Tio buenooooooooooooo (dijo aquella señora)

No sé muy bien por qué, me he acordado de un episodio de los 70, de cuando yo era muy jovencita, concretamente de un concierto de Camilo Sesto al que asistí con varias amigas y gracias a que nos llevaron la hermana de una de ellas y el novio que eran mayores.

Ellos tenían mesa reservada y a nosotras nos dejaron "sueltas" por ahí (con el compromiso de no gamberrear mucho y de estar a una hora determinada en cierto sitio), así que nos dispusimos a ver nuestro primer concierto y nos colocamos justo en primera fila de los que estábamos de pie, es decir que delante nuestro estaban los mayores, los que tenían mesa reservada.

Aquello iba bien, venga luces por todos sitios y Camilo Sesto bien, era guapo y todo pero ohhhhhhhh, siempre pasa algo, y pasó que a una de las señoras que había sentada en la mesa de delante nuestro, en un arranque de mitomanía de lo más emotivo, se le ocurrió levantarse (con su traje largo incluido) y gritarle a Camilo Sesto: "tio buenooooooooooooooo, tio buenooooooooooo", parecía una posesa y ,¿para qué quieres más?, el público dejó de mirar al artista para dedicarse a mirar a la fan y, cuando iba por el quinto o sexto "tio buenooooooooooooooooooo", el marido o lo que fuese el señor que la acompañaba la sentó de un guantazo y dejó de decirlo.

Nunca supe, ni me lo pregunté hasta mucho tiempo después, si el guantazo se lo dio el hombre para cortarle la histeria o por un arranque de machismo. La verdad es que preferiría que fuera por lo de la histeria, pero por aquellos tiempos, cuando muchas de las mujeres volvían de la luna de miel directas a la peluquería a cortarse la melena y ponerse los rulos y se bajaban el bajo de la falda porque las minifaldas que usaban siendo novias ya no servían para casadas cualquiera sabe.

El caso es que entonces, en mi infinita inocencia, ni me preocupaban ni me enteré ni de los motivos ni de quien era la pareja en cuestión pero, si me llega a pasar hoy, reconozco que me hubiera podido la curiosidad y me hubiera enterado de alguna cosita, tales como nombre y apellidos, N.I.F., dirección y teléfono de los protagonistas, etc. y, sobre todo, de si el guantazo fue por controlarle la efusividad o por puro machismo, en cuyo caso le hubiera dado un taconazo en los sesos al señor (por cuenta de la afectada, por solidaridad).