La maldición de Hera

Se dice de Príapo que era hijo de Dionisio (dios del vino) y de Afrodita (diosa del amor y la belleza) pero, las malas lenguas del olimpo, lo sitúan como fruto de un affaire entre Afrodita y Adonis (el guapo entre los guapos de la época), también se le adjudicaron otros padres, entre ellos Hermés (el viajero, el mensajero de los dioses, su cartero). Yo casi que me creo esta última "adjudicación" porque, teniendo en cuenta que Afrodita era una diosa de moral disipada y que el cartero siempre llama dos veces digamos que el índice de probabilidades inclina la balanza a su favor.

Sea quien fuere el padre, el caso es que Hera (protectora de la familia y el matrimonio) se enfadó tanto con la ligereza de cascos de Afrodita que la tocó e hizo que diera a luz un hijo (Príapo) extremadamente feo y con unos genitales exageradamente grandes.

Príapo era el dios rústico de la fertilidad, tanto de la vegetación como de todos los animales relacionados con la vida agrícola. Era adorado como protector de las cabras, de los productos de la huerta e incluso de la pesca y se le representaba siempre con un enorme falo en perpetua erección.

Como no podía ser menos, dados sus atributos, Príapo se dedicó pronto a la vida licenciosa y se hizo amiguete de Conisalos, Ortanes y Ticone que eran algo así como el "trío calavera"del Olimpo.

El boca a boca de la época hizo que Príapo se hiciera tan famoso que pronto le empezaron a adorar en Roma, donde comentaban que Príapo era capaz de tener una erección contínua durante 6 dias y ponían en las huertas estatuas representándole para conseguir fertilidad y que tomaran ejemplo los pepinos, supongo. También ponían cartelitos junto a la estatua como el siguiente:

Quicum que hic violam rosam ve carpet
Furtivum que olus aut inempta poma,
Defectus puero que feminaque
Hac tentigine quem videtis in me
Rumpatur, precor, usque mentulaque
Nequiquam sibi pulset umbilicum

Lo que, traducido, dice más o menos:

Para quien aquí cortase una violeta o una rosa,
o robase alguna fruta u hortaliza sin pagarla,
pido que, sin tener mancebo ni mujer,
reviente de una erección como la que en mí veis
y tenga que golpeársela sin cesar en el ombligo.

Príapo era bastante tarambana y un día, en una fiesta organizada por Ovidio, trató de aprovecharse de la Ninfa Lotis, que cayó dormida en un banquete por exceso de vino. Afortunadamente para Lotis, había por allí un burro muy listo, incluso hablaba, y la avisó y Príapo no pudo llevar a cabo su objetivo. Pero Príapo, rencoroso donde los hubiese, le dio al burro el disgusto de su vida, lo retó a ver quién estaba mejor dotado si él o el burro. Perdió el burro y cuenta la leyenda que murió, no sé si de vergüenza, suicidio o asesinato porque la verdad es que en el Olimpo le daban a la espada por un quítame estas pajas.

Tal fue la fama que llegó a alcanzar Príapo que, finalmente, llegó a ser considerado santo por la Ecclesia Gnostica Catholica. Dudo si lo hicieron santo por hacer algún milagro como suele ser lo habitual o porque lo suyo era "un milagro".