para poder pagar el alquiler.
Hace dos días, estaba preparando un "bocata" para el hijo de una amiga y le dije: "Baba; no te ofrezco porque lleva cerdo".
Me sentí hundida cuando me respondió: "Mari, da igual, dame sólo el pan que llevo días sin comer nada".
¡Joder!. Mal debía estar para que, siendo tan orgulloso como es, se atreviera a decirme que le diera un trozo de pan.
He estado fuera un tiempo y repasando escritos de diferentes blogs, leí lo que una amiga mía escribió sobre los maleantes extranjeros que pueblan nuestras cárceles y el coste económico que supone poder mantenerlos.
Me da pena ¿sabéis?, porque hay otro tipo de inmigrantes, los inmigrantes silenciosos, los que luchan por tener una identidad en nuestro país, los que a diario salen a la calle a buscarse la vida honradamente, los que pagan sus impuestos religiosamente, los que, como mi amigo Baba, aunque no hayan comido en varios días para poder pagar las cuotas que le corresponden, llegan a casa y te dicen: "vengo de la policía de firmar la nacionalidad", y ves la sonrisa de su cara como si eso fuera la mayor lotería que les pudiera tocar. Yo sé bien que el tema de la inmigración es una lacra, pero hace años que en nuestro país hay otros inmigrantes silenciosos, buenos y honrados, que apenas dan que hablar porque apenas dan problemas, y esos sí me duelen porque entre ellos tengo amigos que, para mi, son como hermanos.
¿Por qué a esos no los miramos?, ¿por qué medimos con el mismo rasero a todo el que llega sin preocuparnos de si son malos o buenos ?.
No soy buena escribiendo, pero espero que entendáis lo que quiero decir y que nadie se me tire al cuello al leer esto porque, me duelen mis amigos leñes!, me duele mi gente! ¡JOER!.
Baba, es la otra cara de la moneda de la inmigración. Tiene DNI, paga sus impuestos religiosamente y, sin embargo, nadie se ocupa de si le queda un euro para poder comer.
Se dedica a la venta ambulante hace años, siempre que su pequeño coche no se le rompa, lo cual sucede demasiado a menudo.
Es un hombre honesto, humilde, sencillo, amable, honrado, al igual que la mayoría de la comunidad senegalesa de Granada, de la que me siento afortunada de poder conocer a un buen número de integrantes.
Es tan orgulloso que es incapaz de pedir ayuda, aunque eso le suponga quedarse días sin comer para poder pagar el alquiler.
Hace dos días, estaba preparando un "bocata" para el hijo de una amiga y le dije: "Baba; no te ofrezco porque lleva cerdo".
Me sentí hundida cuando me respondió: "Mari, da igual, dame sólo el pan que llevo días sin comer nada".
¡Joder!. Mal debía estar para que, siendo tan orgulloso como es, se atreviera a decirme que le diera un trozo de pan.
He estado fuera un tiempo y repasando escritos de diferentes blogs, leí lo que una amiga mía escribió sobre los maleantes extranjeros que pueblan nuestras cárceles y el coste económico que supone poder mantenerlos.
Me da pena ¿sabéis?, porque hay otro tipo de inmigrantes, los inmigrantes silenciosos, los que luchan por tener una identidad en nuestro país, los que a diario salen a la calle a buscarse la vida honradamente, los que pagan sus impuestos religiosamente, los que, como mi amigo Baba, aunque no hayan comido en varios días para poder pagar las cuotas que le corresponden, llegan a casa y te dicen: "vengo de la policía de firmar la nacionalidad", y ves la sonrisa de su cara como si eso fuera la mayor lotería que les pudiera tocar. Yo sé bien que el tema de la inmigración es una lacra, pero hace años que en nuestro país hay otros inmigrantes silenciosos, buenos y honrados, que apenas dan que hablar porque apenas dan problemas, y esos sí me duelen porque entre ellos tengo amigos que, para mi, son como hermanos.
¿Por qué a esos no los miramos?, ¿por qué medimos con el mismo rasero a todo el que llega sin preocuparnos de si son malos o buenos ?.
No soy buena escribiendo, pero espero que entendáis lo que quiero decir y que nadie se me tire al cuello al leer esto porque, me duelen mis amigos leñes!, me duele mi gente! ¡JOER!.
Mi amigo
12 comentarios:
Yo, que soy la autora del post que mencionas, coincido contigo en que la moneda tiene dos caras y, a la vez que ratifico lo que escribí, afirmo que a mí también me duele y mucho que se mida a todos por el mismo rasero.
Yo lo tengo muy claro, los delicuentes a su país (igual que los nuestros que estén en otros paises que nos los manden)y los que trabajen y paguen impuestos aquí exactamente el mismo trato que a nosotros, ni de favor ni desprestigiarles o marginarles.
Otra cosa que no soporto es el hecho de llamar a una persona "ilegal", es un adjetivo demasiado duro para aplicárselo a un persona aunque, por supuesto, estoy totalmente en contra de la inmigración descontrolada, no es bueno para nadie, ni para quien va a ese país ni para los nativos.
Besos
Coincido contigo Mayte...soy inmigrante también...vine desde Uruguay hace casi 7 años...buscando un sueño...y lo encontré...me habían ofrecido un trabajo y me vine...y en él sigo, con altos y bajos, como todo, pero contenta porque en estos años no me ha ido mal...pero es duro...muy duro, dejar a la familia, la seguridad de tu país y enfrentarse solo a un mundo nuevo...y es más duro cuando a pesar de toda tu preparación tienes que luchar contra la corriente porque nadie te ofrece un trabajo que se corresponda con lo que sabes y has aprendido...es muy duro cuando te queda solo un euro y tienes que decidir coger el autobús para ir al trabajo o desayunar un café...en fin...son las dos caras de la moneda de la inmigración....que también las conocía porque mis abuelos hicieron el viaje inverso al que hice yo...y las pasaron canutas hasta que se hicieron un lugar....besoooss y gracias por pensar así y ayudar a quien lo necesita y considerarlo amigo aunque sea extranjero.
Echaba de menos una reflexión tan acertada. Se han perdido tantas cosas, que nos estamos convirtiendo como la parábola del samaritano, un día escribiré sobre ella, con ese carácter que tienes y sin embargo que sensible eres para tocar ciertos temas que levantan ampollas, pero me gusta el tacto con el que lo has manejado…. Besos Mati
Hola Mayte. Saludos.
Una realidad muy tocante como muchas otras que quedan en el silencio.
Sabes? A penas leia sobre Baba, y de todo lo que cuentas me acordaba de una canciòn la cual me gusta muchisimo: es de Gen Rosso y se llama, conosco otra humanidad. En definitiva dice que conocemos gente que a menudo encontamos por la calle, o en nuestras casas etc... Gente que no grita y no arremete contra la otra gente, aquella que no roba para tener, antes bien, seria contenta que ganar el pan con su sudor.
Personalmente y tambièn creo en esta humanidad, ya que tambièn tengo amigos como Baba, como tu.
Un fuerte abrazo y Dios te bendiga.
Fra Rodolfo de Jesùs O.Carm
Joer Maite,que me has removido todo,si se que hay muchos como Baba,ojalá que haya para todos, algún día..Besos y buen domingo
Bravo María, también soy inmigrante y aquí la lucha es ardua, muchos desprecian a los que vienen de otras tierras a trabajar como bestias a hacer los trabajos más duros que nadie quiere hacer. Muchas veces me pregunto, qué pasaría en EU si un día los inmigrantes no se levantaran a trabajar. Cierto que los que hacen daño, los delincuentes deben regresar a sus países, pero el hombre honrado debe tener el derecho de abrirse paso en la vida,de luchar el sustento de su familia con honestidad aunque no sea su propia tierra.
Totalmente de acuerdo contigo, y sabes, ahora te digo a lo cubano: Así se habla, CARAJO.
Saluditos muchos y un bello domingo, ahhhhhhh y paa tu amigo Baba.
Bravo María, también soy inmigrante y aquí la lucha es ardua, muchos desprecian a los que vienen de otras tierras a trabajar como bestias a hacer los trabajos más duros que nadie quiere hacer. Muchas veces me pregunto, qué pasaría en EU si un día los inmigrantes no se levantaran a trabajar. Cierto que los que hacen daño, los delincuentes deben regresar a sus países, pero el hombre honrado debe tener el derecho de abrirse paso en la vida,de luchar el sustento de su familia con honestidad aunque no sea su propia tierra.
Totalmente de acuerdo contigo, y sabes, ahora te digo a lo cubano: Así se habla, CARAJO.
Saluditos muchos y un bello domingo, ahhhhhhh y paa tu amigo Baba.
Pues yo, Maite, me apunto a esta entrada tuya y la suscribo al cien por cien. Hasta que no entendamos que todo ser humano tiene derecho a prosperar, a ganarse la vida y a soñar con un mundo mejor para él y los suyos, no cambiará nada. Por supuesto que existen los maleantes de todos los colores pero a esos no los quiere nadie.
Gracias por visitar mi blog y por la labor que haces.
Un abrazo de Mos desde mi orilla.
Se me olvidaba decirte que le des recuerdos y mi apoyo a tu amigo Baba. Seguro que tiene historias estupendas para contarte de su tierra y su mundo.
Un abrazo de Mos desde mi orilla.
Mi querida Mayte, ya echaba de menos tus interesantes reflexiones. Respecto a ésta pasa como en todo en esta vida. Que lo pagan justos por pecadores. Es cierto que hay gente como Babá; pero también es cierto que hoy en día hay mucha gente inmigrante, demasiada, dejando de lado a las personas que desde aquí, residentes de aquí, habiendo nacido aquí, se encuentran como Babá. Eso también es lamentable.
¿Dónde está el término medio?. ¿Cómo pueden reaccionar los españoles que, siendo de aquí, no tienen ese pan para llevarse a la boca y ven cómo sí hay trabajo para gente inmigrante?. Difícil situación la que nos planteas, mi querida Mayte.
Muchos besos. Rosa.
Algun antepasado o nosotros mismos alguna vez fuimos inmigrantes, que dificil es dejar la patria, la familia, la vida y volver a construir. Un abrazo
La vida del emigrante es dura, creo que aquí en Europa mucho más. A veces creía que si en vez de Noruega hubiera estado en España la cosa hubiera sido más fácil por el idioma, por todo lo que se. Una amiga me dice que no en España es más la discriminación.
Yo trabajo en las mañanas voy a la escuela por la noche para revalorizar mis papeles. No tengo esos problemas económicos pero tengo la lucha por ser vista.
Es que solo te ven extranjero y piensan que eres una persona sin un nivel cultural eso me pone mal.
He ganado batallas en este pueblo, he llorado con el alma desangrándose en cada lágrima , no la vida del emigrante no es fácil. Es que estos países perfectos deberían aprender un poco más de nosotros.
Lindo post me gusto mucho...!
Que corazón tenes
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